FAR AWAY © | SUGA - BTS.

CAPÍTULO VEINTICUATRO

POV Hanna

— Hanna — Pídeme que me quede, solo hazlo Yoongi.  

Volteo a verlo y no hay nada, no hay palabras, disculpas o aunque sea una pizca de remordimiento en su rostro, no hay nada.

Respiro profundo y con los sentimientos a flor de piel, dejo las llaves en la mesa y salgo del apartamento sin mirar atrás.

Espero unos minutos para ver si sale por mí, pero no hay nada, todo se terminó.

Bajo y llego al estacionamiento aguantando el llanto para no desesperarme.

Dejo las maletas en los asientos traseros de mi auto y me monto rápido.

— ¿Qué mierdas hago ahora? — Le pego un manotazo al volante y dejo que el llanto salga mientras pego mi frente de este.

No quiero llegar a casa de Jimin ahora que es pareja de J-Hope, necesitan su privacidad y recuperar el tiempo perdido.

Ir a casa de Mary y llenarla de malas vibras y embarazada no sería una buena idea entonces.

Una idea pasa por mi mente y le escribo preguntando si podía pasar solo una noche en su casa, que le explicaria al llegar y la respuesta fue inmediata con un sí.

Limpio los restos de lágrimas de mi cara y acelero el auto pero, no sin antes darle un vistazo a la puerta del estacionamiento donde él nunca iba a aparecer.

Mi corazón en este momento no está en mi pecho, todos los pedazos quedaron en la sala de su apartamento cuando me pidió que me fuera.

Doy inicio al camino y por más que intento las lágrimas siguen saliendo, por más que intento mi mente y mi pecho sigue doliendo.

Unos veinte minutos después me bajo del auto y está él sentado en las escaleras de su edificio esperandome, lo sé porque desde que vio el auto y lo reconoció, se levantó de golpe hasta mí.

Abrió la puerta del auto y me tomó de los brazos para sacarme y abrazarme lo más fuerte posible.

Esto era lo que necesitaba, de esos abrazos que no pides pero que llegan en el momento exacto, de esos que te reconfortan y te hacen saber que no estás sola.

— Sabía que estabas llorando.

— ¿Cómo lo sabías si te envié un mensaje? — Lo escucho reír y me abraza más fuerte.

— Porque no todos los días Hanna Vans me pide quedarse en mi casa después de vivir con el psicópata millonario de su novio y mucho menos  a casi medianoche — Suelto una pequeña risita y sorbo por la nariz.

— Vamos, aquí hace frío — Asiento y al alejarme me toma de las mejillas y limpia las lágrimas.

Me quedo mirándolo y le sonrío a medias haciendo que él sonría de la misma forma.

Voy hacia los asientos traseros del auto y cuando voy a abrir la maleta él me quita y las baja del auto.

— Hasta que no consigas un lugar o vuelvas con aquel enano, no dejaré que te vayas, ¿entendido Vans?

— Edward...

— Nada, Hanna — Empieza a caminar con una maleta en cada mano — Vamos, pediremos hamburguesas de cena.

Sigue sin siquiera esperarme y no me queda más que seguirlo después de colocar los seguros a mi auto.

Llegamos a su apartamento y lleva las maletas hasta su habitación.

— ¿Qué haces? — Deja las maletas en su cama y se voltea para darme cara.

— Dormiras en mi cama y yo dormiré en el sofá de afuera que se convierte en cama — Se cruza de brazos.