Tienes el corazón más fuerte que jamás he conocido. Y sólo estoy tan orgulloso de que me hayas escogido a mí.
(A.L.)* * *
CLARY
Clary corrió, su corazón latiendo fuerte, sus patas golpeando la tierra bajo ella. Podía oler a la mujer que habían rescatado hace unos meses y la sangre de Magnus en los recién nacidos, sus pequeños corazones latiendo lento pero constante.
Clary aminoró su carrera, no quería alertarla de su presencia. Si fuera sólo ella, no dudaría en ir y rasgarle la garganta. Sabía que, en cualquier juicio posible, ella saldría libre de culpa. La condena por atentar contra un Único era la muerte. Ahora robar los hijos de una pareja de Únicos y dejar herido al padre, para eso ni siquiera había condena que bastara.
A sólo unos metros de donde ella estaba, escuchó los rugidos, aullidos, y sonidos inconfundibles de una batalla. Podía oler a su propio único, al alfa Herondale, podía sentir sus movimientos y sabría si alguien lograba herirlo, podía cerrar los ojos y ver lo que él veía.
Y fue eso, imaginarse a su Único herido, lo que la hizo dar los ultimos pasos.
Lydia iba avanzando rápido, pero con cuidado, aferrando a ambos bebés contra su pecho, la sangre inundo las fosas nasales de Clary. Ella ni siquiera había limpiado a los bebés. Y un lloriqueo de ellos empezó cuando un aullido desgarrador se escuchó.
Incluso Clary se estremeció. Su pelaje rojizo se erizó. No había duda de que ese era el Único del hombre desangrándose en su granero.
-Sshh. Sshh. -Lydia empezó a arrullar a los bebés, intentando controlarlos, mientras apresuraba el paso. Obviamente sabiendo que Alec se acercaba.
Clary dudó entre seguirla o cortarle el paso, pero, de nuevo, los bebés estaban de por medio.
El pelaje de Clary volvió a erizarse cuando sintió la presencia de varios lobos rodearlas, aunque ninguno se acercó lo suficiente y Lydia, en su estado actual, pareció no notarlo mientras seguía avanzando.
Clary estaba a punto de transformarse, de regresar a su forma humana para intentar detenerla, cuando lo olió.
Ella no conocía al alfa Lightwood, pero cada lobo que venía con él tenía una pizca de su olor y esos ojos azules eran inconfundibles -Jace le había hablado de su amigo de la infancia-, estaban ahora llenos de furia y dolor mientras adelantaba a Clary y se detenía frente a Lydia.
Clary respiró profundamente. Tenía que tener la cabeza fría si quería ayudar y arreglar lo que había ocasionado.
POV ALEC
Sintiendo que podría matar a todos, desde el momento en que Jace llamó, llegamos al territorio de la manada Herondale.
Conmigo siguen Catarina, Ragnor, y Raphael. Todos igual de furiosos que yo.
Apenas logro no lanzarme a Paul y Darren cuando los veo entre los lobos de los Herondale.
Me cuesta todas mis fuerzas no correr hacia el granero donde huelo la sangre de Magnus. Demasiada sangre. Pero él me pidió salvar a Rafa y a Max. Cuando estén a salvo, iremos los tres por su padre, por mi Único.
Tenemos que hacer esto rápido, Magnus no tiene tanto tiempo.
Así que, ignorando a la loba pelirroja que huele completamente a Jace, mientras Catarina y los demás la rodean, yo vuelvo a mi forma humana, sin importarme en lo más mínimo mi desnudez, y me acerco lentamente a Lydia, intentando no demostrar cuánto quiero matarla ahora mismo.
-A-Alec -ella tartamudea, apretando a mis hijos que lloran cuando me reconocen. Sus ojos se abren demasiado y ella se estremece, después parece darse cuenta que estoy desnudo y humedece sus labios mientras me recorre con la mirada.
Me cuesta tanto sonreír cuando lo que quiero es tomar a mis hijos y rasgarle la garganta. -Hola, Lydia.
Yo me acerco lo más lento que puedo mientras ella no quita su mirada de mi entrepierna. Su lengua vuelve a pasar por sus labios antes de que me mire a los ojos. -H-hola. Aquí estás.
-Aquí estoy. ¿No querías verme?
Ella niega varias veces y después asiente. -S-sí, s-sí. T-tú, y-yo, los bebés. N-nuestros hijos.
Eso me hace casi tropezar, pero no me detengo hasta estar frente a ella que sigue acunando y arrullando a mis hijos, míos y de Magnus.
-¿Nuestros?
-S-sí. Magnus, ese sucio engendro intentó robarlos, robarte de mí, pero ya no importa. E-estás aquí y él ya no va a estorbar. Estás aquí. T-tú y n-nuestros hijos. Vamos a tener la familia que él interrumpió, igual que nuestra boda.
-Claro -digo lentamente, notando que al final ella enloqueció. Quisiera decir que eso la justifica, pero no es así.
Los latidos de Magnus ya casi no se escuchan.
-Claro, cariño. Ahora que...él ya no está, puedo ver que siempre fuiste tú. Eres mi Única, ¿cierto? ¿Cómo no lo vi antes?
Sus ojos se llenan de lágrimas y sus labios tiemblan mientras asiente. -Sí, sí, ¿tú lo sientes también?
-Claro que sí, cariño. Dame a los bebés. Dámelos y vámonos lejos. Tú y yo. Los cuatro. Nadie nos entiende, pero tenemos que estar juntos.
Ella parece dudar un momento, después rompe en llanto, asustando a Max y Rafa que lloran más. -S-sabía que lo e-entenderías. Yo t-te a-amo, Alec.
-Y yo a ti. Dame a los bebés.
Ella asiente y me pasa las mantas ensangrentadas. Quiero vomitar pensando en Magnus desangrándose, mientras yo recupero a nuestros hijos.
Cuando ya están en mis brazos, parte de mi corazón vuelve a estar completo.
Ella intenta besarme cuando yo doy un par de pasos hacia atrás. -¿Alec, mi amor?
Parte de mi corazón sigue en el sucio granero y tengo que ir por él.
Yo sigo retrocediendo, necesito estar fuera del camino.
-¿A-Alec q-qué...? -ella no puede terminar porque Ragnor y Raphael se lanzan contra ella. Cuando el primer chorro de sangre brota y ella grita de agonía, corro, corro con mis hijos, hacia mi Único.
La pelirroja, ya en su forma humana, y ella con ropa, corre junto a mí y me pide a los bebés.
-Los voy a cuidar, lo prometo -me asegura cuando yo dudo-. Soy la Única de Jace.
Nos detenemos afuera del granero. Ella trae mantas limpias para mis hijos.
-Tu amiga ya está adentro -me informa justo cuando veo a Catarina y a otro hombre junto a Magnus.
Jace, sucio y lleno de sangre, aparece junto a nosotros. -Ve con él. Nos haremos cargo de los bebés.
Y confío en él, porque es casi mi hermano, y porque Magnus está tan pálido, y siento el frío de su cuerpo dentro del mío, y porque huele a tanta sangre.
-M-Magnus, Magnus, p-por favor -mi mano, temblando, se acerca a su rostro frío y pálido-. Magnus, resiste por mí. Max y Rafa están bien. Mag...
Entonces, no hace falta que nadie me lo diga, su corazón se detiene.
Y el mío se salta un par de latidos antes de romperse.
¡No, no, no, no, no!
El aullido que sale directo de mi corazón no parece humano, ni de lobo. Soy ambos. Soy un Único. Soy de Magnus...sin él.
CONTINUARÁ...
Magnus 😭💔
Hey ✋ les cuento, para que no les sorprenda, a esta historia le quedan pocos capítulos, tal vez tres o cuatro. Muchas gracias por su apoyo en esta historia, fue mi primera del tema y creo que ha quedado bien, gracias por haber leído ❤
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Mi único (Malec Mpreg)
Fanfiction[TERMINADA] Alexander Lightwood era el alfa de su manada. Respetado alfa. Siempre correcto. Nada podía salir mal, a menos que su Único, su Compañero, aquel a quien su destino lo ataba fuera un hombre. Y no cualquiera, sino Magnus Bane.