28. Nuestro hijo

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—Y eso no explica por qué me siento como si me pertenecieras. 
—A veces es así entre cambiaformas. Si tienen mucha suerte, dos de ellos sólo hacen...clic.
(Bailey Bradford)

* * *

POV MAGNUS

-¿Estoy embarazado? -incluso yo noto el pánico en mi voz.

Las manos de Alexander aflojan su agarre de las mías, pero siguen sobre mi vientre. Ahí fuerte y clara la sensación de vida dentro de mí.

-¿No quieres un hijo? -pregunta Alexander, su expresión y su voz difíciles de leer.

Cuando no respondo, suelta mis manos, las suyas en puño. Las mías siguen recorriendo mi vientre, mi piel caliente, y esta nueva sensación dentro. Un medio suspiro, media risa se me escapa.

-¿De qué te ríes? -ahora Alexander me mira mal.

-Es una locura -mis labios tiran en una sonrisa mientras sigo sintiendo mi vientre-. Es una locura.

-Magnus... Ah... -Alexander se pone de pie lentamente-, ¿quieres que llame a Catarina?

-¿Qué? -eso me hace detenerme-. No. ¿Para qué? Esto es una locura, Alexander. Soy hombre, soy alfa, y estoy embarazado. ¡Vamos a ser papás!

Doy un salto sobre la cama y al instante tengo a Alexander deteniéndome. -No hagas eso, Magnus.

Mi ceño se fruncé al sentirme un niño regañado. -¿Qué?

-No saltes así, Magnus -con suavidad me vuelve a sentar sobre el colchón.

Prefiero no preguntar o discutir. -¿Cómo es posible? -me maravillo ante la vista de las manos de Alexander otra vez sobre mi piel, el contraste, la sensación de piel contra piel, y eso que parece latir dentro de mí-. ¿Cómo es posible...esto?

-¿Que lo estemos sintiendo? -Alexander no me mira, acerca su rostro a mi vientre, su nariz lo recorre, y creo que voy a llorar-. No sé si realmente sea su latido. En los humanos eso ocurre a la quinta o sexta semana. No sé cuándo ocurre entre nosotros, ni si tu embarazo durara lo mismo que uno normal. Pero si es su latido, o simplemente lo sentimos porque es nuestro, o porque nuestro hijo es fuerte y hermoso, y genial, y...

Una risa y un sollozo se me escapan ante la emoción de Alexander. Mis lágrimas caen por fin. El se lanza sobre mí, todavía su mano entre nosotros, sobre mi vientre. Sigue hablando sobre nuestro hijo nonato hasta que nota mis lágrimas. -¿Te hice daño? ¿Te duele? Oh dios, no debí lanzarme así sobre ti.

El nudo en mi garganta me impide hablar, así que lo apreso con mis piernas para que no se vaya. Incluso en estas circunstancias, esa acción nos hace gemir. Empiezo a negar. -No. No me haces daño. Estoy tan feliz. Mi pregunta en realidad era cómo es posible esto, que yo esté embarazado. ¡Y por supuesto quiero a nuestro hijo! ¿Cómo preguntas eso?

Él se ríe cuando golpeo su hombro. Su nariz y sus labios van a mi cuello. -Te amo tanto, Magnus. Tanto. Los amo, los amo más que a mi vida.

-¿Qué quieres? -pregunto, acariciando su espalda, él no se ha movido, sigue sobre mí, una de sus manos sosteniendo su peso y la otra sobre mi vientre.

-¿Qué? -su voz es soñadora-. ¿Quieres algo? ¿Tienes hambre? ¿Un antojo? ¿Los lobos tienen antojos?

Él va a levantarse de nuevo. Yo tengo un ataque de risa. Antes de que pueda irse, dejarme, quitarme esta sensación de plenitud, giro hasta quedar sobre él. Su ceño y sus labios se fruncen. -Deja de hacer eso. No hagas movimientos bruscos. Si necesitas algo, te lo traeré.

Pongo mis ojos en blanco, pero después sonrío y lo beso. Su puchero se vuelve una sonrisa. Prefiero dejar para después la discusión de que no voy a quedarme en la cama como un enfermo esperando que él me atienda.

-¿Qué quieres? -repito-. ¿Niño o niña?



CONTINUARÁ...

Creo que voy a amar este mpreg. Me encanta describir este malec, lobos, tan sensitivos y, no sé, hjjkjhh 😂 igual estoy loca, pero amo escribir esta historia ❤

Mi único (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora