[ Boku No Hero Academia's Type of boyfriend ] ©

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Después de sus inútiles retoños de la 1-A, tú eres la persona a la que Aizawa regañará más.

Pronto llegaría Halloween y ___________ no podía parar de pensar y añorar el gran banquete que se haría ese día, sobre todo las tartas de melaza, no había nada mejor que atragantarse de comida como si no hubiera un mañana.

Por el momento solo soñaba con ese día, ahora unicamente se concentraría en leer y releer interminables pergaminos en la biblioteca.

Suspiró y sacó el reloj de su bolsillo, lo abrió para ver la hora pero se quedó viendo la pequeña foto que descansaba a un lado del objeto.

Recordaba haberla robado de uno de los baúles de su novio a mediados del cuarto año, cuando se escabulló a su habitación con ayuda de él por una urgente emergencia que implicaba pociones mal hechas por sus compañeros.

Solo agregaría que aquel rubio que siempre estaba junto a él y no paraba de gritar ahora tenía una cola de sirena y se encontraba en una bañera junto a otros Griffindor y chicos de otras casas, el hechizo para revertir aquello necesitaba de dos conjuradores.

Aceptó sin hacer preguntas de por qué un miembro de cada casa se encontraba en las mazmorras de Slytherin, y cuando él le pidió que le pasara algunas cosas del baúl, vio la oportunidad perfecta de tomar aquella foto que relucia entre un par de papeles sueltos y pergaminos nuevos.

Aizawa Shouta miraba directamente, manteniendo una mirada sombría por varios segundos y luego sonreía.

Simplemente era de la mejor foto que podía existir en el mundo.

Después de segundos cayó en cuenta de que seguía en la biblioteca, desvió la mirada a las manecillas del reloj y notó que ya era tarde, en cualquier momento la echarían pues la hora de dormir estaba cerca.

Se deslizó sin hacer ruido hasta los pasillos, debía llegar a los dormitorios si no quería que aquella gata del diablo hiciera que la castigaran por estar en lugares que no le correspondían.

Pero la idea de ir a la torre de astronomía en vez de dormir le parecía muy tentadora. Si iba a la derecha llegaría a las mazmorras, si iba a la izquierda iría a la torre.

No pensó mucho, solo fue a la izquierda y se desvivió subiendo escalones para poder ver la luna llena aquella noche.

Todo lo que veía eran los escalones, miles y miles de ellos, en un espiral interminable, no iba ni siquiera llegaba a la mitad y ya estaba cansada.

—____________.

Había dado un salto al oír su nombre ser pronunciado en medio de aquel silencio, como si la regañaran.

Se asustó y al momento de voltear a ver quién era, resbaló en uno de los escalones.

Pero ahí estaba él, Shouta la había tomado entre sus brazos.

Sintió sus mejillas calentarse al ver aquellos ojos ser bañados por la luz de la luna que se colaba entre los mosaicos de las paredes.

—Shouta —murmuró, siendo su nombre lo único que pudo pronunciar sin trabarse.

Él la había soltado, cerciorándose de que estuviera bien—. Vi que saliste de la biblioteca —habló en voz baja, sonaba molesto—. No puedes estar viniendo a estos lugares sola, este lugar no es seguro.

Comprendió a que se refería, y solo se encogía ante los regaños que recibía del Slytherin—. Ahora estás conmigo, ¿cierto?

Shouta resopló, intentando calmarse. Solo se descuidó un segundo y ella ya tenía sus manos entrelazadas.

—Tienes suerte de que me diera cuenta —musitó grave, haciendo una línea con sus labios en su pálido rostro—. Deja de jugar, vamos a los dormitorios —sentenció, jalando de su agarre.

Ella se resistió, la único que Shouta consiguió fue arrugar su uniforme verde—. Estuve todo el día estudiando, y sé que tú también, ¿no podemos relajarnos un momento?

Aizawa tenía el cabello algo largo, y usualmente tiraba de este cuando estaba estresado, como en estos momentos.

—Es peligroso —murmuró.

—No pasará nada.

—¿Cómo puedes estar segura de eso?

—Estoy contigo, ¿cierto?

Shouta rió, mostrando una sonrisa desde hace días, sus mejillas estaban calientes.

Abrazó a su novia, descansando su barbilla sobre la cabeza de la mujer para que ella no lograra verlo.

Hubo un silencio prolongado en el que se mantuvieron abrazados, poco a poco sus latidos se sinronizaban, al igual que sus respiraciones. Aquel ambiente se volvió  nostálgico.

Él solo la abrazó con fuerza, como si se desvaneciera en cualquier momento.

—No quisiera perderte.

El mundo mágico estaba en una situación crítica, en la que un adolescente de diecisiete años podría plantearse si volvería a ver por última vez a una persona.

____________ deslizó sus manos de entre los dedos del azabache, delineando con suavidad su pálida muñeca.

Alzó el brazo de Shouta unos centímetros, dejando que su oscura túnica se deslizara por inercia y descubriera su piel.

Acarició suavemente aquella marca.

Besó su ante brazo como un suspiro.

Sabia lo que él era. Y no tenía miedo.

—Aprobaremos los ÉXTASIS y nos iremos de aquí —susurró Shouta, tomando la mejilla de su novia con su mano libre.

—Saldremos de aquí.

—Juntos.