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Cuando siento como David me carga, empiezo a tirar patadas para toda partes para ver a quien le atino de los cinco

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Cuando siento como David me carga, empiezo a tirar patadas para toda partes para ver a quien le atino de los cinco.

Veo como pasamos por la mesa donde están los chicos sin nombre, empiezo a hacer señas de que están locos y que me llamen, mientras ellos se echan a reír viendo cómo mi pelo rebota de lado a lado por los pasos gigantes de mi hermano.

Siento como me dan una nalgada y me remuevo en mi lugar, aún seguimos en el Mc Donald's.

— ¡Cuidado con la mercancía idiota! — le gritó a quien me la dio mientras miro como los chicos sin nombre se ríen de mí.

— Eso te pasa por hablar con el enemigo — me dice David mientras casi llegamos a la salida.

— ¡Solo quería ser amable! — les digo con un puchero que no verán —. Por lo menos déjenme acomodarme — le digo removiéndome en mi lugar.

Siento como me baja y corro hacia afuera del local como alma que lleva el diablo, mientras siento muchos pasos corriendo atrás de mi, creo que cerca de aquí hay un lago, volteó hacia los lados y como veo que no hay nadie, me convierto en un pantera y empiezo a moverme y camuflaje arme con las partes donde no hay luz, siento como los chicos empiezan a correr más rápido y cuando llegan al lago empiezo a escuchar como todos se empiezan a caer al agua, creo que no sabían que eso estaba ahí.

Me convierto otra vez a mi persona y me empiezo a reír a carcajadas mientras veo como salen del agua.

— ¿Qué les pasó? — les pregunto a todos viéndolos con una ceja levantada.

— Queríamos hacer una fiesta en el lago, pero tú no estabas invitada — me dice Simón como toda una diva y meneándose al caminar hacia el auto de nuevo.

Empiezo a reírme más fuerte, cuando llegamos al carro todos nos subimos y yo me siento en el asiento del copiloto. Mientras prendo la radio y suena una canción que nos gusta mucho a mis hermanos y a mí "Hard 2 Face Reality, Poo Bear ft Justin Bieber" empezamos a tararearla en el camino hacia la casa.

Cuando llego a la casa, me bajo y abro la puerta con mis llaves, veo todo oscuro en la casa, que extraño, nosotros no dejamos así, entro con todo el silencio del mundo y volteando hacia atrás para hacerles señas a mis hermanos que se callen.

Primero reviso todo el piso de abajo y veo que está despejado, alzó mi mano y un sartén vuela hacia ella mientras lo atrapó en el aire. Subo con todo el cuidado del mundo las escaleras, reviso primero los cuartos de mis hermanos y el de mis padres, no sé dónde está Bee, es lo que más me preocupa, que mi bebé no esté a la vista.

Cuando estoy a punto de entrar a el cuarto de mis padres, escucho un leve golpeteo que proviene de mi cuarto, camino lentamente hacia el y cuando estoy a punto de abrir la puerta veo como una persona con máscara de esas que salen en las películas de fantasmas, abre mi puerta y me mira con la cabeza ladeada.

Alzo mis manos al aire y de un momento a otro veo como enredaderas lo tienen de cabeza hacia abajo y la persona empieza a gritar.

— ¡Soy yo, soy yo! — oh no, esa es la voz de Thomas, ¿Como entro a mi cuarto? En cuando reconozco su voz bajo mis manos a toda prisa y veo cómo resuena el piso al caer tan rápido.

— Lo siento, lo siento — le digo ayudándolo a pararse.

Se queda viendo mis manos de manera extraña y hace una cara de asombro.

Oh no, se suponía que nadie se debía enterar, en el lugar de entrenamiento nosotros tenemos estrictamente prohibido que algún humano "normal" a excepción de nuestros padres se entere de que nosotros podemos hacer cosas que los demás no pueden y si alguien por algún accidente se llega a enterar tiene que ir con nuestro director del coliseo para hablar con él y decirle que por nada del mundo se tiene que enterar alguien más.

— N-no e-es lo que pi-piensas — digo tartamudeando por el miedo de perderlo.

— ¿Entonces qué es lo que pienso? — me dice con el ceño fruncido, está enojado esto no es bueno —. Por qué creo que todo este tiempo me has estado mintiendo sobre ti y sobre tu vida, se supone que somos mejores amigos y nos contamos todo —me dice frotándose la cara en señal de desesperación, tantos años conociéndolo, es tan fácil leerlo.

— Yo nunca quise mentirte, nunca quise ocultarme, mis padres no me dejaban decirte nada — digo soltando más sollozos, odio ser tan débil —. Yo siempre quise decirte, pero pensé que si en algún momento te dijera lo que era, ya no me quisieras en tu vida y me dijeras fenómeno — me derrumbo en el piso y empiezo a llorar y a maldecir mentalmente por qué había sido tan idiota como para haber llegado a esta situación.

Tengo miedo de lo que puedo pasar.

Pero tengo más miedo de pensar que podría perder a mi mejor amigo.

*

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El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora