10

724 66 0
                                    

Me despierto por los rayos del sol que me dan justo en la cara, se me olvidó cerrar la cortina ayer que me dormí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me despierto por los rayos del sol que me dan justo en la cara, se me olvidó cerrar la cortina ayer que me dormí. Me levanto y entro a mi baño, me lavo los dientes y entro a mi regadera para darme una ducha. Salgo con una toalla alrededor de mi, entro a mi armario para cambiarme, me paro enfrente del espejo y me dejó el pelo suelto, me maquillo natural, tomo mi mochila, mi celular y un poco de dinero y salgo de mi cuarto.

Mientras camino por el pasillo logro escuchar mucho ruido en la cocina, cuando llego veo como todos corren y se sientan en sus asientos otra vez y como David está tirado en el suelo con las manos en la cabeza.

— ¿Qué le pasó? — les pregunto a todos mientras veo como intentan contener una carcajada.

— Se cayó — y en cuanto Ryan dijo eso todos explotaron en carcajadas, ruedo los ojos divertida y me sirvo un plato de cereales, me siento en mi lugar correspondiente y como con las carcajadas y chistes de mis hermanos alrededor.

Cuando ya faltan 20 minutos para entrar a la escuela todos salimos de la casa y entramos al carro de Tyler, nos bajan en nuestro instituto y ellos se van a la universidad, entramos con nuestra típica entrada y cada quien se va para su clase, me siento en mi lugar correspondiente a un lado de Thomas y después de 5 minutos de que toca el timbre entra el maestro a darnos 3 horas seguidas de matemáticas.

Cuando estoy a punto de pasar al pizarrón a hacer un ejercicio toca el timbre y salgo corriendo hacia mí mochila, corro a toda velocidad esquivando a todos por el pasillo hasta llegar a la cafetería.

Veo como los chicos ya están sentados en la mesa, solo faltamos Thom y yo, compro mi almuerzo, el cual consiste en una hamburguesa de pollo picante y una caja de jugo de naranja, camino como toda una diva moviendo mi pelo para todas partes, cuando llego a mi lugar me siento con toda la delicadeza del mundo y empiezo a comer mientras escucho la platica de los demás.

— ¿Y a tí que te pasa? — me pregunta Lai con el ceño fruncido y comiéndose una papa mía.

¿Le contarás qué estabas pensando en cómo estrangular a David por arruinar el beso que tanto esperas?

No, claro que no.

— ¿A mi? — digo apuntándome mientras ella asiente —. Nada, nada de nada — me ve con los ojos entrecerrados, se que luego me preguntará cuando estemos solo las dos.

— Okey — me dice viéndome con los ojos aún entrecerrados y apuntándome de que me estará vigilando, me río ante eso y llevo mi bandeja hacia donde están las cocineras, les sonrió y ellas igual.

Siento como algo vibra en mi bolsillo trasero, lo saco y veo que es una llamada de Ryder.

— ¿Qué pasa? Ahora no iré por ustedes a la cárcel, arréglenselas solos — les digo por qué eso me pasó la última vez.

No es nada de eso tonta, aunque si estuviéramos en la cárcel de nuevo, tú serías la primera en venir a sacarnos — asiento ante su respuesta, es verdad, no los dejaría sufrir en una cárcel —. Te llamaba para avisarte que mañana no vas a ir al instituto, vendrás a la universidad, tendremos una misión imposible, te explico en la casa de que se trata el plan, chau — me quitó el celular de la oreja cuando veo que me cuelga y camino de regreso a la mesa.

Las demás clases pasaron con aburrimiento, cuando toca el timbre para irnos, camino hacia el carro de Thomas y lo espero, veo como se despide de sus amigos y camina hacia mí con una sonrisa.

— ¿Nos vamos? — pregunta el abriéndome la puerta, esto me recuerda a la vez de la feria, ah, que recuerdos.

— Claro — me subo al auto y tomamos rumbo a su casa, es casi igual que la mía, solo que ellos no tienen como vecino al señor bigotes.

Cuando llegamos aparca su auto afuera y me bajo del auto, lo sigo hasta que él abre la puerta de su casa y vemos cómo está todo impecable. Se nota que Alexa me extraña.

— ¡Mamá! Ya llegamos — gritó Thom hacia alguna parte de la casa y escucho como pequeños pasos bajan corriendo de la escaleras, sonrió al pensar que es Isabella que me espera.

— ¡Alex! — veo como una pequeña cabellera rubia se acerca corriendo hacia mi, me arrodilló para poder abrazarla, cuando ella llega hasta mi, siento como choca contra mi pecho, la abrazo con todas mis fuerzas y la levanto del suelo, empiezo a dar vueltas y escucho sus sonoras carcajadas, la bajo para que tome aire y veo como Thomas nos ve con dulzura, le doy una sonrisa y me concentro en su hermana.

— ¡Bella! Pero qué linda estás — le digo tocándole el pelo —. Vas a tener mucho pretendientes cuando tengas mi edad — le digo con una sonrisa divertida, sé que Thomas es demasiado celoso con ella y no le gusta que diga eso.

— Cállate, no le des ideas, no quiero que tenga novio hasta los 30 — me dice él dándome un abrazo también con una sonrisa divertida, tiene las mismas frases que mis hermanos.

Siento como unos pequeños ojos nos ven con intriga.

— ¿Y por qué ustedes sí pueden ser novios y yo no puedo tener uno? — nos dice con un puchero y con sus brazos cruzados.

— Nosotros no somos novios — le dice él acercándose a ella y susurrando algo en su oído, ella al escucharlo asiente frenéticamente con una sonrisa y ella también le dice algo.

Ummmmm, sospechoso.

— Bella, ¿Y tu mamá? — les digo interrumpiéndolos en su platica de hermanos y escucho la voz de Alexa que me dice "estoy en la cocina, querida", les hago una seña de que iré con ella y ellos asienten volviendo a su tema, el cual no se y quiero saber.

Cuando llego a la cocina veo como Alexa está volteada haciendo algo en la estufa, cuando escucha mis pasos voltea, me sonríe y me estrecha en sus brazos con esos abrazos que me hacen recordar a mi madre cuando no está en casa.

Todo el día me la pasó, platicando con Alexa, jugando con Bella he intentando averiguar lo que me esconden.

Cuando es hora de irme, me despido de las dos, Thomas se ofrece a llevarme a mi casa, nos montamos en el carro y tomamos rumbo a mi casa.

Llegamos a mi casa, me bajo del auto al igual que él y me acompaña a la entrada.

— Bueno, me tengo que ir, ¿Mañana nos vemos en la escuela? — niego ante su pregunta y él me mira extrañado.

— Ryder dijo que tenía que ir con él a la universidad — asiente y se acerca a mí tan cerca que puedo sentir su aliento a menta en mi cara, mi corazón empieza retumbar en mis oídos.

— No quiero que hables con hombres en la universidad — me dice él y me da un beso cerca de la boca, veo como se aleja y me deja con la palabra en la boca.

¿Que rayos significa eso Alexandra?

Ni siquiera yo sé Gertrudis.

*

*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora