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Siento unas pequeñas lamidas en mi cara y puedo sentir como algo empieza a gruñir en mi cachete

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Siento unas pequeñas lamidas en mi cara y puedo sentir como algo empieza a gruñir en mi cachete.

Abro los ojos lentamente y puedo ver cómo Bee ladea la cabeza hacia un lado y saca la lengua, lo abrazo y trato de pararme. Pero una mano en mi cintura me detiene, volteó hacia un lado y veo aún la cara adormilada de David y como su boca está entreabierta.

Muevo su mano sutilmente y siento como me aprieta más hacia él, muevo un poco para que se separe de mi y nada. Lo vuelvo a mover un poco más fuerte y tampoco nada.

— ¡DAVID! — le gritó y nada más veo como cae en el piso y se empieza a quejar, mientras que yo me río a carcajadas y empiezo a aplaudir.

— ¿De qué te ríes? — me dice él levantándose y sobándose el trasero, veo como voltea hacia atrás y hace una mueca de que está horrorizado —. ¿Tanto fue el golpe que me quedé sin trasero? — dice él y voltea a verme con tristeza.

Levanto mi mano formando un like y me paro de la cama, tomo a Bee en mis brazos y salgo del cuarto de David, mientras camino al mío veo como ya Ryder y Ryan están cambiados y bajan para hacer el desayuno.

Entro a mi cuarto y me doy una ducha, salgo del baño envuelta en una toalla y camino hacia mi armario, me pongo mi ropa interior, un short corto negro, una camisa beige de elefantes y una falda negra, con mis converse negros y tomo mi mochila, dinero y mi teléfono y salgo de mi cuarto.

Veo como los chicos salen apurados de sus cuartos, prendo mi teléfono y veo que ya faltan diez minutos para entrar. Corro escaleras abajo y tomo una manzana y todos los chicos igual, nos subimos al carro y cuando los chicos nos dejan en la entrada entramos corriendo hacia nuestros salones.

— Buenos días — saludo con un beso en la mejilla a los chicos y ellos me responden igual.

— ¿Por qué llegaste tan tarde? Un poquito más tarde y no entras a clase — veo como Thomas y Alaia me ponen atención para que le contesté y digo.

— Se me hizo tarde, dormí en el cuarto de David por qué no me quería dar a Bee y como él no tiene alarma — veo como todos asienten y como a Thomas le pasa un sentimiento por los ojos, que no logro descifrar.

— Chicos, tengo un examen de inglés avanzado saliendo de esta clase — digo poniéndome las manos en la cara y dando un brinco.

— Pero si tú sabes inglés — me dice Lai pegándose en la frente con la palma de su mano.

— Pues si, pero no avanzado — digo haciendo el mismo gesto que ella, mientras ella se ríe de mí.

La clase pasa aburrida, cuando toca el timbre salgo del salón caminando hacia mí examen, me voy dando la bendición y rezando.

— Chicos deseenme suerte — les digo con la mano en mi corazón, mientras escucho un "suerte" de su parte, entro al salón y veo como todos tienen la misma cara que yo. Verán, estos exámenes, se nos aplican a nosotros los latinos para ver como hemos transcurrido en nuestro nivel de inglés, no sé si en otras escuelas lo hagan, pero aquí sí. Y tampoco sé por qué solo a los latinos.

— Guarden todo lo electrónico, solo quiero ver lápiz, borrador, sacapuntas y sus apuntes de clases anteriores en su escritorio — nos dice el maestro que nos da esta clase entregandonos los exámenes.

Hago el examen con facilidad y cuando lo termino me paro y veo como mi compañera Anahí, me hace una seña, veo que el maestro está en su celular y camino rápido hacia ella.

— ¿Qué pasa? — le digo y ella me muestra la pregunta, le digo la respuesta y ella me responde con un "gracias", le doy el examen al profesor con toda la confianza del mundo y salgo del salón.

Veo como todos los chicos me esperan afuera y cuando escuchan la puerta voltean a verme.

— ¿Ya? — me dice Thomas, asiento y camino hacia él, siento como pasa su mano por mis hombros y me pongo nerviosa ante su tacto.

— Sip y si no me salió todo bien, le dejé una pequeña bendición a mi exámen para que se apiade de mi — veo como todos voltean a verme —. Como es exámen de inglés le puse "Ave Marie, llena eres de thank you" escucho las sonoras carcajadas de los chicos y me empiezo a reír con ellos.

— Eres un caso — dice Valentina, secándose las lágrimas de risa.

— Así me aman — les digo guiñándoles el ojo —. ¿Por qué no están en clase? — digo frunciendo el ceño y ellos se rascan la cabeza.

— Paso un pequeño accidente en el laboratorio y se suspendieron por dos semana, ¡Wuuuu! — dice Elías riéndose.

— ¿Quién fue? — veo como todos se vuelven a rascar la cabeza.

— No quiero decir nombres, pero fue Thomas — volteó a verlo y veo como él se pone rojo, le hablo hacia donde estemos solos y le doy un zape.

— ¿En qué estabas pensando? Tú no eres así — le digo regañandolo y veo como él agacha la cabeza.

— Era mi plan por si no te iba bien en el exámen, hacer una distracción para que tu exámen fuera otro día — se me encoge el corazón al escucharlo, todo esto fue por mi, me acerco a él y le doy un abrazo, siento como él me envuelve en sus brazos y me sube a su hombro como si fuera una pluma.

— Vamos a dejarte a tu casa — veo como todos los chicos hacen signos de corazones y yo me pongo roja, me despido de ellos y veo como nos alejamos más.

Me sube al carro y prende la radio, todo el camino hacia la casa fue cantando canciones y riéndonos. Cuando llegamos me bajo y el igual.

— Nos vemos mañana — le digo despidiéndome de él y dándole un beso en la mejilla, me volteó y me alejo un poco de él, siento como jala mi brazo y cuando volteó jala mi cara hacia la de él y me da un beso.

Ese beso que he estado esperando desde hace mucho tiempo.

El beso es lento y tierno, diciéndonos todas las cosas que no nos habíamos dicho, nos separamos y nos vemos a los ojos, le sonrió y él me sonríe, veo como él se aleja de mí y camina hacia su auto, camino hacia la puerta de la casa y cuando veo que arranca, doy el grito más fuerte y agudo que he dado en mi vida de la emoción.

Entro a la casa super feliz y dando saltitos, veo a David en el sillón y me tiró hacia el.

— ¿Y ahora por qué tan feliz? — me pregunta él sonriendo y tocándome el cachete.

— Por fin pasó — le digo agitando mis manos y veo como su sonrisa se ensancha.

— Te dije que te quería — me dice él dándome un abrazo y diciéndome que tenía que hablar con el pacíficamente.

Les dije que se lo tomaba bien.

Por fin pasó Alexandra.

Por fin pasó Gertrudis.

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El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora