Gemelos Explosivos j.b [Erótica] [Terminada]

Capitulo 49 (1/3)

No sabía exactamente por que en el momento de leer el mensaje maldije repetidas veces en mi mente mientras me ponía de pie buscando recuperar la compostura. Justin terminó de abrocharse el cinturón, se colocó lo que restaba de la ropa. Respiré hondo mirándole, él solamente me sonrió felizmente. Como si aquel beso le hubiese emocionado más de lo que debía. Suspiré, sin más mientras me dirigí a la puerta guardando el teléfono en mi bolsillo trasero. Luego de retomar nuestro lugar en el auto llego a la culpa, ¿Realmente nos íbamos a meter en la oficina de nuestro padre para sacarle una llave que era de su propiedad?, pero de nada me servía sentir culpa por él, las cosas ya estaba hechas, todo estaba planificado y no me podía echar para atrás.

Solo en cuestión de minutos llegamos al apartamento de Jason quien nos esperaba con el ceño fruncido desde la puerta, seguramente exasperado por el hecho de tener que esperarnos, mire el reloj. 3:43am. El tiempo estaba justo, pero supuse que Jason nos había estado esperado desde hacia bastante.

-Bájate del auto - gruño Jason mientras abría la puerta del lado de Justin, su gemelo le miró extrañado - ¿Acaso eres sordo? Bájate... y tú - me señalo - atrás.

-Oye ¿Qué demonios te...?

-Basta Just, has lo que dice.

Le contesté de mala gana mientras me bajaba del auto con cierta rapidez, Justin dirigió la mirada a su gemelo por ultima vez como si estuviera delimitando todavía si bajarse o no. Pero comprendió que las cosas no estaban a discusión, cuando Jason decía había que obedecerle. Sin más bajo del auto sin siquiera darse el lujo de dudarlo unos segundos, en estos momentos era mejor no contradecir a Jason. Al fin y al cabo solamente el sabría lo que haríamos.

Escuché como en el trayecto del camino, Jason susurraba algunas cosas casi inentendibles, como si algo dentro de si mismo estuviese fastidiándole. A decir verdad pocas habían sido las veces en las que había visto, el rostro de Jason tan reflexivo, más bien pensativo. Al parecer estaba maquinando algo en su interior, algo que tal vez le estaba molestando a tal punto que estaba mas furioso de lo habitual. Tantas cosas, tanta información, tantos cambios en tan poco tiempo habían logrado que la vida de los tres se desequilibrara de una manera drástica, todo, en pocas palabras, se había ido al demonio. Tanto los gemelos como yo corríamos la misma suerte. Little Angels resonaba demasiado en mi mente, como si algo dentro de mi subconsciente me alertara que algo estaba ignorando sobre aquello, todo comenzaba a dar vueltas a su entorno, pero nada, nada lograba darme un indicio de lo que estaba olvidando tan estúpidamente.

Justin miraba de vez en cuando atentamente a su gemelo, esperando tal vez que él dijera algo, seguramente estaría esperando, banalmente, que Jason fuese capaz de contarnos sus problemas a nosotros. Si algo el tiempo me había dejado en claro sobre él, era que por mas que un insignificante detalle le estuviese quemando el interior, él jamás lo diría. En ese sentido el tío Max le había inculcado mucho de sus hábitos, volviéndolo una persona cerrada con sus sentimientos, tal vez por un lado estaba bien ya que nada podría lastimarle pero por otro lado aquello solamente lograba que los que realmente se preocupaban por él, sufrieran. Entonces una pregunta resonó en mi interior, ¿Justin se preocupaba por Jason? Borré aquella pregunta de mi mente no necesitaba complicar mas mis pensamientos. Nuevamente dirigí mi mirada hacia el perfil que podía apreciar del gemelo mayor, pude ver como la poca y clara luz de la luna alumbraba su rostro, remarcando su perfecta nariz y haciendo que sus labios se tornasen de un rosa pálido. Miré a Justin, quien se encontraba en las mismas que su gemelo. Recordé el beso que nos habíamos dado antes de esto, todo rondaba en mi mente, Justin lograba despertar sentimientos en mí que aun no podía descifrar, cosas que tal vez con Jason jamás sentiría.

-¿El tío Max había vuelto a Stratford en algún momento? - la voz de Jason sonó sombría, aunque casi se podría decir que un ápice de tristeza se dejaba oír en aquella voz.

-No - contestó firmemente Justin - luego de que te fuiste, se distanció mucho de la familia pero nunca volvió a Canadá.

-¿Se distanció? - le vi encarnar un ceja, mientras hacia una mueca de confusión.

-Si - intervine - luego de aquel día, cada vez venía con menos regularidad, solamente si eran ocasiones especiales volvía a la casa, fue uno de los que mas sintió tu partida Jason.

-Él fue el padre que Jeremy nunca fue... - le escuché susurrar mientras volvía a mostrarse pensativo.

El auto se detuvo dejándonos enfrentados a aquel lugar que vagamente podía recordad, en los últimos años habían cambiado las cosa. No solamente a nosotros el tiempo nos había cambiado al parecer. El edificio era más grande y se notaba como estaba cerrado al público nocturno, aquel lugar estaba lleno de consultorios, no era un hospital. Allí la gente iba a atenderse con los mejores doctores de toda California, entre ellos el mejor pediatra el doctor Jeremy Bieber, nuestro padre... o al menos eso era lo que pensábamos todos de él. Antes mi padre trabajaba en una clínica de mala muerte; la clínica L.A, en Stratford, Canadá, teníamos poco para vivir y cuando el asenso de nuestro padre nos abrió una puerta de posibilidades él no se había dado el lujo de pensarlo lo había aceptado alejándose de todo lo que Stratford representaba para nosotros.

Jason nuevamente hizo contacto con la llave encendiendo el auto, seguramente solo se había detenido para asegurarse de que las cosas estaban como él las había pensado. Siguió su marcha una calle más, dejándonos a unos cuantos metros alejados. Los tres bajamos del auto, Justin y yo estábamos expectantes esperando que las ordenes las dictara Jason ya que era bien sabido que este plan solamente el sabría como manejarlo.

-Iremos por la acera y rodearemos el edificio, así podremos entrar por la puerta trasera - comentó con las voz en un tono bajo, como si no quisiera ser escuchado - sacaremos la maldita llave de allí y a primera hora nos largaremos de esta ciudad, ese es el plan