También tuvo la sorprendente habilidad de anclarme y hacerme volar al mismo tiempo. Dijo que hice lo mismo por él, y le dije que no veía cómo eso era posible. Él sólo sonrió, negó con la cabeza y dijo que un día vería lo que quería decir. Dijo que no le importaba cuánto tiempo llevase, un año o veinte, que estaría allí para enseñármelo.
(N.R.Walker)* * *
POV ALEC
-¡Maldita sea! -es Raphael quien lo dice, por enésima vez-. ¡Era todo una maldita trampa!
-Todos lo sabemos ahora, Rapha. Cálmate -Ragnor intenta calmar a su Único.
Ellos vienen en los asientos traseros de la camioneta.
-Lo que no entiendo -dice Catarina, desde el asiento del copiloto- es, ¿quién está detrás de esto? ¿y qué ganan con tenernos aquí?
Un escalofrío recorre completamente mi columna. Mis manos aferran el volante hasta que mis nudillos se ponen blancos.
Magnus.
Mis hijos. Max y Rafa.
La camioneta se sale un poco de la carretera cuando pierdo el control. Casi transformándome sin poder evitarlo. Apenas puedo respirar.
Un aullido que, aunque sea propio, me desgarra completamente. En la distancia no tardan en responder un coro de aullidos, no el que yo necesito escuchar -aunque sé que no puede hacerlo-. No su voz calmante.
-Alexander. Alexander, por favor -puedo escuchar y sentir las manos de Catarina tratando de regresarme, de hacerme volver a mi forma humana.
Un teléfono suena.
Y las maldiciones de Ragnor y Raphael cuando ambos salen de la camioneta.
Y entonces Catarina deja de luchar.
Escucho sólo retazos de su conversación "¡Cálmate y dime quién era, Raphael!", "De la manada... Darren y Paul...", "¿...se lo llevaron? Pero, ¿cómo?", "¿Hay sangre?" "¡Pero ellos eran de confianza!"
¡No!
No, no, no. No puede ser.
¿Darren y Paul?
Yo le confíe a ellos lo más valioso para mí.
El crujido de mis huesos, el aullido desgarrador, el sonido con el que mis patas aterrizan en la tierra, hacen que los mejores amigos de Magnus me miren e interrumpan su discusión.
Magnus les pidió mantenerme a salvo, confiando en mi manada, en mi gente, en las personas con las que yo lo dejé. Y yo le fallé. Estoy a salvo, ¿y él?
Les suplico, con la mirada, decírmelo directamente.
Raphael, tan impulsivo, ni siquiera espera por instrucciones, no espera ni por su Único. Él ya está transformándose cuando Ragnor niega y me dice: -Lo siento, Alexander. Parece que sí, esto era una trampa. Sólo nos querían lejos para llevárselo.
Una de mis patas golpea fuerte. ¿Quién?
Aunque él no es como Magnus y yo, sé que debe entender mi pregunta.
-No sabemos. Es decir, Darren y Paul sólo parecen seguir órdenes. No sé a dónde lo han llevado...
Me encojo un poco, antes de mirar hacia todos lados, ¿por dónde empezar?, decidiendo hacia dónde correr.
-Alexander, no pierdas el control. Vamos a encontrarlo. Él está embarazado. Quien haya sido, quien planeó esto, sabe quién eres tú. Lo que él significa para ti. No le harán daño...
Una punzada en una de mis patas y dejo de escucharlo. Lo que haya sido eso, no fue en mí, ese pinchazo no fue en mi cuerpo. Y entonces el mundo a mi alrededor deja de existir:
"Por favor, Alexander, si me escuchas. Perdóname y ven por Rafa y Max. Llega a tiempo, salva a nuestros hijos. Te amo, te amo, mi hermoso Único."
¡Nooo!
Un aullido que apenas reconozco como mío y empiezo a correr a la que creo es la dirección correcta.
"¿Magnus?"
"Magnus, mi amor, no me hagas esto".
"Magnus, responde, por favor. Voy por ti, por ustedes..."
"Magnus, sólo dime que están bien...que siguen bien..."
"Magnus, por favor..."
Siento mis ojos arder y tal vez corro un poco a ciegas. Mi corazón parece a punto de explotar y no por la velocidad de mi carrera, mi pecho se está desgarrando por él. El pelaje de mi lomo se eriza con cada intento de comunicación sin respuesta de mi Único. Sin saber si Magnus y mis hijos viven o mueren.
"Magnus..."
Me interrumpo cuando el dolor en mi vientre comienza, arde como si me estuvieran quemando. Me detengo tan rápido que casi caigo. ¿Me hirieron sin que me diera cuenta?
Al instante hay tres lobos rodeándome, mirándome confundidos.
Pero no. El dolor, el fuego ardiendo, de nuevo, no es mío.
Un aullido que sí lo es. "¡MAGNUS!".
Y entonces sucede. Sus ojos se abren. Estoy viendo lo que él ve. Mis sentidos son los suyos. El olor, la sangre, mucha sangre. El ardor en el vientre. Él intenta moverse y no puede. Deben tenerlo atado.
Un grito suyo que eriza mi pelaje y me hace correr de nuevo. Mis ojos cerrados, viendo lo que él ve.
Hay alguien -¿hombre o mujer?-, con un cubrebocas y un bisturí lleno de sangre.
Más dolor y entonces sus gritos.
"No. Por favor, por favor, no. A ellos no".
Pero no deben escucharlo, porque sigue doliendo. Cada vez más...
...y entonces menos, porque todo empieza a apagarse.
Y unas últimas palabras que sé que ya no son gritos, súplicas, ni siquiera dichas en voz alta. Es sólo para mí:
"Alexander, te amo. Yo quería salvarte, ayudarte, siempre quise eso. Pero quien me ha salvado siempre eres tú. Voy a intentar aguantar hasta que llegues y los salves a ellos. Max y Rafa."
Entonces todo es silencio y oscuridad.
Sólo roto por el ruido sordo de mis pies mientras corro y el aullido de un alma rota.
Un alma a la que le arrancan otra.
Un Único perdiéndolo todo.
CONTINUARÁ...
¿Ya saben quién tiene a Magnus y qué planean? 🙈💔
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Mi único (Malec Mpreg)
Fanfiction[TERMINADA] Alexander Lightwood era el alfa de su manada. Respetado alfa. Siempre correcto. Nada podía salir mal, a menos que su Único, su Compañero, aquel a quien su destino lo ataba fuera un hombre. Y no cualquiera, sino Magnus Bane.