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Después de ese pequeño baile, todos nos fuimos a quitar los disfraces para cenar, cuando termine de cambiarme baje de mi cuarto hacia la cocina para ver que preparaba para comer

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Después de ese pequeño baile, todos nos fuimos a quitar los disfraces para cenar, cuando termine de cambiarme baje de mi cuarto hacia la cocina para ver que preparaba para comer.

Busque y busque en los gabinetes y no encontré nada, hasta que en uno encontré para hacer enchiladas, saque todo y lo preparé, cuando ya estuvo todo, llame a los chicos y cuando bajaron empezamos a comer todos juntos.

—David, ¿Y tu novia? Tu eres el único de nosotros que no anda detrás de una chica, ¿O es que tienes y nos la escondes? —Ryder empieza a hacer señas extrañas con la mano y a sonreír, abro mis ojos como platos y rostro de David se vuelve pálido.

Tienes que decirles ya —le digo a David por telepatía y asiente.

—Y-yo tengo a-algo que decirles —David empieza a tartamudear y los chicos fruncen el ceño.

—Dilo, te estamos esperando.

—Soy gay —y en cuanto dijo eso todos se pararon, corrí y me posicione frente de él.

—Quítate Lea, que le daré su merecido a este jo...

—¡CÁLLATE! No te atrevas a decir eso —lo interrumpo antes de que termine la palabra—. No me voy a quitar, ¿Qué no puedes entender que todos somos iguales? Y te puedo jurar que si tú u otro de nosotros tuviera gustos diferentes no te gustaría que alguno de nosotros reaccionara de la misma forma, amor es amor y a ti no te debería de importar —golpea la mesa y pone las manos en su cabeza, se acerca a David y lo abraza, respiro con tranquilidad y me separó de los dos.

Escucho como él le susurra "Perdóname, te amo hermano." Sonrío y me uno a su abrazo, siento más brazos alrededor de nosotros y vuelvo a suspirar.

—Así me gusta, que todos seamos unidos, ahora volvamos a comer, que tengo hambre —todos nos volvimos a sentar y le sonreí a David, me devolvió la sonrisa y seguimos comiendo.

Cuando terminamos dejan los platos en el lavaplatos y me abrazan por la cintura, mientras siento como el aroma de David llega a mis fosas nasales.

—Gracias por defenderme, te amo —me volteó y lo abrazo.

—Yo también te amo —le susurró y cuando nos separamos cada quien toma rumbo a su cuarto.

Cuando ya estoy en mi cuarto me cambio con mi pijama y me acuesto en mi cama, abrazo a Bee y en algún momento de la noche, termino dormida.

~Al día siguiente~

Me levanté de golpe por el sonido de mi despertador, bufe y me pare de la cama, entre a mi ducha y cuando salí empecé a caminar hacia mi armario.

—Buenos días familia —saludo en cuanto llegó a la cocina, veo a los chicos sonriendo y comiendo cereal—. ¿Aún queda cereal? —todos asienten y yo aplaudo, me sirvo en un plato cereal y empiezo a comer junto con ellos, cuando ya estamos en camino empiezo a mover mis manos nerviosa, nunca había hecho esto.

—Chicos, ¿Qué pasa si hago una broma en la escuela y les hablan? ¿Me cubren con mis papás? —todos se miran entre sí y sonríen, esto es extraño.

—Por ser tu primera broma en la escuela, sí —sonrió y empiezo a bailar.

—Que bueno, ahora le haremos una broma a Justin cuando vaya a sacar sus cosas del casillero —todos asienten y cuando ya llegamos a la escuela me bajo y me despido de los chicos.

—¡SUSAN! —le gritó a una chica super linda que es nerd y me cae muy bien para pedirle un favor, cuando me escucha se sobresalta y cuando ve que soy yo me sonríe.

—Lea, qué gusto verte, ¿Me necesitas para algo en especial?

—¿Tienes la llave del casillero de Justin? —le pregunto mientras ella pone una mano en su barbilla y empieza a buscar algo de su mochila.

—¿Justin el popular o Justin el nerd? —sacó dos llaves.

—El popular —ella me da la llave y yo la tomo y la pongo en mi bolsita del overol.

—Le harás una broma, eso es muy bueno, ¿Necesitas ayuda? Estoy a tus servicios.

—Ya que lo dices, si necesito, ¿Podrías distraer al director? Ya ves que el hace rondines por los pasillos en hora de clase —asiente y sonreí—. Muchas gracias, me saldré en la tercera hora antes del receso —vuelve a asentir y camino hacia mi salón.

Thomas está volteado de espaldas a mí y mueve su pierna, ansioso, camino sigilosamente a él y cuando llego lo abrazo por la cintura, agacha su vista y creo yo que ve mis manos.

—Mi pequeño solecito —se voltea hacia mí y cuando me ve salto hacia el y enrollo mis piernas en su cintura, me toma por los muslos, meto mi mano a su bolsillo trasero y dejó la llave ahí, me da un beso en la cabeza.

—Te extrañe —digo abrazándolo por el cuello—. La llave está en tu bolsillo —le susurró en el oído y deposito un beso en su mejilla.

—Yo también, mi amor —me da un beso tierno y me bajo.

—Son demasiado tiernos, aveces dan asco —volteó a ver a Valentina y una expresión de enojo es visible en su cara.

¿Enojada? Por qué rayos estaría enojada.

Ni idea Gertru.

Abrazo celosamente a Thomas y siento como me jala por la cintura.

Cuando estuve a punto de decirle a Thomas algo en el oído escuché cómo sonó la campana, me guiña el ojo y me tira un beso, hago como que lo atrapó y lo pongo en mi pecho, me sonrojo y volteo hacia enfrente donde veo que la maestra de matemáticas entra para darnos tres horas seguidas de matemáticas.

Muevo mis pies inquieta y veo mi reloj, falta treinta minutos para salir a almorzar, volteó hacia Thomas y veo como se para con su mochila.

Esto está a punto de ponerse bueno.

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El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora