Parte 30: A todo y nada a la vez

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Me levanté con otro ánimo en la mañana del miércoles. Logré cambiar mi turno de la noche por el de hoy a la mañana con una de mis compañeras.

Como no había clases por el paro de transporte que comenzaría al mediodía, volví a mi casa en taxi. Al ver que estaba sola, me puse a cocinar y ordenar la casa. ¡Wow! ¿Qué hicieron con la verdadera Lenny?  

Y eso no es todo,  comencé a ver qué me pondría para ésta noche. 

Aunque me gustaba resaltar con colores y cortes raros, ésta vez deseaba verme como la chica que apareció frente a mis ojos la noche anterior frente al espejo. Esa persona que inspiraba amor y no miedos, nervios y confusión. O mejor dicho, que inspiraba todo eso junto, pero no la detenía de seguir adelante.

¿Qué lograría ésta noche? ¿Lo tendría a mi lado? ¿Él me aceptaría o se cansó de mi?

No lo valoré lo suficiente. Reconocí que me gustaba a dudas penas cuando lo vi con Victiri Ilinsi. Bueno, los celos me delataron y podía seguír mintiéndome pero Lionel apareció en escena y no, no podía mentirle a él. 

Seguro que con ella no fue tan difícil de admitir. Ella lo vio, le gustó, lo encaró, fue sincera, no se ocultó detrás de su imaginación ni lo menospreció. Se ganó su amor. 

Pero bueno, no importa. Esta era yo y no me quedaba otra, quería verle, buscarle aunque sea una vez más.

Elegí un vestido suelto de seda que caía hasta las rodillas y unos zapatos bajos pero lindos. Me hice una media cola de caballo y le di volumen. Me puse unos aros colgantes de diferentes estilos cada uno.
Me puse un poco de base, delineé mis ojos, me puse rimel y apliqué brillo a mis labios.

Mandé mensaje a las chicas para confirmar si irían. Ninguna podía, maldición.
Ok, bueno, seguí sin despegar la vista delante del espejo. Tenía que hacerlo, no podía dar marcha atrás. Ya todo estaba hecho.

La invitación que encontré en una de las redes sociales decía que la fiesta comenzaría a las 22 hs porque el paro terminaría a las 21 y eso daría tiempo a que se reactiven las líneas de transporte. Por otro lado, era más que sabido que nadie solía llegar a horario a esos eventos. Eso solo te volvería patético.

¿Y a qué hora estaba preparada para ir rumbo al Galpón?
A las 20 hs...

Ok, era patética.

Admito que estaba un tanto ansiosa por verlo. Me sentía con ganas de confesarle la verdad, aunque ahora estuviera ocupado con esa Victoria. Decidí que simplemente quería sacarme ese peso de encima y dejar de darle vueltas al asunto sobretodo si una parte de mi seguía creyendo que había posibilidades de que él sintiera lo mismo por mi. Eso es lo que mi gente cercana me había dicho con total seguridad.

Qué manera de ilusionarme.

Esperando aburrida a que se hiciera la hora para partir de casa, le escribí un mensaje mientras seguía recostada en el sofá.

"Hola Kevin. Si vas hoy, me gustaría que hablemos. Necesito decirte algo importante."

Sin embargo su respuesta a los pocos segundos, me dejaron helada. 

"¿Qué tiene él de especial?"

Un reproche de parte de Kev. 

¿Desde cuando? Seguía mirando el mensaje como si mis ojos no pudieran creer que él me lo mandó.

Y lo peor es que... siguió escribiendo.

"¿Por qué me ignorás?"

Sentí un nudo en la garganta. 

Te lo pido, quiéremeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora