Capítulo 38.

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Abro lentamente mis ojos y trato de moverme, cuando no lo consigo volteó hacia abajo y veo que estoy sentada en un silla.

La misma silla en la que ella estaba sentada.

Empiezo a moverme con brusquedad, elevó mi mirada y me topo con dos personas a las que amo con toda mi vida.

Ryder y Simón.

Siento como un nudo se atora en mi garganta y ellos empiezan a abrir los ojos, siento como mis ojos se llenan de lágrimas, ellos voltean hacia mí y hacen una mueca.

—Buenos días, creo que ya despertaron, me alegra mucho, tengo varias cosas que platicar con ustedes —veo como dos personas entran al cuarto, silueta negra y alguien más—. Por fin en el mismo cuarto, aunque siempre nos tuviste enfrente de ti y tu nunca te diste cuenta.

—¿No sabes quiénes somos? —escucho que dice el otro y yo niego, el asiente hacia silueta negra y yo trago saliva, ellos se quitan las capuchas y cuando los veo no puedo creer quiénes son.

Valentina y Axel.

—¡Maldita! ¡Se supone que éramos amigas! —ella se acerca a mi y me toma del cabello haciendo mi cabeza hacia atrás.

—Tú misma lo dijiste cariño, se supone, pero nunca lo fuimos —ella suelta mi cabello y camina hacia Axel, le da un beso corto y voltea hacia nosotros.

—¿Y tú qué, jodido imbécil? —le digo con brusquedad y el camina hacia mí, se posiciona enfrente de mi y me mira a los ojos.

—¿Cómo me dijiste? —el eleva una ceja y yo sonrió.

—Jodido imbécil —siento como su mano impacta contra mi mejilla izquierda haciéndome voltear hacia otro lado, regreso mi mirada a los chicos y veo que ellos tienen su mandíbula tensa, les sonrió y miro a Axel—. Golpeas como mujer —río y cuando el está a punto de darme otra cachetada Valentina lo detiene.

—Ya déjala si, no vale la pena —el asiente y regresa a su lugar.

-—Bueno, creo que se preguntarán que hacen aquí, nuestro jefe, quiere saber la razón de por que ustedes tienen poderes, son a las únicas personas que hemos descubierto y la verdad es que esperamos que hayan más —volteó hacia mis hermanos y ellos se encogen de hombros.

—Haremos algunas pruebas con ustedes y veremos qué es lo que sucede —ellos salen de la habitación y empiezo a moverme bruscamente, siento como una corriente eléctrica pasa por mi cuello y abro mis ojos como platos.

No podrán salir, ustedes tienen un collar en el cuello que hace que no puedan usar sus poderes —escucho la voz de Valentina por un altavoz y ruedo los ojos—. Pronto ustedes tendrán sus habitaciones individuales y estarán sueltos.

—¿Están bien? —volteó hacia los chicos y ellos asienten, veo como Ryder alza su vista y cierra sus ojos fuertemente—. ¿Pasa algo, Ryder? —el abre sus ojos como platos y voltea hacia mí.

—No sé que va a pasar con Ana y el bebé si algo me pasa a mi —frunzo el ceño y me acomodo mejor en la silla para verlo.

—¿Bebé? ¿De que bebé estás hablando? —escucho a Simón decir y yo asiento dándole la razón.

—Ana está embarazada —siento como mi sangre se congela y trago saliva.

—¿Ana? ¿Ana tu novia verdad? —el asiente y yo volteó hacia Simón y el voltea hacia mí.

—Que buen momento, es el mejor momento para que Ana este embarazada —el me fulmina con la mirada y yo ruedo los ojos—. ¿Y estás seguro de que es tuyo?

—No creo que me sea infiel, es demasiado, ya saben, cerrada —Simón eleva una ceja y ríe.

—Apuesto a que es un niño —digo de repente y Simón voltea hacia mí—. Y se va a parecer a mi.

—Apuesto a que es niña —lo fulminó con la mirada y el me fulmina a mi.

—¡Este no es momento para apostar! —grita Ryder y yo ruedo los ojos, volteó hacia el techo y veo que no hay cámaras, gracias a Dios no nos vigilan.

—Tenemos que salir de aquí chicos —ellos asienten y yo trato de usar mis poderes, siento como el collar me da un toque eléctrico, y río por la sensación, vuelvo a intentarlo y siento como me da otro toque, suelto una carcajada y veo como los chicos me miran raro, dejo de reírme y cuando lo vuelvo a intentar me vuelvo a reír.

—Es demasiado divertido esto —veo como Ryder cierra los ojos y los abre asustado.

—¿No te duele? —niego y vuelvo a reír.

—Creo que no me duele por qué mi cuerpo, literal, es electricidad —el asiente dándome la razón y yo sigo tratando de soltarme, veo como Valentina entra al cuarto con unas jeringas y yo me quedo estática en mi lugar.

—Bueno, es hora de que se vean por última vez —volteó a ver a los chicos y ellos a mi—. Es hora de irse a sus habitaciones —ella se acerca a mi y me pone la inyección en el cuello, cierro mis ojos por el dolor y veo a los chicos a los ojos.

—Los amo chicos —siento como mi cuerpo empieza a pesar y lo último que veo es a Valentina sonriendo con arrogancia.

*

Bienvenidos a un nuevo capítulo, espero y lo disfruten.

Ya saben, los quiero musho, disculpen faltas de ortografía, baaaai.

El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora