CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO

478 63 11
                                    

Había llegado a mi apartamento hace dos horas aproximadamente, había limpiado todo y ahora me encontraba caminando en círculos pensando en que hacer después de lo que ví.

Ahora menos que nunca me iría a vivir con Yoongi, ¿aún seguiré siendo su novia después de lo que ví? No lo sé, pero no puedo hacerme la que no vio nada.

Después de haber llegado a casa pensé seriamente en haberme ido con Jungkook, pero no podía pagarle de la misma moneda, soy más que eso.

Sin embargo también me extrañaba que no estuviera tirada en el suelo llorando, sentía más rabia y ganas de saber que sucede, que tristeza.

Me sobresalto al escuchar mi móvil sonar y corro hacia él para ver su linda foto de contacto donde sale durmiendo.

Imbécil, es hermoso.

La luz se apaga y me doy cuenta que me quedé viendo la imagen y no contesté, aunque tampoco quería.

Deje el móvil de nuevo en el sofá y me siento. Suspiro frustrada y me recuesto del espaldar al mismo tiempo que cierro los ojos.

A pesar de no haber hecho mucho en todo el día me sentía agotada, con ganas de al menos dormir por dos semanas seguidas.

El móvil vuelve a sonar y simplemente lo dejo que suene. Estoy en un momento en el que si escucho su voz, me quebrare y es lo que quiero evitar.

Unas dos veces más suena el móvil y ya luego suenan pequeños piticos que señalan que son mensajes.

Ya se escuchaban realmente lejos cuando caigo en un profundo sueño ignorando todas sus llamadas y mensajes.

(...)

Unos golpes sutiles suenan en mi puerta y estoy segura de que es Yoongi. Sin embargo, me encuentro tan cómoda en mi sofá que tengo una pelea mental por unos segundos hasta que me decido a levantarme.

Primero voy al baño, me lavo, cepillo mis dientes y cabello y cambio mi ropa a un jogger y una camisa.

Salgo y aún los pequeños golpes no sesan.

— Voy — Digo con voz adormilada y abro la puerta pero para mi mayor sorpresa, no es Yoongi.

Entra al apartamento y lo mira todo antes de pararse en el medio del salón sin mi permiso a que siquiera dejara que pasara.

— Hanna...

— ¿A qué debo su visita, señora Kim? — Cierro la puerta y doy solo unos pasos para quedar a una distancia prudencial.   

— Hanna, como sabrás Namjoon no está preso y...

— Vaya al grano — Corto rápido su discurso barato porque no hay nada más desagradable que sea su cara la primera que vea en la mañana.

Ella se nota nerviosa y a la vez ansiosa, sus manos tiemblan y ve a todas partes como si en las paredes estuviera escrito lo que ella quiere decirme.

— Hanna, es que... — Se acerca un poco y yo retrocedo a lo que ella detiene su paso —Namjoon quiere verte.

Una patada imaginaria chocó contra mi estómago al escuchar sus palabras, necesitaba café urgentemente para poder escuchar ésto, pero no podía moverme, ni pestañar podía.

— Él... Él de alguna forma está teniendo una gran recuperación y me pidió que quería verte y aquí estoy — Entrelaza sus manos frente a ella y me mira con los ojos cristalizados y una obvia suplica en ellos.

— Eso no podrá ser posible.

— Hanna, piénsalo antes de tomar una decisión. Tal vez tú puedas ayudar mucho más a que se recupere — Niego pero respiro profundo y paso mis manos por mi cuello para eliminar un poco la tensión en éste — Aunque me haya costado aceptarlo, debo admitir que él te ama a pesar de todo.

FAR AWAY © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora