[ Boku No Hero Academia's Type of boyfriend ] ©

▬❹❶

Shigaraki Tomura
Happy Valentine

Había logrado entrar con algo de dificultad al departamento, era tedioso intentar abrir la puerta mientras cargabas las compras del supermercado.
Se vino preguntando todo el camino qué debería cocinar hoy, dejó las compras en la mesada, cuando pasó por su sala y vio a su novio intentando rascar su cuello todas las ideas se evaporaron de su mente.

Tomó un periódico, lo enrolló y golpeó al chico en la cabeza—. ¡Tenko malo! ¡Te dije que no hagas eso!

Shimura se quejó, cubriendo la zona afectada con ambas manos —. ¿Estás loca? ¿Por qué hiciste eso?

— ¡No uses ese tono de voz conmigo! —gritó __________, golpeando nuevamente a su novio con el periódico.

El villano bufó, arrebatándole el diario de las manos y lanzándolo lejos, se acomodó en el sillón y extendió su manos, mostrando el par de guantes blancos que le había obligado a usar—. ¿Cuándo me vas a quitar esas estupideces?

La (H/C) frunció los labios—. Esas estupideces evitan que te hagas daño.

— ¿Y el suéter? —preguntó al señalar la prenda celeste.

— Tenía que combinar, ¿no?

__________ estalló en risas al ver la cara de mal humor que Shimura se cargaba. Besó su fría mejilla y se acomodó junto a él en el sofá.

Sonrío levemente inspeccionando el rostro del chico, había cuidado devotamente de él durante dos semanas y sus heridas ya no eran visibles, incluso pensaba que su piel estaba suave y saludable.

Las ventanas estaban abiertas, una brisa fría se coló en el lugar.

Por inercia se había aferrado al torso de Shimura, sintiendo el reconfortante calor que desprendía su cuerpo, demasiado suave.

Alzó un poco la mirada y se encontró con aquellos brillantes ojos rojizos.

No pudo mantener el contacto visual por más de tres segundos.

Sintió toda su cara enrojecer, el que Tenko la mirara le intimidaba, se sentía avergonzada y solo pudo volver a esconderse en su pecho.

Incluso sus orejas se sentían calientes—. Yah, para. No es gracioso —su voz era amortiguada por el grueso suéter de lana que había tejido.

Suspiró al sentir los labios de Shimura en su cabeza.

Se sobresaltó al oír el sonido de un envoltorio ser abierto.

Levantó la cabeza nuevamente y Tenko presionaba un chocolate contra sus labios, haciendo presión para meterlo en su boca.

Abrió los ojos con sorpresa, delicioso, lo amargo del exterior contrastaba demasiado bien con la pasta de avellanas.

— ¿Saliste del departamento? —musitó al fruncir los labios, él no podía andar por la calle libremente—. ¿Qué pasa si alguien te reconocía? ¡Pudieron atraparte!

Shimura chasqueó la lengua—. Le pedí a Kurogiri que los traiga, ha venido mientras tú estabas fuera.

__________ apartó la mirada, acomodándose mejor en el regazo del chico, la había tomado por la cintura en un intento porque no lo golpeara otra vez.

Hace dos semanas había prácticamente obligado al villano a tomarse unas vacaciones en un intento de liberarlo del estrés que lo envolvía diariamente. Y mañana él volvería a ser aquel ser despiadado que la enloquecía.

— Sé que te gusta más Tenko que Tomura.

El hombre mantenía la mirada sobre ella, firme en sus palabras.

Equivocado.

__________ acunó las blancas mejillas de Shimura, eran suaves, las acarició con tacto reconfortante y suspiró al sentir su calidez.

Tenko era más cariñoso que Tomura.

Shigaraki la amaba con más intensidad que Shimura.

— ¿Y si los amo a ambos? —habló, rozando sus labios contra los de él al hablar.

Tenko sonrió.

Le gustaba sentirse amado.

Y también le gustaba besar a su novia.

__________ no había notado la adicción que había desarrollado por los ahora suaves labios de Shimura. Embalsamados y brillosos, dulces. Delgados, perfectos. Los amaba.

Pasó las manos por el cuello de Tenko, las heridas en su piel habían sido sustituidas por marcas rojas de pasión. Enredó sus dedos en los alborotados cabellos celestes del chico, sabía que a él le gustaba, pues sonreía cada vez que dejaba mimos en esa parte.

Su deleite y pecado culposo era cuanta fascinación tenía por morder esos labios, aquellos rojizos e hinchados labios.

No podían ser una pareja normal. No celebraban abiertamente al igual que otros de su edad. Pero no importaba. Un catorce de febrero no era un paro en tu vida para recordar cuanto amabas a tu persona especial.

Amaba verdadera y absolutamente a ese hombre con locura. En cada una de sus fases. Cada día de su vida.