CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS

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POV Hanna
  
A pesar de sentirme en calma teniendo a Suga a mi lado, sentía la presión en mi pecho que me hacía no poder respirar.

Mis manos no paraban de temblar y las lágrimas no paraban de salir. Estaba asustada porque esta no era la primera vez, tenía días que esto pasaba, sólo que no llegaba a despertarme de esta manera.

Me levanté y busque mi ropa la cual me puse de inmediato apenas estuvo en mis manos.

— ¿P-Por qué te vas? — La voz de Suga paró mis movimientos y lo mire.

Se veía desconcertado y queriendo entender que me estaba pasando. Pero, ¿Cómo él podía entender algo que ni yo entendía?.

Termino de abrochar mi falda y coloco mis zapatos sin decir nada.

— ¿Hanna qué pasa? ¿Quién es esa "ella"? — No dije nada, solamente me levanté, lo vi por última y fui a la puerta.

Sus pasos se hicieron fuertes y me tomó de la cintura para abrazarme con la manilla de la puerta en mi mano.

— ¿Qué pasa? — Niego y mis ojos se cristalizan.

— Te llamaré en la mañana — Me volteo y beso su mejilla, pero él toma las mías y besa mis labios.

— Avísame cuando llegues a casa — Dice con nuestras frentes pegadas, asiento y sin más salgo del apartamento.

Él se queda viéndome desde la puerta y cuando el elevador llega, lo miro unos segundos más y me voy.

Al ya estar en el auto respiro unos segundos y miro mi pequeño espacio recordando lo que había sucedido.

No era justo que lo dejara así pero necesito estar sola y hablar con mi padre.

Acelero e intento mantener mi mente en blanco mientras manejo o puedo tener un accidente si no me concentro.

Llego al apartamento un poco más calmada y respiro hondo al ya cerrar la puerta, no prendo ninguna de las luces y solo sigo a mi habitación.

Veo la hora y son las tres cuarenta de la mañana, en Nueva York serían las dos cuarenta de la tarde. Busco mi portátil y entro a Skype, busco el contacto de mi padre y marco la opción de videollamada.

Uno, dos, tres, cuatro tonos y no contestaba, tranco y al ver su contacto me doy cuenta que está conectado, vuelvo a llamar y no hay respuesta, no me contesta.

Empiezo a pensar que seguramente está en una reunión de esas tediosas a las que odia ir, puedo recordar cuando vivía con él y salía bufando de casa cuando era día de comité y reuniones, las odia y siempre hacía comentarios graciosos cuando ya estaba a punto de cerrar la puerta.

Cierro la portátil y me quedo recordando aquellos momentos en que éramos él y yo, sus charlas acerca de la historia de los deportes que aunque me perdía a mitad de conversación amaba seguir escuchando su sabiduría sobre el tema.

Sus maneras tan originales de despertarme que aunque no fuera una niña, me aplastaba y me hacía cosquillas hasta que me despertaba con una sonrisa de oreja a oreja porque sabía que él estaba ahí.

Muchas veces hasta se quedaba unos cinco minutos más durmiendo conmigo y era feliz, justo en ese pequeño momento era feliz, a pesar de ser mayor de edad, me sentía como una pequeña niña en ese momento; porque el egoísmo hizo que nos arrancaran esos momentos cuando tenía que vivirlos.

Mi memoria sigue reproduciendo esos momentos y sonrío, ¿En qué momento todo pasó tan rápido? ¿En qué momento se perdió todo eso?.

Duró tan poco que ahora sólo creo que es mi imaginación que me traiciona.

FAR AWAY © | SUGA - BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora