Capítulo 40.

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*Asegúrate de haber leído los capítulos anteriores para entenderle*

N. O.

-Ella no va a casarse contigo.

Chris D'Angelo estaba dentro de la boca del lobo.

Diego sonrió. No amable, no amigable, era mas bien una especie de burla y asombro lo que había en su rostro. La señora D'Angelo en la máxima expresión de hipocresía sonrió y fingió sorpresa al verlo, incluso intentó acercarse para abrazarlo pero él con una mirada le dejó claro que no iba a aceptarlo.
Charlotte lo miró empezando a creer que había perdido el uso de razón.

-¿Acaso viste algo? -preguntó su madre preocupada.

Chris la ignoró por completo dándole atención a Charlotte, quién de inmediato puso la situación en sus manos.

-Está bromeando -intentó hacerles creer, miró a Chris esperando recibir su apoyo, pero estaba tan confundido como Diego y su madre. De inmediato se colocó en medio de ambos -Viene a hacer las paces ¿cierto?

En el rostro de la señora D'Angelo se extendió una sonrisa por la noticia, mientras los rostros de Diego y Chris eran de completa confusión.

-¿Qué? -Diego fue el primero en hablar.

-Sí -respondió de inmediato -Está de nuestro lado.

Tardó un poco, pero finalmente supo que era parte de un plan, así que no tuvo otra opción que dar apoyo a lo que decía.

-Es cierto -terminó por aceptar Chris D'Angelo -Probablemente no me creas ahora pero ya estoy cansado de esta pelea.

Y tenía razón, no le creía ni una sola palabra, es más, ahora había aumentado su desconfianza por él, pero Diego sabía que su madre ya se había ilusionado con la idea.

- ¿Y por qué debería creerte? -preguntó acercándose para intimidarlo.

Charlotte se cruzó entre ambos esperando que no sucediera algo trágico. De inmediato supo que era lo que tenía que hacer, aunque por supuesto no iba a ser del agrado de todos, necesitaba probar que era confiable y no iba a jugar sucio. Todos o la mayoría sospechaban o sabían que entre Charlotte y Chris habían sentimientos, por lo que sin dudarlo pensó en darle punto final a los rumores.

Le dio una mirada a Chris, se dio la vuelta y en una milésima de segundo se puso frente a Diego, tomó su rostro entre sus manos y le dio el beso más amargo, engañoso y traicionero que había dado.

El tiempo se detuvo para todos.

Ella saboreó de una manera prohibida y caprichosa los labios de quien era su enemigo. Mientras Chris contenía sobre sus puños la fuerza de los celos y la ira; estaba apunto de volverse loco. Un segundo más de aquel beso e iba a apartarla.

Charlotte se separó, sintiendo el rubor de sus mejillas por el calor que se extendía por su rostro.
Respiraba de una manera irregular, acto que pudo controlar al tomar el brazo de Diego y entrelazarlo con el suyo.

-Deberías darle una oportunidad -susurró la chica a Diego, que bajo el encanto del beso no ponía objeción alguna.

-Claro, si mi prometida lo pide - respondió con una sonrisa, encantado por recibir un beso falso. Pero al fin y al cabo un beso. -Puedes instalarte en una de las habitaciones de arriba ¿Traes tus cosas?

Chris la miraba a ella. Deseando borrar la imagen de su mente, esperando recibir la señal de que no había sido real, pero nunca llegaba y el tiempo corría.

-Supongo que no -respondió Charlotte al darse cuenta del impacto. Se puso de frente a Diego y espaldas a Chris, tomó el cuello de la camisa de su prometido y utilizando una sonrisa juguetona agregó -Si quieres me quedo instalando la habitación mientras te encargas de tus cosas.

Diego sonrió satisfecho. Claro que sospechaba, su razón le decía que no era correcto, pero estaba enamorado ¿Y quién piensa con claridad cuándo hay sentimientos?

En un segundo la señora D'Angelo y Diego habían desaparecido del jardín.
Chris tomó a Charlotte del brazo y la llevó a un lugar apartado.
Su respiración dejaba claro el impacto de sus acciones.

- ¿Estás loca? -cuestionó su juicio, con la imagen del beso en su memoria.

-No -negó la chica sin dar un paso atrás.

- ¿Entonces qué demonios te pasa?

Ella lo miró a los ojos, puso sus manos sobre los hombros del que ahora perdía la razón, se encogió de hombros y completamente segura de lo que iba a ser, confesó...

-Estoy enamorada de ti.

Al soltar esas palabras ella se quedó sin aire, buscando un poco de claridad en sus sentimientos, muy segura de que no podía seguir ocultando lo evidente.

- ¿Por eso lo besas? -cuestionó bajando el tono de su voz, soltando palabras que le quemaban la garganta.

-Lo hice para estar cerca de ti - se acercó, dejando que sus sentimientos actuaran más que su sentido común.

Él se separó, negando una y otra vez.

-Chris... -susurró -Te amo.

Cerró los ojos y se acercó a él, lo abrazo por la espalda y se apoyo en su hombro. Necesitaba tenerlo cerca, sentirse segura de que no era lo que quería.
En un acto involuntario ambos cerraron los ojos disfrutando del momento.

Chris se dio la vuelta, la tomó del rostro y sin pensarlo un segundo la besó.

Estaban destinados para bien o para mal, necesitaban sentir que era real, que valía la pena el riesgo y las personas que dejaban atrás.

Las cosas se pusieron intensas cuando no podían separarse, cuando la necesidad de algo más surgía en el placer de cada cuerpo, deseando explorar más de lo que tenían permitido.

Así que antes de que algo sucediera ella se separó, intentando encontrar el aire que le hacía falta. Chris la miró dejando claro con una sonrisa que era algo de lo que no se arrepentía.

-Escucha, debemos tener cuidado -aclaró la chica mirando hacia todos lados -Aquí no es seguro.

- ¿Sugieres que sea algo... clandestino?
-preguntó confundido.

-No puedo irme ahora -aclaró.

-No puedes casarte con él -se interpuso de inmediato.

Ella lo miró deseando no romper sus esperanzas, así que decidió seguir sus palabras.

-Y no lo haré -respondió, culpable por saber que estaba mintiendo.

- ¿Entonces que haces perdiendo el tiempo aquí?

-Necesito tiempo -limitó su respuesta - ¿Te quedas o no?

-Charlotte por favor...

-Te amo Chris -interrumpió como primer impulso.

Él se quedó en silencio unos segundos, pero luego con una sonrisa dejó claro que sentía lo mismo.

-Iré por algo de ropa, le diré a los chicos y volveré -respondió tomando su mano para depositar un beso.

Ella se lanzó a sus brazos completamente felíz.

-Gracias -balbuceó sobre su hombro. Él simplemente la apretó a su cuerpo como respuesta.

Así mismo Charlotte ponía en marcha su plan y Chris caía en un juego más. Porque aunque habían sentimientos, en los pensamientos de la dulce e inocente chica, se encontraba un resentimiento profundo, que tarde o temprano iba a cobrar vida.

Claro que eso ahora no importaba, porque en la mansión de los hermanos D'Angelo una visita completamente inesperada aparecerá en la vida de Dalton, dejando clara una cosa... Nadie puede escapar de su pasado.

Hermanos D'angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora