Hermanos D'angelo.

Capítulo 20.

Charlotte.

Escapar como si vida dependiera de ello.

Ese era mi único objetivo. La noción de que el tiempo se detenía era una de las consecuencias con las que debía lidiar.
Me detuve en una gasolinera a la orilla de la carretera, cuando me di cuenta que no tenía dirección, no tenía a nadie, no había manera de escapar de lo inevitable.

Bajé del auto para tomar un poco de aire, realmente lo necesitaba.

La imagen de Chris, Dalton, Maxwell, Diego y Max no salían de mi mente, sin embargo me sorprendía darme cuenta de que la chica de la fotografía se me hacía familiar y por alguna razón sentía o tenía un vago recuerdo de haberla conocido antes, pero cuando intentaba entrar en ese pequeño baúl de los recuerdos, quedaba en blanco.

—Señorita ¿Está bien? —preguntó alguien mientras se acercaba. Instintivamente me di la vuelta para irme, no quería lidiar con nadie y menos sabiendo que hay gente afuera con intenciones nada buenas. Estaba de camino cuando el que pude identificar como chico volvió a hablar —Debes estar perdida, nadie anda por estos lados y menos sola.

Me di la vuelta para enfrentarlo, si quería intimidarme no iba a hacerlo.

—No ando perdida y tampoco sola —afirmé.

Miró sobre mi hombro y su ceño se frunció levemente.

—¿Ese es el auto de los D'angelo? —preguntó en una inexplicable expresión de sorpresa y confusión.

La sangre en mi sistema comenzó a descontrolarse y fue como recibir un golpe de realidad. No quería volver, no deseaba verlos y tener que enfrentarme ante un problema que jugaba con mi mente y sentidos.

—Debo irme —aclaré dándome la vuelta algo desorientada.

Sin embargo lo que me dejó perpleja y completamente perdida fue su siguiente pregunta.

—¿Conoces a la familia vampiro?

Un frío me recorrió de la cabeza a los pies. Pero no pude entender el por qué. Me di la vuelta para volver a verlo, necesitaba que alguien me dijera que todo era una alucinación, incluso prefería escuchar que estaba enloqueciendo.

—¿Qué dijiste?

—La familia vampiro —repitió. El estómago se me revolvía solo de escuchar esas palabras —Así les llaman.

Lo miré sin comprender una sola palabra de lo que decía, y así era.
Tomó un pañuelo que tenía sobre su motocicleta y se limpió las manos para volver a tomar una herramienta.

—Hay muchos rumores entorno a ellos —comentó comenzando a repararla —Unos dicen que es una maldición la que rodea a su familia, otros dicen que vendieron su alma al diablo, y otros, que son más extremistas, aseguran que son vampiros.

El corazón se me detuvo una milésima de segundos y las ganas de vomitar volvieron a aparecer.

—¿Estás segura que estás bien? Porque no lo pareces —comentó mirándome extraño.

El piso comenzó a parecerme lejano, su voz era distante y apenas podía escuchar lo que me decía, sentía en mi cuerpo un millón de hormigas y todo se comenzó a poner negro.
Iba a desmayarme.
Intenté estabilizarme y tomarme de algo, pero lo último que vi antes de llegar al suelo, fue a Chris evitar que cayera, mirándome preocupado y... molesto.

N. O.

Todos estaban preocupados, ninguno entendía lo que había pasado como para que saliera huyendo sin decir una sola palabra, ahora dependían del destino y la suerte para poder dar con ella antes de que otro lo hiciera.