[ Boku No Hero Academia's Type of boyfriend ] ©

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Bakugou Katsuki es el tipo de novio que se enamoró a primera vista.

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« Allá, en donde los árboles frondosos empiezan y la jungla nunca termina, tras caminar por siete soles o una luna llena, está una gran ciudad de riquezas, donde los habitantes se bañan en ríos de oro y lloran piedras preciosas, aquel lugar donde la mano del hombre civilizado no ha llegado y aún esconde la belleza exótica de los salvajes... Ese lugar es, el Dorado. »

El fuego se alzó, como si tuviera vida propia y escuchara el relato de esa noche, sabiendo la verdad en sus palabras. La capitanía de Nueva Granada estaba llena de pequeños puebluchos habitados por los nativos de la zona. Hace tres días que desembarcó en Bahía Imperial y recorrió toda la costa a pie, antes traía un deslumbrante traje blanco y ahora lo único que le quedaba era su recuerdo.

_ ¿Estás seguro de lo que me dices?  – habló con hostilidad, lo último por lo que era conocido Bakugou Katsuki era su paciencia –. Porque si no... – amenazó.

_ Puedo asegurarlo – contestó rápidamente el hombre, poniendo más ramas al fuego, el cabello algo largo del sujeto se veía rojizo ante esa luz –. Conozco a alguien que lo puede guiar – propuso, mostrando sus toscas facciones ante la amenaza del rubio.

El cartógrafo Bakugou Katsuki había abandonado su tarea designada por Corona y, tentado por las riquezas indígenas, emprendió su camino hacia aquella leyenda que vino escuchando desde Port Royal.

Algo más calmado, Bakugou aceptó, tomando la palabra del hombre y siguiéndolo entre la penumbra de la noche, sujetó su mochila, listo para matar a cualquier indio que intentara someterlo.

Las pequeñas chozas del lugar eran del tamaño justo para que dos o tres personas vivieran con facilidad, había pasado corto tiempo en ese sitio y los lugareños lo aceptaron a regañadientes pese a su latente odio a los conquistadores –. Él conoce el camino, porque estuvo a punto de convertirse en el dios de los hombres de oro – susurró, mostrando la última de aquellas casas.

Los iris de sangre del hombre vieron la puerta abrirse con dificultad, tenía una mano sujetando su cuchillo, preparado para la emboscada.

_ Hola, Kacchan – aquella estúpida voz solo alimentó la furia de su interior, iba a apuñalar a ese idiota.

Después de cinco días, muchas incongruencias en los mapas y millones de historias para matar el tiempo, lograron llegar a lo que quizás sería el camino directo hacia la plaza mayor del Dorado.

_ Maldito Deku, ¿cómo un perdedor como tú se iba a convertir en un dios? – gruñó Bakugou, apuntando al ex capitan de Flota Imperial Inglesa –. Ni siquiera pudiste conservar tu puesto.

_ Bueno... – alargaba las palabras mientras se rascaba una mejilla con nerviosismo –. Supongo que, estuve a punto de casarme, creo que el amor puede quebrantar la lealtad – susurró –. Quizá por eso abandoné la flota.

El rubio le miró con asombro, casi cayendo por la sorpresa, ¿DQ? ¿Casarse? ¿Con alguien? Si la última vez que lo vio él dirigía al menos seis mil hombres y no se podía acercar a ninguna mujer por miedo a que su barco se hundiera.

Y claro que, la sorpresa no pasó a más, porque, en ese momento, llegaron al esperado camino dorado que los guiaria hacia las riquezas y un nuevo mundo.

Demoraron unas dos horas en ver a lo lejos la ciudad, era mejor de lo que imaginaron, grandes muros para proteger las ciudadelas escondidas entre gigantescos árboles fangosos, pero ese no era el detalle importante, lo que en verdad llamaba la atención era que todo parecía estar hecho de oro, desde el más pequeño bloque, hasta el ornamento más grande del lugar.

_ Es sorprendente – musitó Bakugou, acelerando el paso y buscando un buen lugar para posicionar su astrolabio –. Por cierto, ¿con quién te ibas a casar, maldito?

Era increíble como llegaron al lugar en un parpadeo, a pesar de recibir miradas curiosas por parte de los habitantes, ninguno le recriminó. Se pasearon por las principales calles de la ciudadela en busca del conocimiento exacto de la ubicación de cada casa en el sitio.

Katsuki se detenía cada cierto tiempo para tomar notas o hacer bocetos muy exactos del recorrido que hicieron, por algo era el cartógrafo designado por el Rey para dibujar el mapa de toda la costa del nuevo mundo.

_ Oye, maldita perra, sal de mi vista, no me dejas trabajar – gritó Bakugou, pues una mujer se paró frente a él y lo miraba, juzgando en silencio, por supuesto Bakugou no creía que nadie el el lugar entendería su idioma –. ¿Acaso estás sorda, maldita? ¡He dicho que...! 

Otra cosa por la que era conocido Bakugou Katsuki, era su maldito machismo, a él no les iban las tonterías, le gustaba la cerveza fría, las mujeres en la cocina y las locas en el clóset. Y lo que sucedió luego, cambió mucho la perspectiva que tenía.

_ Yo soy tu superior, impuro sangre sucia – respondió la (H/C), levantando un puño.

Bakugou fue tirado al suelo por una patada, podía jurar que escuchó el crujir de sus costillas, recibió golpes en el rostro, estaba ensangrentado, sus músculos se rompieron al chocar contra sus dientes y seguro que ya estaba empezando a hincharse.

_ Tienes cabello de hechicero y los ojos del dios de los muertos – musitó, aplastando con sus pies el esternón del hombre –. Yo soy tu maldita diosa, __________, alábame, perro sarnoso.

Parecía que le había golpeado directo al corazón.

Porque esto fue lo más cercano que había sentido a eso llamado amor.

Era como si los rayos del sol volvieran el cabello (H/C) de esa mujer en hilos de oro. Un aura rosa la iluminó, resaltando aquel vestido dorado y sus múltiples alhajas.

¿En qué momento esa bruja le empezó a parecer la mujer más hermosa del mundo?

Oyó los llamados de Midoriya a lo lejos, venia a ayudarlo, al igual que alguien vino al rescate de __________, obviamente igual de ornamentado con lujos que ella.

_ Hola, Shouto – saludó Izuku, al ver al marido de __________.

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Holitas perras... Estimadas lectoras.

POR FAVOR ESCRIBAN AQUÍ DE QUIÉN QUIEREN EL PRÓXIMO CAPÍTULO.

y también recuerden que publiqué un libro de EXO tus reyes (?) 

#SHINeeTusPatrones