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Cuando veo todo oscuro y como se logra ver una pequeña luz en el fondo, empiezo a dar patadas al aire y trato de gritar con todas mis fuerzas, le muerdo la mano al que me está cargando y escucho como se queja y me suelta, corro y no doy ni dos pas...

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Cuando veo todo oscuro y como se logra ver una pequeña luz en el fondo, empiezo a dar patadas al aire y trato de gritar con todas mis fuerzas, le muerdo la mano al que me está cargando y escucho como se queja y me suelta, corro y no doy ni dos pasos cuando siento como me jalan el pelo y me voltean la cara de un puñetazo que no me esperaba y puedo sentir un sabor metálico en mi boca.

— N-no me hagan n-nada por favor — les digo llorando y veo como todos esos señores se juntan haciendo un circulo, siento como me jalan el cabello de nuevo y puedo sentir la respiración de uno de ellos en mi nuca.

— Pero si nos vamos a divertir — siento como pega mi espalda en la pared y me empieza a dar besos en la cara y a oler mi cabello, trato de quitarlo con todas mis fuerzas y solo logro rasguñarlo, siento como uno de ellos me da una cachetada y me jala el pelo.

— Estate quieta niña — me dice el maldito viejo mientras choca los cinco con otro tipo.

Trato de safarme cómo puedo, más lágrimas resbalan por mis mejillas cuando siento que trata de desabrocharme el short y él empieza a quitarse su cinturón.

— Ya me tienes arto niña — y siento como me arde la pierna.

Cuando me desabrocha el short me tiró al suelo para que no lo logré y escucho gritos de afuera del callejón.

— Leanna ¿Eres tú? — grito con las fuerzas que me quedan que si y me arrastro hacia un rincón, mientras veo como 6 figuras fornidas entran corriendo y buscándome con la mirada y veo la mirada aterrada de los imbéciles que trataron de abusar de mi.

El piso empieza a temblar y veo como se abre la tierra tragándose a los señores y se vuelve a cerrar.

Empiezo a sollozar más fuerte y siento como alguien trata de abrazarme, estiro mis brazos y siento como me cargan.

Veo como los chicos nos siguen tomándome la cabeza y tocando mi cara con preocupación y echando humo por las orejas, me volteó hacia ellos.

— Pensé que no iban a llegar, y-y qué iban a abusar de mi — les digo llorando otra vez mientras siento como Thomas me abraza y me quejo en voz alta por qué me tentó la cara.

Él me voltea con delicadeza y me levanta el mentón, verificando si el golpe no pasó a mayores.

— Esos malnacidos no saben lo que les espera en el infierno — veo como todos asienten y empezamos a caminar al carro, les digo que me quiero ir a descansar a la casa y arrancamos para allá.

Cuando llegamos todos se bajan y esperan que me baje. Thomas se para y me mira.

— Me tengo que ir — mis ojos se llenan de lágrimas y empiezo a negar.

— No me dejes — le doy un abrazo y siento como me da un beso en la cabeza.

Empezamos a caminar adentro y veo como los chicos ya están diciéndole a mamá lo que pasa, mañana o en la noche me marcará, Thomas les dice que me acompañará a descansar y subimos las escaleras hacia mí cuarto, en cuanto entro voy al baño diciéndole que puede usar lo que quiera y que me espere. 

El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora