CAPÍTULO DIECISÉIS

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POV Hanna

Estaba sola con Mary ya que Hoseok tuvo que bajar a atender a Jimin. Quería verlo, pero ninguno de los dos podía salir de la habitación debido a nuestra situación.

Hablaba con mi mejor amiga mientras ella estaba sentada a mi lado sobando su vientre cuando soltó las preguntas que seguramente traía atascadas en su garganta desde hace vario tiempo.

— Hanna, ¿cómo te sentiste cuando lo viste?. A-A Namjoon — Trague grueso y mis manos empezaron a temblar.

—Fue como si estuviera viviendo una pesadilla. Porque jamás hubiese pensado que él llegaría a hacer tales cosas, ni a convertirse en el monstruo que se convirtió — Apretaba mis manos para que dejaran de temblar, pero era imposible.

Con solo nombrarlo, sentía pánico. Como si de alguna forma en cualquier momento entraría por esa puerta.

— No imagino como debes sentirte, debe ser realmente terrorífico — Asiento y aprieto mis labios en una línea. No quería asustarla, así que me contenía lo más posible por no gritar.

La puerta se abrió y de golpe me hice bolita en la camilla tapándome con la sábana al mismo tiempo que solté un grito de terror y empecé a llorar.

Escuche que varias cosas se caía en el piso y unas manos se posaban sobre mí.

Con delicadeza quitaron la sábana y me encontré con Yoongi quien me veía preocupado.

Sin importarme el dolor de la vía me levante y me lancé a sus brazos empezando a llorar debido al miedo y la necesidad de protección.

Él empieza a hacer caricias en mi espalda mientras mi cuerpo tiembla.

El escuchar los latidos de su corazón, me calmo y empiezo a mentalizarme de que estoy segura, de que ya él no está.

— ¿Estás mejor? ¿Qué sucedió? — Al fondo escucho a alguien sorber por la naríz y unos pequeños sollozos.

— Y-Yo le pregunté por... — Escuche unos siseos y entendí que era V quien trataba de consolar a Mary, no fue su culpa, ella no sabía como podía reaccionar.

— Hay que intentar no hablar de ese tema, por lo menos hasta que empiece los cuidados psicológicos — Respiraba profundamente llenando mis fosas nasales de el perfume que tanto extrañaba, mientras Yoongi le hablaba a Mary.

Me separo de él y sonríe para mí, la verdad es que volví a enamorarme. No era el mismo estilo de antes, pero se veía igual de bien o hasta mejor.

Botines negros, pantalones negros rasgados, un suéter de estampado militar que le llegaba a los muslos y una bandana roja que sostenía su ahora rubio cabello, dándole es toque de chico malo que me encanta.

Sus perforaciones se veían mejor que nunca y su sonrisa iba a ser la medicina perfecta para que me recuperara más rápido.

Si él estaba conmigo, me sentía más segura que nunca.

— ¿Mejor? — Dice y asiento, me ayuda a sentarme en la cama y solo siento un temblor leve en mi cuerpo.

Respiro profundo varias veces hasta que este pase y él acaricia mi espalda, logrando que logre calmarme más rápido.

— Hanna, lo siento yo...

— Tranquila, no sabías como reaccionaría — Levanto mi mirada y tiene los ojos inyectados en sangre, no era su culpa.

— Te traje algo — Dice Yoongi para cambiar el tema.

Monta una maleta realmemte grande en la cama y saca un conjunto negro de jogger y suéter crop con una línea los lados del jogger y las mangas del suéter de pequeños cuadros blancos y negros. Realmente me encantaba.

— Me encanta, Yoongi — Él traga grueso y lo noto, pero sonríe como si nada pasara. En verdad, ya no le gustaba que lo llamaran así.

— Te compré muchas más cosas — Rasca su nuca — Pero ya las guarde en el apartamento.

— ¿Fue muy malo el paseo, V? — Le hablo al ahora pelinegro pero este no contesta.

V se encuentra viendo un lugar fijo en la pared al mismo tiempo que tiene delicadamente a Mary en sus brazos.

— ¿V? ¿Tae? — Dice Mary moviéndolo.

— ¿Q-Qué? — Se sobresalta y todos lo vemos mientras él se sonroja.

— ¿Todo bien? — Pregunta Suga y él solo le hace una seña para que lo siga.

Da un beso en la frente de Mary y Yoongi solo articula un "ya vuelvo".

Cuando se van, Mary me ve sin entender, algo había pasado que él se negaba a decir.

— No entendí que sucedió — Dice en un susurro.

Se acerca a la camilla e intento que no piense en eso 

(...)

Después de un rato, V entra anunciando que era hora de irse mientras que tras él, venía Suga serio y pensativo.

Se despiden de nosotros y prometen volver mañana ya que Mary insistía en recuperar el tiempo perdido.

Me doy cuenta de Suga trae una bolsa en sus manos y al percatarse de mi atención hacia la bolsa, por fin suelta una sonrisa.

— Te traje algo — Sonrío y él se sienta en la camilla.

Abre la bolsa y el delicioso olor invade mis fosas nasales.

— Croissant de chocolate — Digo en un susurro y él asiente.

— Esto es un nuevo comienzo para nosotros y quise iniciarlo como la primera vez — Mis ojos se cristalizan y como puedo estiro mis brazos para que él venga hacia mí y me abrace.

Lo amo, no había duda eso. Volver a tenerlo era como si el alma volviera a mi cuerpo.

Hubo más que solo esperanza en ese encierro. Muchas veces pensé en que él ya no me quería en su vida o que se olvidaría de mí pero, muy el fondo sabía que eso no pasaría. Sentíamos lo mismo a pesar de la situación y los distintos planos de destrucción.

Comimos en medio de recuerdos y ya que hablar de los momentos que vivimos separados, no estaría acorde al momento.

Cuando terminamos, el recoge todos los papeles y los bota para luego sentarse frente a mí sin quitarme la mirada de encima.

— No imaginas como esperé este momento — Sonrío. — Soñé demasiadas veces con verte de nuevo y tenerte solo a centímetros de distancia.

Su mirada perdida en mis labios erizado lo piel,  por fin sin tener miedo a la cercanía,  sin tener miedo de que me lastimaran. 

Da un corto beso en mis labios y lo miro mientras acaricia mi mejilla. 

— Deberías dormir — Pasa su dedo por mis labios y cierto los ojos por el dulce contacto. 

— Aún no — Respondo.  — Más tarde. 

Asiente y nos quedamos hablando de cómo era su nuevo apartamento y cómo organizó todo para que ahora fuera nuestro. 

— Estoy seguro de que te encantará, es blanco y podrás decorarlo a tu manera y de la forma que quieras — Sus ojos no mostraban más que ilusión y la felicidad que sentía en ese momento no se podía comparar con nada. 

La puerta se abrió para dejar ver un Hoseok pálido y con sus manos temblando. 

Yoongi se levanta de golpe y corre hacia él al mismo tiempo que sus piernas se debilitan haciendo que casi caiga al suelo. 

— Hoseok, ¿qué pasa hermano? — Lo ayuda a sentarse en el sofá de la habitación y yo intento sentarme ignorando el fuerte dolor de mis costillas. 

Yoongi me ve y me ordena que me acueste pero no puedo al ver como se encuentra Hoseok con su mirada pérdida y sus ojos llenos de lágrimas. 

— E-Es Jimin... 

— ¿Q-Qué pasó? — Digo en un hilo de voz. 

— Jimin no está.

FAR AWAY © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora