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Toda la tarde nos la pasamos jugando con Bee y viendo series en Netflix

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Toda la tarde nos la pasamos jugando con Bee y viendo series en Netflix. Como todos teníamos mucha flojera para hacer comida los chicos tomaron la difícil decisión de pedir comida china a domicilio.

—Pero esta vez yo no abro la puerta, esperemos y el repartidor sea gay —levanto mi ceja hacia David y se pone rojo.

Sí, mi queridísimo hermano David es gay y me siento tan feliz de que él haya querido abrir su corazón hacia mí y contármelo. Ninguno de mis hermanos sabe, aún.

Me hace una señal de que me calle y yo hago lo mismo, escucho el timbre y voy a abrir la puerta, veo a un amigo de la escuela que también es gay y se sonroja al verme.

Que suerte la mía.

—David, te dije que era bruja —le guiño el ojo a Erick y veo cómo se tapa la cara y niega divertido, veo como David viene hacia acá frunciendo el ceño y cuando ve a Erick también se sonroja.

—Bye, niños — les dijo a los dos mientras tomo la comida y la llevó a la cocina, David entra sonrojado a la cocina y le doy una mirada, él asiente y yo me pongo a comer, cuando terminamos subo a mi habitación con Bee en mis brazos y entro a mi baño dándome una ducha, cuando salgo me pongo mi ropa interior, un short de los Backyardigans y una camisa que combina con el short, me hago una trenza sencilla para dormir, camino hacia la cama al observar que David ya se encuentra ahí.

—¿Qué pashu? —le digo mientras busco mi teléfono en alguna parte de la cama y él lo saca de abajo de la almohada.

—¡Me invitó a una cita! —me dice emocionado y agitando sus brazos.

—¡Aa...! —siento como tapa mi boca y me hace una seña de que me calle, asiento y me destapa la boca—. ¿Y qué le dijiste?

—Le dije que sí —y los dos empezamos a brincar como locos en mi cama.

—No quiero que te ilusiones tan rápido, puede que solo este jugando contigo y no quiero que te lastimen —asiente y nos acostamos en mi cama con Bee en medio.

Y entre tantas pláticas nos quedamos dormidos.

Al otro día.

Siento como me mueven suavemente y cuando abro los ojos me topo con los de David.

—Tienes que levantarte, tenemos que ir al coliseo para la semifinal —asiento adormilada y me levanto hacia mi baño.

Cuando ya salgo de bañarme busco que ponerme, me pongo mi ropa interior, me pongo un short deportivo, un crop top negro sin mangas y mis Vans negros, me hago una trenza francesa y salgo de la habitación, tomo mi teléfono y cuando ya estoy abajo en la cocina, todos los chicos están tapando algo atrás de ellos.

—¿Qué están tapando? —les digo tratando de moverlos.

Todos se mueven y puedo ver un pastel mediano de chocolate que dice "Suerte", siento mis ojos llenarse de lágrimas y empiezo a brincar.

El secreto de mi familia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora