Complicado (Alphonse Elric x FC) (rayita si lo prefieren, leer descripcion)

La cita con Havoc

 Nos sentamos y entró un hombre a ofrecer traernos un té.

-Para mí una cerveza.- Pedí, presentía que lo necesitaría. -O cualquier cosa que tenga alcohol.

Se quedó mirando el señor al Fuhrer para ver qué pensaba.

-Trae lo que la señorita pide.- Le ordenó y salió el hombre a buscar lo que deseaba.

-Bueno, esto es muy incómodo y raro pero ¿Qué paso? ¿Qué estan haciendo ustedes juntos aquí?- preguntó Edward.

-Las cosas han tomado un giro muy extraño. Han separado a mi equipo mandandolos a diferentes divisiones y a Hawkeye la han asignado como asistente del Generalísimo.

-Rehenes...- Comenté. -Asi que usted es parte de ellos ¿Eh? La verdad King Bradley, me ha dejado soprendida. Usted me aceptó con una sonrisa y siempre ha sido un hombre al que admiré, me es difícil pensar que después de todo, sea parte de ellos- En ese momento me trajeron un vaso con hielo y una botella de licor. Agradecí.

-Me hubiera gustado que no se enterara señorita pero ya ve como se han tornado las cosas. Aunque su admiracion me es indiferente, admito que el que se haya enterado me molesta pero ese no es el asunto de ahorita, tres de los que estamos aquí sentados representan un recurso valioso para nuestra meta. Elric, Mustang les pediría que se comportaran hasta el momento en que se necesiten, si así hacen prometemos no lastimarlos.

-¿Qué hay de aquellos que no son sacrificios? ¿Qué pasara con ellos?

-No daré mas información, sólo obdezcan.

Edward se levantó enojado y lanzó su reloj en la mesa.

-Acepté ser un perro del ejército con tal de recuperar nuestros cuerpos pero desde ahorita renuncio a serlo, sea cual sea su plan, los derrotare.

-Creo que eso no sería conveniente... ¿Cómo es que se llama tu amiga? Winry Rockbell, de Rizenbul, amiga de la infancia prácticamente familia y ahorita esta en Rush Valley trabajando como mecánica ¿No es así?- dijo con un tono amanezador.

-¡Ni se le ocurra ponerle una mano encima a Winry!- Reclamó.

-Entonces te recomiendo que las cosas sigan como estan y te quedes dentro del ejército. Y Lisa, de consejo te digo que no se te ocurra decir algo sobre esto o intentar advertir a los demás. Se que eres una persona que tiene mucho que perder.- Sus palabras me helaron, era obvio que hablaba de mis padres y de mis amigos. Asentó mientras tragaba saliva nerviosa. -¿Y ustedes Coronel? Espero no quiera dejar el ejército.

-Mis aspiraciones no me dejan renunciar al uniforme, asi que no dejaré a un lado el reloj.- contestó soberbio pero tranquilo.

-¡Disculpe! ¿Cree que podamos seguir en nuestra búsqueda por recuperar nuestros cuerpo si somos vigilados?- preguntó Alphonse nervioso.

-Mientras no interfieran o hagan algo indeseado, lo pueden hacer.

-¡Muchas gracias!- Alphonse de nuevo me volvía a sorprender.

-Retirense.-  Y salimos. Sentía una sensación horrible, demasiado miedo y asco.

-¿Sacaste le botella? ¿Qué pasa contigo?- preguntó Mustang cuando me vio con la botella de licor en la mano. 

-Dejame anciano, después de todo creo me lo merezco.- La verdad no, me seguía sintiendo mal pero precisamentre por eso necesitaba el alcohol. -Necesito un cigarrillo...- me quedé callada porque en ese momento me acordé de algo que había dejado pendiente. -¡Havoc! ¡Debo ir a verle! Coronel ¿sabe donde lo puedo encontrar? 

-¿Tienes tiempo para pensar en citas? Eres rara...- dijo mientras buscaba en sus bolsillos y sacó una pluma y un pedazo de papel. -Toma, esta es la direccion y su teléfono, te recomendaría que le marcaras para que no le tome por sorpresa tu visita.