Capítulo 31. La Sabiduría reina.

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Capítulo 31

Lenox / Presente

—¿Sastian? —Comienzo a acercarme a él pero Anya prepara sus manos en ataque. Evan me frena por igual, tratando de protegerme.

—¿Sastian, estas bien? —cuestiona esta vez Evan. Luce nervioso.

—Lo estará cuando logre asesinarla —murmura Caos apuntándome. Río sin gracia.

—¿Por qué no mejor dejamos que te asesine a ti? —mascullo—. Tú eres, después de todo, la que lo ha controlado todo este tiempo. Y todo por una simple obsesión.

Ella crea una de sus dagas y la lanza a mi rostro. Cargo electricidad en mis manos y la destruyo con un simple ataque.

—¿Qué es lo que...

Me quedo callada cuando mi atención entera se enfoca en Sastian. Él se pone de pie mientras se sacude los pantalones, luego las mangas de su chaqueta de cuero, por igual sacude su cabeza y luego incorpora su mirada para sonreírnos ampliamente. Aprieto mi quijada. Este no era él.

—Sastian no se encuentra disponible. —Otra voz se cuela por sus palabras—. Han sido unos niños malos. Y ahora, aquí está su padre para corregirlos.

—Perderás —exclama Evan con ira surgiendo de él—. Has perdido a Odell, y quedamos nosotros tres.

—No querrán herir del todo a su hermano, ¿o sí?

—¿Crees que dudare? —Lo reto, igualando su sonrisa—. Si puedo sacar a mi amigo de tu control mental, aun sea asesinándolo, lo haré.

—Ni tu corazón frio y echado a perder sería capaz de tal crueldad.

—Crueldad sería tomar el control de su cuerpo y mente, liberarlo por otra parte es algo distinto —enuncio mis palabras fuertemente.

—No llegarás a él nunca —grita Anya.

Una capa de hielo comienza a formarse sobre ellos para protegerlos de nosotros. Aprovecho su momento para girar a Odell.

—¿En verdad estas de nuestro lado? —Él no duda en asentir. Bien, tendremos ventaja, solo hay que saber manejarla. Luego giro a Alekhya—. ¿Qué dices tú?

—Digo que pateemos su trasero. Él no es mi padre —responde.

—Evan y yo nos encargaremos de Gael.

—Bien —murmura ella.

Entonces Alekhya levanta sus manos al aire para llamar una avalancha de agua a golpear directo contra el muro de Anya. Aunque sus cuerpos están distorsionados a través del hielo, puedo ver que están lidiando con ello.

Llamo a la electricidad de mis rayos y estos comienzan a pulular en mi piel. Cuando siento la carga completa, mi golpe sale a la luz. Mis rayos atacan contra el muro en conjunto con el agua, haciendo que este se derrita en pocos segundos. La frustración de Anya hace que esta construya más y más bloques dentro de su fortaleza. Me distraigo por un segundo hasta que observo a Gael correr hacia el otro lado. Una sola mirada a Evan hace que este me tome por la cintura y corra conmigo en sus brazos para alcanzarlo. Atravesamos el ahora muro inestable de Caos, lo alcanzamos, y él pasa la lengua por sus dientes cuando posa sus ojos sobre nosotros.

—No podrás huir de tu destino —murmura, cuidadosamente desenfundando su espada. Siento como el demonio de Sastian, el Miedo, se extiende a nuestro alrededor.

—Un destino que tú construiste —mascullo. Desenfundo mis espadas, al igual que Evan, y ambos cargamos adelante. Su demonio no nos afecta más, no tenemos miedo.

Prisioneros del truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora