Capítulo 16. Ella será tu ruina.

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Sastian  

Pasado

Pasan meses antes de que logre mantener bajo control a mi demonio. Conforme pasaba el tiempo mi control incrementaba, y mi poder lo hacía con él. No tuve ninguna alucinación durante este transcurso, lo cual agradecí a Poema, ya que se mantenía siempre a mi lado.

Lamentablemente no habíamos recabado la suficiente información que Lilith tenía acerca del origen de Lenox. Cada pocas semanas nos adentrábamos en el bosque pero ella jamás volvió a este, y cuando suponíamos que lo hacía ella cubría perfectamente su rastro. Era como buscar en un túnel sin salida.

Cuando llegaron las competencias anuales yo aún no tenía la autorización para participar, pero me sentía feliz porque Poema dio todo de sí misma para poder lograr posicionarse entre los trece primeros. Me daba cuenta que Gael la aborrecía por este hecho, y por otra parte a Lilith le complacía.

Anya se había distanciado de mí conforme a Lenox se hacía más cercana, y en cuanto a Evan, manteníamos la misma relación, mientras continuaba comportándose reacio hacia Sabiduría.

Poema y yo habíamos logrado balancear una extraña relación, y aunque todo era un secreto las habladurías comenzaron a nuestro alrededor. Después de todo, nadie lo comprendía.

Ahora mismo nos encontrábamos en la sala común de mi edificio estudiando en silencio para exámenes que teníamos que completar la próxima semana.

Levanto la vista de mi libro y la dirijo a Lenox quien está sentada frente a mí, luego a Evan quien esta alado de ella.

—Nadie podría imaginarlos a ustedes dos tan cerca y tan calmados —murmuro.

—Si quiero hablarte sé que ella va en el paquete. Necesitas más amigos, Sastian —contesta Evan sin despegar la vista de sus apuntes.

—Que gracioso. —Bufo—. No quiero estudiar. ¿Por qué debemos hacerlo? Lo que quiero es estar allá afuera entrenando para que Lilith me autorice al fin el participar en las batallas.

—Unas semanas sin entrenar no te harán daño, llevamos meses practicando —dice Lenox cerrando la tapa de su libro—. Tienes que saber esto. Cuando llegue el apocalipsis será necesario.

—Solo si elijo al cielo —contesto de vuelta con diversión.

Esto no era del todo mentira, ya que si los humanos estuvieran a mi cuidado tendría que saber todos los peligros que nos rodearían.

Evan se aclara su garganta y comenta —Entonces ya lo decidiste. ¿Elegirás al infierno?

—Tenemos catorce años más para pensarlo —musita Lenox estirando sus manos.

—Y él lo está decidiendo ya —contesta él, luego voltea a mí—. ¿Así que es verdad?

—Es lo más probable.

—¿Por qué?

—¿Hablas en serio?

—No, solo estoy bromeando. ¡Claro que hablo en serio! —Comienza a guardar sus cosas.

—La mitad del tiempo no lo haces —digo entre dientes—. No me hace malo el querer elegir al infierno. Lo dices como si fuera algo terrible.

—Porque lo es, Sastian —escupe él y vuelca su atención a Lenox—. ¿Es esta tu idea?

Ella automáticamente frunce el ceño.

—No tengo porque influir en las decisiones de Sastian, tanto como las de él no influirán en las mías. Deberías hacer lo mismo —observa ella un tanto molesta. Evan se pone de pie—. Cada descendiente es libre de elegir su destino.

Prisioneros del truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora