Kevin no tenía idea de que yo estaba allí, no todavía y eso me dio cierta ventaja, cierto control sobre la situación.
Pero si quería dejar de llamar la atención debía dejar de usar a la gente como tapadera y respirar en su nuca para esconderme de Kevin y sus secuaces. Sobretodo evitar esconderme detrás de chicos con novias que me dedican miradas asesinas y que hacen gestos raros como pasar el dedo índice por la garganta.
¡Hey, como si pudiera quitártelo!
Avanzaron hasta unas mesas grandes como las del Buffet donde solo había un par sentados. Creo que estaban guardando asiento para otros pero la Ruda se encargó de que despejen el área. Si, todos le temíamos a la chica punk.
Por eso preferí mandarle mensaje.
"Hola Kev ya llegué, te espero en la entrada."
Desde mi posición vi que tomó su celular con gran velocidad y lo observó con detenimiento. Luego comenzó a buscar con la vista hacia donde estaba y creo que me vio entre el gentío que entraba, porque les dijo algo a sus amigos y comenzó a caminar hacia mi.
Estaba nerviosa. Empecé a planchar mi vestido con las manos y peinar mi horrible cabello, pero ya no podía hacer más nada, soy lo que soy. Intenté poner mi mejor sonrisa, pero de alguna manera me sentía haciendo el ridículo. Él me conocía bien, sabía que debajo de toda esta pinta, había una chica melancólica, torpe, caótica y con un humor similar al del grinch personificado por Jim Carrey.
Bonito lugar para encontrarnos elegí. No estábamos a más de cinco metros de distancia pero la estampida de la gente que enloquecía por hacer acto de presencia en la mega party, nos impedía avanzar. Así que me hizo seña de avanzar al sector de la barra.
Mientras avanzábamos entre la gente que iba en nuestra contra, nos veíamos de reojo y sonreíamos. Él solía peinarse con la mano su hermoso cabello y yo casi que me caigo al babear por él. Insisto, ¿cómo no lo noté antes?
Ahora si nos encontrábamos frente a frente, sin embargo estaba absorto en lo que llevaba puesto. No pude evitar mirarme yo también, ¿habré derramado salsa en mi vestido? ¿tenía agujeros? ¿mis zapatos estaban embarrados? Porque pisé un par de baldosas mojadas mientras corría hacia acá.
Pero no. Al parecer le gustaba como vine vestida. No pude evitar sonrojarme y me abracé a mi misma. Entonces si se enfocó en mi rostro y me sonrió.
- Hola Male.
- Hola - no pude evitar morder mi labio inferior.
- Estás muy linda. - pero una duda oscureció su rostro - supongo que no viniste sola.
Quizás ahora me daba cuenta de este detalle pero creo que es muy inseguro de si mismo. Si supiera que venía así por él...
Aunque admito que celoso lo hacía ver más sexy. Pero no debía jugar con fuego.
- De hecho si vine sola. - admití.
Su rostro se suavizó y volvió aquella luz en sus ojos que no me podía privar de contemplar.
- Vení conmigo, digo con nosotros. - señalando a la mesa donde estaban ubicados sus amigos - Conseguimos mesa.
- Me pregunto cómo consiguieron una mesa. - entonces intentó suprimir una sonrisa traviesa, pero eso solo lo delató más.
- ¿Ya nos habías visto?
- Tu amiga es temible. ¿Estás seguro que si te acompaño sobreviviré?
Río pero también noté como se tensó.
- Ah Malena, sobre ella. Perdonala, por favor. Ella, solo imaginó cosas, acaba de terminar con su novio y está algo... sensible.
ESTÁS LEYENDO
Te lo pido, quiéreme
Teen FictionMalena, de 24 años, quien vive entre dos mundos: el primero por obligación, la Realidad y el segundo, Platón, donde se hallan sus agallas y amores de primaria, secundaria y ahora de universidad es decir, chicos sexys con un gran sentido del humor, i...