Complicado (Alphonse Elric x FC) (rayita si lo prefieren, leer descripcion)

¿No es eso maravilloso?

 A la mañana siguiente desperté con los ojos ligeramente hinchados por la falta de descanso, además de unas ojeras muy grandes. Me arreglé de nuevo y me fui con los hermanos a la biblioteca del Comando central para investigar sobre la alkehestria. Busqué libros en varios estantes: "La alquimia foranea", "Secretos y notas de Xing", "Diferentes tipos de alquimia", libros muy interesantes y tomé cada uno de ellos. Entre los vistazos que daba vi uno que me llamó la atencion, uno acartonado y de apariencia muy vieja, pequeño no más de un cuarto de un papel tamaño carta. Decía garabateado: "Investigaciones de la alquimia para la juventud eterna" me llamó la atención y lo tomé. 

Me fui a sentar junto con Alphonse mientras Edward seguía buscando libros. 

-¿Encontraste algo interesante?

-Solo estos.- Se los mostré. -No se si vayan a servir de algo pero tal vez encontremos alguna pista.- El único que no le mostré fue el pequeño, no se porque en ese momento me daba pena y lo escondi entre mis piernas. Empezamos a leer los libros: "la alkahestria se centra en un concepto denominado Pulso de dragón , que habla de la Tierra misma, teniendo un flujo constante de ki (la energía vital) que fluye metafóricamente de las cimas de las montañas hasta la tierra, alimentando todo lo que pasa con esa energía al igual que corría la sangre por las venas.", "curación mística"... sonaba a pista pero no se entendía, definitivamente necesitaríamos a la niña lo cual me frustraba.

-No hay nada que ayude en estos libros. Los conceptos que utiliza son necesarios que sean explicados por la niña, Ling podría ayudar pero ahora es Codicia. ¿Qué hare...- no terminé la frase porque un niño me interrumpió.

-¿Eres tu el hermano del alquimista estatal?- el niño se le veia desbordando emoción.

-Hola ¿Quién eres?

-Eres tan grandioso y grande como dicen, podía decir que das miedo pero es genial.

Alphonse se sentía halagado. -Muchas gracias pequeño.-

-Tu debes ser la Cazarecompensas de Central. Mi padre me ha hablado mucho de ti, había escuchado que ultimamente estas con los hermanos Elric-. En ese momento iba llegando Edward con nosotros.

-¿Quién es ese niño?

-Este dia es de suerte ¡El alquimista de acero en persona!- Su cara parecía sumamente alegre.

-Es grandioso ver que los niños te respetan.- Edward se empezó a inflar de ego. 

-Vaya que eres pequeño como dicen-. La cara de Edward cambió drasticamente.

-Maldito niño te voy a tumbar esos dientes, ya verás.- Dos hombres le empezaron a apuntar al enano en la cara.

-¿Qué diablos?- pregunté asustada.

-Soy Selim, mi padre es el Generalisimo Bradley.- Nos sorprendimos de conocer al pequeño tan de repente. -¿Podrían ir a mi casa? Mi madre estaría encantada de conocerles.- Los tres nos quedamos viendo de qué sería lo mejor e ibamos a declinar la invitación.

-Gracias pero tenemos muchas cosas que hacer, de verdad. Mis padres quieren que comamos con ellos y un niño tan sano como tu debe saber la importancia de comer.- dije sonriendo.

-Esta bien.- Comentó triste. -No podría obligar a las personas a ir conmigo.

-Pero ¿qué tal si vamos otro día? Podríamos jugar a los caballitos.- La  cara del niño se llenó de emoción de nuevo.

-¡Si! Y comeremos muchas galletas de chocolate. Nos veremos pronto- Se marchó con una sonrisa y los hombres le siguieron.

-Por cierto, Armstrong apareció de la nada y me dijo que por lo que saben la niña arveja esta yendo dirección hacia el norte, casi llegando al fuerte briggs. Tenemos que ir. Tanto por Cicatriz como por ella, necesitamos respuestas ya.