Capitulo 3

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La noche había caído casi sin darme cuenta. Me encontraba tumbada sobre la cama cubierta por la fina sábana blanca con mis ojos cerrados mientras en mi cabeza batallaba con las ideas para poder dormirme, fue entonces cuando lo sentí.

La puerta se cerró y, seguido de eso, se escuchó como ese alguien ponía el cerrojo, no me moví, me quedé completamente quieta esperando a ver que sucedía. Las sabanas se corrieron y un invasor desconocido entró en mi cama, yo me quedé quieta nuevamente mientras fingía que estaba dormida, su colonia era casi inconfundible para mí. Sus manos recorrieron mi cintura hasta llegar a mis senos los cuales estaban cubiertos por una simple blusa negra pegada al cuerpo. Mis pezones fueron prisioneros de sus manos y no tardaron mucho en ponerse duros y erectos solo para él. Estuvo así un largo rato, estimulándome los pezones hasta sentir que me iban a explotar, mordía mi legua para ahogar algunos gemidos era simplemente excitante lo que hacía, bajó su mano luego de haber jugado a su antojo y semejanza con mis dos senos, su mano rápidamente se posó en mi entrepierna presionó contra ella haciendo que su cuerpo se pegara contra el mío y pude escucharlo reír.

-Estás muy mojada hermanita - susurró a mi oído - ¡Vamos pequeña sé que no estás dormida! - mordisqueó mi oreja mientras su mano se adentraba en esa zona tan sensible de mi cuerpo, deje escapar un gemido cuando sentí que su mano se introdujo dentro de la fina tela de mi ropa interior - ¿Te está gustando no es así? - un gemido salió de mi boca cuando sentí que uno de sus dedos se introdujo en mí - Sabía que estabas despierta pequeña.

-Jason - murmuré cuando comenzó a introducir tres dedos en mí, mis jadeos estaban comenzado a incrementarse conforme el subía la velocidad del mete y saca de sus dedos.

-Házmelo más fácil preciosa, sé que te gustará lo que te haré - besó mi nuca repetidas veces - Quítate la ropa - pero en ese momento el placer se detuvo, abrí los ojos dejando de fantasear y disfrutar de lo que mi hermano estaba haciendo, por el simple hecho de que él era mi hermano. Puse mi mano sobre la de él y saqué sus dedos de mi interior, evitando que un gemido se me escapara, realmente quería mas pero esto estaba mal, muy mal.

-Jason - dije nuevamente parecía que lo único que podía hacer era aclamar su nombre, volteé a mirarlo la poca luz que se filtraba por la cortina blanca me dejo ver su rostro, se estaba mordiendo el labio y sus ojos miel reflejaban deseo. Se veía condenadamente sexy - Esto está mal.

-_______ - pasó su mano por mi cintura y me apegó bruscamente a él, haciendo que su gran erección chocara contra mi abdomen, esa sensación me bloqueo por un segundo - ¿Lo sientes? - preguntó mientras volvía a chocar nuestros cuerpos, dejé salir un gemido- ¿¡Lo sientes!? - comenzó a frotarse contra mí - ¡DILO CON UN DEMONIO!

-Sí - logré decir antes de que otro gemido me interrumpiera, las sensaciones estaban a flor de piel, bajé mi mano con una sola búsqueda, toqué su miembro, duro, inmenso, más grande de lo que me había imaginado, él soltó otro risita.

-¿Te gusta lo que estás tocando? - preguntó cerca de mis labios, mientras apartaba mi mano - Dímelo.

-Me gusta mucho - confesé, pausadamente, mientras volvía a tocarlo, pero casi al instante sacó mi mano nuevamente.

-Aquí el que juega soy yo, tú solo obedéceme hermanita... - susurró mientras atacaba mi cuello, dejándome completamente anestesiada con sus caricias, estuvo así un largo tiempo, besando y succionando cada parte de mi cuello mientras intercalaba los besos con mis hombros y un poco mas arriba de mis senos - Quítate la ropa - dijo ronco mientras yo jadeaba como loca - ¡Quítatela ahora!

Me senté en la cama para sacarme la remera pero él me cogió por la parte de atrás de esta y me tiró hacia abajo, acostándome sobre sus fuertes brazos, sus labios entraron en contacto con los míos, fundiéndose en un apasionado y salvaje beso. Su sabor inundo mi boca, su legua y la mía batallaban entre sí, mientras él con sus manos me acariciaba la espalda, sus labios eran suaves y cálidos, su gusto era algo indescriptible, era un sabor que en mi vida había probado, besaba tan bien, en mi vida un chico me había besado con la pasión e intensidad con la que él lo estaba haciendo, simplemente era perfecto.

-Eres perfecta besando - dijo mientras se apartaba un poco de mi para respirar, habían sido unos intensos minutos que habían parecido solo segundos, esta vez yo tomé la iniciativa lo miré a los ojos y devoré aquellos rosados y carnosos labios, y él no tardó mucho en tomar el control tornado lo que había tratado de que fuera lento y tranquilo, en algo que solamente desbordaba deseo - te disfrutaré _______, sé que lo haré.

-Jason - aclamé nuevamente su nombre mientras ponía mi mano en su mejilla, miré detenidamente sus labios que se encontraban rojos por tanta fricción con los míos, sentí como todo mi cuerpo ardía, no sabía que decirle.

-Eres virgen ¿no es así preciosa? - posó sus manos en mi trasero apegando nuestros cuerpos, suspiré fuertemente al sentirlo - Me has guardado ese regalo a mi ¿No es así pequeña? - acercó sus labios a mi oído y mordisqueó el lóbulo de mi oreja, gemí ante eso - ¡Dímelo! - exigió.

-Si Jason - cerré los ojos sintiendo como acariciaba mis muslos y seguía con su juego, ambos estábamos agitados, con ganas de que la situación comenzara a satisfacernos con más intensidad ambos estábamos deseosos.

-¿Deseas que te haga mía? - susurró excitándome aún más, cambió bruscamente de posición quedado el sobre mí, sin apoyar ni un solo gramo de su peso sobre mi cuerpo.

-Lo deseo mucho.

-Pues tendrás lo que quieres pequeña - sonrió mientras se abalanzaba a mí.

Gemelos Explosivos j.b [Erótica] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora