Capítulo 29.

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Charlotte.

-No te creo -pronuncié entre dientes. Era molesto que intentara burlarse de mí o mentirme, no lo toleraba.

Una enorme sonrisa se ensanchó en su rostro y parecía complacido.

- ¿Por qué? -preguntó con ápice de curiosidad.

-Porque de otro modo no iba a ser aceptable que intentaras conquistarme saliendo con alguien más -recriminé mirándolo a los ojos completamente molesta.

-No es razón para que te pongas celosa princesa -intentó burlarse pero antes de que siguiera con sus chistes me puse de pie, antes de dar un paso ya se encontraba frente a mí, demasiado cerca debía admitir - ¿Quieres saber la verdad? No salgo con nadie, por el momento.

Intenté dar un paso atrás pero me detuvo colocando su mano en mi cintura, acto que me dejó perpleja.

- ¿Por qué siempre intentas evadirme? -cuestionó poniéndose serio.

-No es el momento -puse una mano en su pecho para alejarme, error monumental, al tocarlo un escalofrío me recorrió la espina provocando cosas que no podía explicar.

- ¿Entonces cuando? -me miró a la expectativa.

Había enloquecido, eso era seguro. No había pensado, estaba perdiendo la cordura, porque lo que salió de mi boca como respuesta a su pregunta, fue impulsivamente un error.

-A la medianoche en mi habitación -respondí dejándome llevar por el momento.

Al principio parecía no comprender del todo, pero luego una sonrisa se cruzó por sus labios. El corazón comenzó a latirme desesperado y en mi cuerpo había explosiones de sensaciones, el peligro y la incomodidad eran los únicos que podía distinguir con claridad. Una noche besaba a Chris como si mi vida dependiera de ello, al siguiente le pido a su hermano que llegue a mi habitación como un ladrón, por las sombras.

- ¿Estás segura? -preguntó soltando mi cintura y alejándose un poco, dándome el espacio suficiente como para recuperar el aliento, pero era imposible cuando me miraba como lo hacía.

Iba a responder de nuevo pero ya teníamos compañía, y nada agradable.

Rodrigo D'angelo hacia acto de presencia, solitario como siempre.

-El destino quiere que nos encontremos hermano -dijo lo primero que cruzó por su mente seguramente, Max sin embargo seguía relajado y no parecía querer entrar en discusión.

-Vamos -ordenó Max tomando mi brazo pero solté algo molesta, no con él, sino con su hermano.

- ¿Qué es lo que quieres? -reclamé tomando el valor suficiente para enfrentarlo.

- ¡Que valiente! -Parecía sorprendido pero al mismo tiempo se burlaba -Creo que esa pregunta debería hacerte yo a ti.

- ¿De qué hablas? -pregunté confundida.

- ¿Quieres que lo diga frente a Max? -amenazó elevando una ceja bastante prepotente.

-Déjala en paz -Dijo Max interfiriendo.

-Ustedes no lo entienden -se dirigió a su hermano dejándome al margen -Ella no es un ángel ni más, viene a ser su talón de Aquiles, va a destruirlos y ni siquiera se darán cuenta.

-Dame solo una razón -lo miró amenazadoramente - ¿Enserio quieres que crea que quieres lo mejor para nosotros? Estás del lado de la persona que nos separó de nuestra hermana.

-Ustedes no lo entienden, él no tenía elección -intentó defender lo imposible.

-Largo -pronunció con voz molesta Max mientras se daba la vuelta para ir a mi lado.

- ¡Solo tienen que entregarla y esto se termina! -Gritó deteniendo los pasos de Max - ¿Quieres volver a verla? Ella es la llave para que eso suceda.

Mi corazón se detuvo cuando me señaló.

- ¿De qué estás hablando? -preguntó Max dándose la vuelta.

-Mi padre la necesita para recuperar a nuestra hermana, solo deben entregársela y volveremos a estar juntos -aseguró.

El terror se apoderó de mí, eran demasiadas cosas por procesar, pero lo más impactante fue darme cuenta que su oferta sonaba tentadora, más para unos hermanos que habían perdido algo tan querido como su hermana.

-Eso no va a suceder -se dio la vuelta finalmente para alejarse de él. Me miró con una media sonrisa, estaba segura que hablar del tema aún era doloroso, sin embargo parecía muy claro sobre lo que debía hacer conmigo.

Fuimos a casa directamente, en todo el camino no dijo nada más, era como si su espíritu aventurero y coqueto se hubieran esfumado con lo que había pasado, estaba segura que ni siquiera recordaba lo que hablamos, así que para intentar animarlo se lo recordé. Al bajarnos del auto lo detuve poniendo frente a él.

- ¿Te veo esta noche? -pregunté con una media sonrisa y el corazón explotando en mi pecho. Una enorme sonrisa volvió a ensancharse en su rostro dejando claro lo que pensaba, así que intenté aclararlo -A veces es bueno hablar con alguien.

-Sí, hablar -repitió mirándome descaradamente.

Puse mi rostro serio mirándolo mal.

-Bien -suspiró -Si tanto insistes, lo haré.

No quise responder a su obvio afán por molestarme así que solo me di la vuelta para irme, sin embargo me detuvo tomando mi estómago para pegarme su pecho quedando en una posición bastante comprometedora, mientras yo sentía que mis pulmones se habían comprimido haciendo imposible que pudiera respirar bien.

-Solo no cierres la puerta con llave princesa -susurró en mi oído haciendo que me recorriera el segundo escalofrío en el día.

Y se separó para finalmente entrar en la casa.

Miré a mi alrededor para cerciorarme de estar sola, pero el destino se encargaba de ponerme en situaciones incómodas. Al voltear Diego se encontraba llegando a la casa, seguramente andaba alimentándose, lo cual me desagradaba por completo.

-Buen día -saludé intentando evadir la escena anterior.

- ¿Lo son? -preguntó mirándome seriamente como solía hacerlo siempre.

Abrí la boca para responder a eso, pero en definitiva no sabía que decir.

- ¿Y los demás? -evadí por completo el tema.

-Dalton está adentro esperándote y Chris salió con una de sus chicas -respondió entrando a la casa.

La imagen de Chris dejando la casa en su motocicleta con una chica tomando su cintura me comenzó a torturar de manera indescriptible, tanto que mi humor había pasado de ser bueno y tranquilo a uno que desconocía por completo, ni siquiera entendía que era lo que estaba sintiendo en ese momento. ¿Una noche me besaba y al siguiente salía con una chica? No era que me importara, o al menos intentaba convencerme de ello. Pero su descaro rebasaba límites.

Finalmente decidí entrar a la casa intentando evadir los pensamientos retorcidos de mi mente. Ni siquiera me interesaba.

Comencé a buscar a Dalton, como había anunciado Diego él me estaba esperando, así que supuse que era en su amada biblioteca. Al abrir la puerta mi sorpresa fue enorme, no había manera de explicar lo que sentí.

-Te estaba esperando -sonrió Dalton mirando mi expresión.

-No lo puedo creer -sonreí torpemente esperando que fuera realidad y no un sueño.

-Hola cariño -me miró con dulzura y amor, uno que hace mucho no observaba.

- ¡Mamá! - me lancé a sus brazos dejándome envolver por un abrazo, uno que necesitaba.

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Lamento si he tardado pero ya saben las razones, así que nos aburriré con eso. En fin. Como ya vieron en el titulo es una maratón ❤ lo merecen por esperar tanto.

Publicaré los capítulos durante el día, probablemente sea uno o dos más 😚

Love Uuuuu 💜💜💜❤❤❤

Hermanos D'angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora