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Shinsou Hitoshi es el tipo de novio que odia las fiestas, a las personas, al mundo entero... menos tú, a ti te ama.







Cuando la puerta fue abierta, ___________ saludó de forma amable a la madre de su novio. Shinsou no había aparecido por la facultad aquella mañana, así que suponiendo que algo había pasado fue a buscarlo—. Oh, linda, Hitoshi está en su cuarto. Se sintió algo mal esta mañana así que le dije que no vaya a estudiar.

La mujer de cabello azul se veía muy arreglada, además del elegante vestido de corte acorazonado que traía, su maquillaje y el peinado sofisticado que seguramente habían demorado horas la hacía ver despampanante, si no la conocieras podría aparentar veinti algo de años sin ningún inconveniente.

—¿Cena está noche? —preguntó la (H/C) con un tono pícaro, observando como su suegra completaba el look con unos bonitos aretes de plata.

—El papá de Hitoshi prometió llevarme a aquel bonito restaurante que acaba de abrir en Azabu —comentó, calzando sus tacones a juego.

___________ hizo una infantil mueca de enojo—. ¡Ojalá Hitoshi me llevara ahí! —musitó, oyendo a la mujer reír.

—¡Ey! Que a mi también me costó mucho. Ya sabes cómo son estos hombres —ambas rieron ante ese comentario.

No encontraban fallas en esa lógica.

—¿Ustedes tienen una fiesta esta noche cierro? —preguntó aunque sabia de antemano la respuesta, solo vio asentir a la menor y ella devolvió el gesto—. Nosotros no volveremos hasta el día siguiente, así que cierren bien las puertas cuando vuelvan. ¡Y cuídense! —exclamó antes de salir por la puerta en busca de su coche.

___________ se quedó pasmada ante ese último comentario, sintiendo sus mejillas calentarse después de un tiempo, había tardado en comprender el mensaje de su suegra. No lo de cuidarse, si no el por qué aquella noche el matrimonio Shinsou no regresaría a casa.

Sacudió su cabeza en un intento por no hacerse una imagen mental. Cerró la puerta y lo primero que hizo fue dirigirse a la cocina.

Mientras sacaba un paquete se galletas Oreo de la alacena comprendió el por qué su novio no quiso ir aquella mañana a la universidad, Hitoshi no habría querido salir de su habitación ni en chiste si afuera se encontraría a su madre igual que una chiquilla suspirando por su padre. Sacó la caja de leche del refrigerador y llenó un vaso, con todo sobre una charola se dirigió al segundo piso en busca de su gatito.

Amaba decirle gatito a su novio.

Aunque solo en su mente, si lo hacía en voz alta seguramente Hitoshi le haría la ley del hielo por un tiempo indeterminado.

Haciendo equilibrio para no derramar nada consiguió subir las escaleras, cuando estuvo frente a la puerta de su novio vio los stickers de gatitos en pegó en algún momento de su infancia, quiso gritar de ternura. Su novio era demasiado suave para ella.

—¿Hitoshi? —murmuró mientras empujaba levemente la puerta, si él estaba durmiendo no quería hacer ruido.

Al entrar encontró a su novio echado en la cama, haciendo jugar al pequeño gato gris que había traído de la calle hace poco, de fondo solo se escuchaba la música algunos vídeos musicales.

Shinsou estaba escuchando a Charlie Puth, otra vez.

—Huhm —un monosílabo escapó de los labios del chico, sorprendido por la repentina aparición de su novia—. ___________.

—Gatito.

Hitoshi levantó una ceja, no entendía bien si se lo decía al pequeño animal que juguetona con sus dedos o a él.
—Pensé que nos veríamos en la fiesta —comentó, sentándose sobre la cama y viendo directamente los ojos de la chica.

Lo que ___________ vio fueron las holgadas ropas de Shinsou, seguía en pijama—. Al parecer tu no tenías pensado ir a la fiesta —rió, dejando la bandeja en la mesita de noche.

Shinsou bufó, rodando los ojos y acomodándose en la cama, sintiendo luego de un tiempo el colchón hundiéndose a su lado. Aprovechó para tomar el paquete de galletas que ella había traído—. Puedo cambiarme cuando quiera —bramó, abriendo el empaque y mordiendo la galleta por la mitad.

___________ tomó la mitad restante de las manos de su novio—. No quieres ir —afirmó.

Hitoshi suspiró, la idea de una fiesta en la piscina aquella noche no le llamaba la atención—. Pero tú sí —contradijo, pasando su pulgar por los labios de su novia con suavidad, tenia chocolate ahí
.
Cuando vio la oportunidad, ___________ la tomó. Colándose entre los brazos de su novio para poder sentarse en su regazo.

Se vieron durante un largo rato después de aquella acción, casi oyendo como sus corazones latían desbocados. El paquete de galletas había caído al suelo y ahora Hitoshi sostenía la cintura de su novia.

Ella se había apoyado en los hombros del chico, sintiendo sus clavículas bajo la tela del pijama. Y si su mirada continuaba bajando de forma suave podía apreciar las venas que se marcaban en el pálido brazo de Shinsou.

—Si tú te quedas, yo me quedo —susurró, demasiado cerca de aquellos labios.

La habitación se había enfriado, las bajas temperaturas y el frío clima se colaron por la ventana abierta que Hitoshi no había oovidado cerrar. Sin embargo la sensación de sus cuerpos juntos, generando calor y contrastando con el frío ambiente era demasiado, inexplicable.

Cuando la mano caliente de Hitoshi acariciaba su cintura todo su cuerpo se erizaba, intentaba colarse bajo la camiseta oscura que ella traía.

Todo lo que él tocaba se calentaba, y cuando su tacto se apartaba se enfriaba de forma brusca por la temperatura y el frío viento que ingresaba. Pero eso solo creaba un círculo vicioso para ella, queriendo que esas grandes manos recorrieron su cuerpo en su totalidad para que pudiera calentarse.

—Me parece una perfecta idea —murmuró en un tono bajo, grave.

Ambos se sonrieron de forma cómplice, sabían que iban a acabar así.

Pero no importaba. Nada importaba cuando ambos se comían a besos en aquella cama.

—Quiero decirte papi esta noche.

[ Boku No Hero Academia's Type of boyfriend ] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora