Capítulo 44.

6K 533 90
                                    

N. O.

Maxwell apareció haciendo su entrada a la casa de los D'angelo. Nadie había sabido de él en semanas, pero llegó como si no hubiese importado, tal cual se fue. Max fue el primero en verlo esbozando una pequeña sonrisa juguetona.

-Miren quien se dignó en aparecer ¿Listo para tu funeral? Porque Dalton va a matarte.

El menor solo suspiró cansado y tiró su sudadera en el sofá.

-Estoy bien, gracias por preguntar. - ironizó.

-No por mucho. - entraba Chris cargando algunos libros. -Max, necesito que me ayudes a buscar información sobre cazadores.

-¿Para qué quieres saber eso? - cuestionó Maxwell confundido.

-Si estuvieras en casa lo sabrías, pero no sé qué diablos te habías hecho... -lanzó los libros sobre los muebles y se detuvo un momento para verlo. -Por cierto ¿Dónde estabas?

Titubeó un poco antes de responder. -Ocupado.

- Un premio a la respuesta más brillante. -Interfirió Max.

- ¿Y tú has seguido acosando a Charlotte? Oh, espera... ella ama a Chris -respondió ocultando una sonrisa burlona.

Chris ahogo una carcajada hojeando algunos libros, momento perfecto para que Max contratacara.

-¿Qué acabo de ver? -fingió sorpresa. -¿Eso fue una sonrisa?

Maxwell se dio cuenta y comenzó a seguirle el juego. -El mundo va a acabarse... Me voy dos semanas y Chris aprendió a sonreír, vamos progresando.

-Idiotas. -bufo con fastidio.

-Listo, eso fue todo, de aquí no lo veremos sonreír hasta dentro de un mes.

-¿Un mes? Yo creo que solo tenemos que decir la palabra mágica. - dijo Max pensativo.

-¿Y cuál es esa?

Chris pretendía no escucharlos.

-Empieza con Char y termina con lotte.

-¿Cómo dice? -gritó Maxwell haciendo coro.

-¡Charlotte!

-¡¿Cómo dice?!

-¡Ya cierren la boca! -volteó molesto.

Max y Maxwell solo se voltearon a ver para luego comenzar a reír a carcajadas.

-Listo, los mato. -gruñó molesto tirando el libro que leía a un lado del sofá.

-Quiero ver esto... -murmuro Max con una sonrisa juguetona.

Chris se acercó lo suficiente a él para soltar un golpe, pero antes Dalton aparecía entre ellos completamente serio, como solía serlo, dando a entender con una mirada que si alguien se movía, iban a haber consecuencias.

-Y la diversión se fue... - murmuró Max blanqueando los ojos.

-No puedo dejarlos a cargo de algo un segundo porque van a pelearse o lo arruinan. - habló en tono neutro, no siendo capaz de molestarse, pero tampoco de aprobar lo que hacían.

-Solo nos íbamos a divertir un rato. -se encogió de hombros el menor. De inmediato la atención de Dalton fue hacia él.

- ¿Dónde estabas? -preguntó con una mirada que hacia confesar hasta al más silencioso.

-Por ahí, ya sabes... -esquivó cualquier contacto con su mirada.

Dalton soltó un suspiro colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón y a paso lento se acercó a él.

Hermanos D'angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora