Parte 33: ¡Fuegos artificiales! - Final

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No sé como hice pero pude suprimir la tentación de caerme de risa al suelo al ver a la Ruda en la pista de baile. 

¡¿Qué clase de extorsión fue esa?!

 Kevin intentaba enseñarle pero ella se resistía. Me pregunto por qué aceptó semejante invitación a bailar si lo odia. Lambada... jajaja

Sin embargo, admito que ahora me siento más tranquila de que estuvieran acá. Jota empezó a insistir con que quería que le pasara mi número, además de que se estaba aprovechando del ambiente oscuro y la gente alrededor que bailaba como si necesitara un hotel cerca, para pegarme más hacia él. 

Cuando termina el tema, creo que lo mejor es volver a mi asiento pero Jota me la pone difícil.

- Creo que iré a sentarme, gracias... - intento verme educada, pero se vuelve insistente.

- Dale, bella. Un ratito más, cariño.

¡Cariño tu abuela, cara apestosa!

- Lo siento, pero no. - Cuando logro deshacerme de él y me doy la vuelta, Jota me detiene tomando mi muñeca.

- Entonces deja que te invite algo en la barra.

Estoy comenzando a sacar humo por la nariz. 

Al parecer alguien no entendía un no como respuesta y ya estaba comenzando a hartarme la situación. Kevin estaba al lado mío pero no creo que escuchara la conversación con Jota, la música estaba muy alta. 

De hecho por su expresión, me estaba preguntando si necesitaba ayuda o pasaba algo.

Mientras veo a mi alrededor decidiendo por donde escapar luego de pegarle una patada en las ..., veo venir a la pista a la persona menos pensada.

Aún en la distancia y con las luces de colores, lo veo aproximarse a la pista de baile con una chica diferente a la que recuerdo de aquella vez cuando nos peleamos en la esquina de la pizzería.

NO.PUEDE.SER.  Ruedo los ojos ante mi mala suerte.

Era Agustín.

Mi primer novio oficial. El ex mejor amigo de Lionel. El que me terminó engañando con una tipa de revista. El chico al que humillé diciéndole en frente de Lionel que en realidad nunca estuve enamorada de él sino de su mejor amigo. 

Esa fue la ultima vez que lo vi. Hasta hoy.

Que no me vea, que no me vea, que no me vea... ¡y me vió!

El gran Facha, como lo llamaban antes, asintió en mi dirección y miró de arriba a abajo a mi compañero de baile, es decir a Jota.  Todavía contaba con ese aire arrogante que dejó a la vista cuando vi al verdadero Agustín.

Intenté quedarme en mi sitio y hacer como si nada pasara. 

Todavía podía bailar un tema más. ¿Por qué marcharme tan pronto, no?

Jota cuyo rostro evidenciaba lo desorientado que estaba al notar que hace dos minutos atrás quería deshacerme de él y ahora demostraba interés en seguir bailando, volvió a dirigir los pasos y hacerme dar vuelta tras vuelta haciéndome lucir. 

Volví a dejarme llevar y a fingir que todo estaba perfecto y que su presencia no significaba nada para mi. Sin embargo a él parecía causarle risa mi indiferencia quien ahora me miraba de arriba a abajo mientras se apegaba más a su acompañante. Maldito cínico.  

No pude soportar más su mirada sobre mi así que cuando el tema finalizó, le miré con bronca y desde mi posición tomé la mano de Jota y salí de la pista. No reparé en nada más. Verlo me puso de mal humor.

Te lo pido, quiéremeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora