7

824 82 0
                                    

Nos sentamos en las bancas que dan directo hacia ellas y vemos que nadie nos mire, les pedimos a Ryan y Tyler que nos tapen la vista para que no nos vean los ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos sentamos en las bancas que dan directo hacia ellas y vemos que nadie nos mire, les pedimos a Ryan y Tyler que nos tapen la vista para que no nos vean los ojos.

Nos vemos a los ojos y los cerramos, concentrándonos en ella específicamente, en mi mente empiezo a hacer fantasías locas y cosas que yo odio que pongan en mis juegos mentales, como ella no tiene su ancla es más fácil que podamos hacer que se rinda, hago que empiece a ver de color y abro los ojos, mientras veo como se retuerce y empieza a vomitar en el césped con todas las chicas y la entrenadora alrededor de ella

Volteo hacia Ryder y lo muevo levemente para que pare y cuándo abre los ojos veo como sus ojos pasan de ser negros a ese bonito azul que me gusta mucho. Le doy una palmada en la espalda y nos bajamos de las gradas para ir a nuestra zona de práctica.

— Espera — me dice el con una sonrisa divertida, trama algo.

— ¿Qué pasa? — le pregunto con una mueca, no comprendo qué quiere hacer.

— Hagamos una carrera, si tu ganas seré tu sirviente por una semana y si yo gano tú serás mi sirvienta — me dice con una sonrisa de autosuficiencia y estirando su mano hacia mí.

— Va — le digo estrechando mi mano con la suya —. Desde el punto donde estamos hasta llegar a donde están los demás — le digo para establecer las reglas.

— Okey, te voy a dar una ventaja de diez segundos — me dice el cruzándose de brazos.

Escucho como Tyler y Ryan hacen sus apuestas hacia Ryder, malditos, les voy a dejar en claro quién manda aquí.

Empieza a contar y yo corro a toda velocidad hacia las canchas, escucho pasos resonar detrás de mí y corro lo más rápido que mis pies pueden. Veo como todos se nos quedan viendo raro y empiezo a correr más rápido cuando escucho más cerca sus pasos.

— ¿Qué hacen? — grita un compañero de clase que está en el equipo, estoy a punto de ganar.

— Juegan carreras, quien pierda será el sirviente del otro — responde Ty.

— Yo le apuesto a la ojos bonitos — dice el sacando cincuenta dólares de su bolsillo, confía en mi, tengo que ganar.

— Yo también a ella — y todos empiezan a sacar dinero para la apuesta, mientras que Simón saca un cuaderno y apunta a quienes votan por uno y por otro.

Cuando Ryd está a punto de alcanzarme llegó a la meta, paro y empiezo a hacer mi baile de la victoria.

— ¡Wuuu! Te gané, te gané, te gané — digo cantando y bailando —. Gracias a todos los que me apoyaron, este triunfo es para ustedes — digo levantando mis manos y sonriendo.

— Puedes elegir la semana que quieras para que sea tu sirviente — dice el frotándose el cuello, eso hace cuando no obtiene lo que quiere. Asiento como respuesta y me pongo al centro de la cancha para empezar a entrenar.

Cuando ya terminamos de entrenar, cada quien toma rumbo para su casa, me subo al coche de mis hermanos y vamos directo a la casa.

—Chicos tengo hambre — les señalo mi barriga —. Y si vamos a un Mc Donald's — les digo y ellos asienten.

— Vamos — nos desviamos hacia un camino que da derecho a un Mc y cuando llegamos todos nos bajamos corriendo del carro y empujándonos al entrar, me paro bien y me acomodo el pelo cuando veo a unos chicos que están sentados en la mesa de un lado de donde nosotros planeamos sentarnos mirándome con una sonrisa. Okey, esto se pondrá feo.

— Chicos ¿Y si nos vamos a sentar? — les digo jalándolos de las camisas y guiandolos a la mesa acordada, mientras que ellos se sientan yo voy a pedir para todos hamburguesas y Nuggets. Camino de regreso a mi mesa y les sonrió en el camino, veo como todos mis hermanos me echan una mirada asesina.

Si las miradas matarán, tú estarías muertita tres metros bajo tierra.

— ¿Qué haces tonta? Eso es como hablar con el enemigo — me dice Simón con una expresión seria.

— Solo quería ser agradable — les digo encogiéndome de hombros y rodando los ojos.

— Cállate señorita, no puedes hablar con el enemigo — me dice Ryan en el mismo tono que Simón.

Escucho como suena mi nombre por el altavoz para ir a recoger mi pedido, me paro y voy bailando en el camino.

¿Les conté que estoy en un grupo de baile?

Parece que no, pues no saben ni de lo que hablas.

Bueno pues, estoy en un grupo de baile, mi tía Lila (si, mi abuela tiene una gran obsesión con los nombres que empiecen por la letra L) es la que nos dirige en el grupo pues ella es bailarina profesional.

Camino con un audífono en mi odio escuchando "Positivo, J Balvin" y bailo al ritmo de la música, cuando llego a la caja le dedicó una sonrisa a la joven que atiende y me entrega mi pedido. Camino de regreso hacia mi mesa y veo que le están diciendo algo al muchacho más grande que está ahí, a de tener como unos 19.

Me siento en el lugar que me corresponde y empezamos a comer, cuando estamos a punto de terminar, veo como a todos se les tensa la mandíbula y ven un punto fijo atras de mi. Siento como tocan mi hombro y volteó para ver quien es y es el mismo chico al que le decían algo sus amigos.

— Hola, mis amigos y yo nos preguntamos si nos puedes dar tu número de teléfono, nos gustó la coreografía que ibas bailando y nos gustaría que nos enseñaras — me dice el nervioso, sonrió ante ello y me paro de mi asiento y saco un papel de mi bolsa, escribo mi número y camino hacia su mesa, veo como todos se ponen pálidos, creo que no se esperaban esto.

— Veo que les gusto mi coreografía — veo como todos vuelven a sus posiciones actuales y respiran con tranquilidad —. Si quieren para que sea más profesional y todo, yo voy a un estudio de baile, mi tía da clases ahí y ahí es donde yo las aprendo, les doy mi número por si se ponen de acuerdo en ir — me levanto del asiento y vuelvo a la mesa donde están mis hermanos que me miran extraño.

— Estamos enojados contigo — me dice David cruzando sus brazos y haciendo pucheros como niño chiquito.

— Mi bebé está celoso, sabes que mamá siempre estará aquí — digo abrazándolo y siento como me cargó y me puso en su hombro. Esto era una trampa.

Y caí en ella.

*

*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora