Actualizada 24/06/2018. Si lo han leído antes, aconsejo volverlo a leer. Aunque los mayores cambios se encuentran en los primeros capítulos. ¡Qué lo disfruten!
Si hay alguien se caracteriza por ser desconfiada al 100%, soy yo. Desde que iba a primaria siempre tuve el don de hacer que la gente confiara en mi y me contara sus secretos, pero yo nunca les contaba los míos. Mis compañeritas de primaria solían decirme quién le gustaba o quién había hecho esa travesura por la cual la maestra intentaba extorsionarnos para que confesáramos y entregáramos al culpable, o el secreto que le había contado la mandamás del grupo y no quería que nadie se entere. Pero en cambio yo, me mantenía fuera del círculo, nunca les compartía nada de lo que me pasaba. Ellas cuando me juraban que jamás le contarían a nadie mis secretos, yo me cerraba peor, porque sabía que lo contarían o no sé, simplemente desconfiaba.
¡No creo ser la mejor que las demás por eso! Al contrario, con el tiempo eso me fue aislando de los demás, poniendo muros donde no tenía que haber. Es decir, todos los demás confían y ¿por qué yo no? Aún cuando fue una mala idea, ¿por qué no les duele tanto como me dolería a mi? La La gente cuando se cae, se levanta rapidamente; cuando le fallan, se arreglan y siguen adando, pero ¿por qué yo no? Es como si cada golpe me desarmara sin nunca ser suficiente y me costara avanzar. Creo que por eso es que hago hasta lo imposible por salir ilesa.
Pocas veces en la vida me di el lujo de confiar en alguien y pocas veces no me defraudaron,esa es la verdad. La mayoría de las veces me sentí una idiota por haber confiado en quién me arrojó como basura al cesto, y peor aún, no le embocó. Con el tiempo me di cuenta que la culpa la tenía yo, y fue difícil, porque fue en esos momentos en donde más necesitaba afecto y una oreja que estuviera ahí para mi, como tantas veces yo lo fui para otras personas, pero solo conseguí una colección magistral de gente que me dio la espalda porque simplemente "no tenían tiempo para mi". Es feo ser rechazada y que te traten como idiota. A mi me gusta improvisar cada tanto sobre cuán idiota puedo ser, pero no que otros lo hagan.
Solo confiaba en mi tía, que ya no está conmigo y por eso la extraño mucho, tanto que a veces lloro por las noches, pensando y riendo sobre nuestras conversaciones. Ella realmente me escuchaba y yo solo confiaba en ella, ni siquiera en su hermana, mi mamá, quién por algo no tiene amigas.
Aclaro que no quiero minimizarla ni decir que es mala madre, sino que jamás pudimos ser amigas, pero aún así, la amo y me encanta pelear con ella porque es mi mamá. Y solo yo puedo pelear con ella y burlarme de su cabello, arreglárselo y cortarselo bien cortito para que se enfade.
Aunque con las chicas del grupo Pijamada Moe, la suelo pasar re contra bien, a la única que le puedo contar mis cosas y cada estúpidez que pasa por mi cabeza es a Layla. Y puedo confiar en ella ya que si me reta es porque le intereso... o algo así.
Y en la actualidad, había aprendido a confíar en Agus. Era la primera vez que me sentía cómoda con un chico y, comenzaba a creer que el amor era más natural de lo que uno piensa, que se sentía bien seguir un curso, como el río... ¡No era para nada como lo imaginaba! Todo este tiempo que viví en Platón, las escenas de amor que siempre atravesaron mis ojos, si bien, siempre las imaginé llena de pasión, cada encuentro una aventura, gritos desesperados de drama, miedos, celos y risas, ahora que por fin tenía a alguien a quien besar alocadamente, me di cuenta que el amor se disfruta de otra manera, donde simplemente encontrás a tu otra mitad y tu vida cobra sentido.
Con mi nuevo trabajo Ad Honorem, bueno, con el cuál solo me extendieron una beca, pero no era mucho, y por eso aún seguía trabajando dos veces por semana como AT, ya no tenía tiempo para estar con Agus, igualmente cuando podía intentábamos vernos, aunque de a poco me pareció sentir que yo era la única que lo intentaba.
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Te lo pido, quiéreme
Teen FictionMalena, de 24 años, quien vive entre dos mundos: el primero por obligación, la Realidad y el segundo, Platón, donde se hallan sus agallas y amores de primaria, secundaria y ahora de universidad es decir, chicos sexys con un gran sentido del humor, i...