Tarik
Presiono el puño, escupo la sangre que cae de mi boca y cuando veo la oportunidad, de manera ágil golpeo a mi contrincante. Sonrío cuando me doy cuenta que lo noquee, gané esta ronda, lo conseguí.
—¡Damas y caballeros, tenemos un nuevo campeón! —grita el presentador de esta pelea clandestina y alzo las manos cuando oigo los aplausos.
No suelo hacer esto, porque puedes terminar muerto, literal te asesinan, pero necesito el dinero del premio.
—¡¡Jefe, eso estuvo genial!! —grita toda mi pandilla al mismo tiempo y lloran como nenas.
Bajo del cuadrilátero y me río.
—Les dije que no perdería —exclamo altanero cuando me suben el ego con sus halagos.
—¿Le duele? —pregunta el grandullón por mi labio partido.
—No te preocupes Francisco, está todo controlado.
—Vayamos por el premio entonces —ofrece Jav.
Los demás asienten cuando los miro y mientras me pongo la remera me giro para ir hacia allí, pero Eustacio, el dueño y patrocinador del lugar, se me acerca antes de que yo lo fuera a buscar, así que sonríe.
—Felicidades, quería darte el premio en persona —me entrega el cheque y sobre este su tarjeta —estaríamos honrados de que participarás nuevamente.
—Ah sí, supongo —respondo no muy seguro, pero mejor ser cortés —. Hasta pronto —Me giro para irme —¡Vamos pandilla! —ordeno.
—Estaré esperando tu llamada.
Sí, sigue esperando.
Ya fuera del lugar, caminamos todos por las veredas viejas y desoladas. Nadie pasa por este lugar, es peligroso. Cualquier rico debería tener cuidado si pasa por aquí, podrían robarle o peor, matarlo.
—Deberías ir al banco rápido y sacar ese dinero, no vaya a ser que el descerebrado del dueño, quite el dinero —aclara Lon, mientras lleva una caja pesada y camina detrás de todos.
—Tiene razón —exclama Jav —no podemos confiar en esa clase de gente.
—Lo sé, lo sé —Bufo y luego miro a Lon —. No te comiste nada de eso ¿cierto?
—¡Juro que no! —grita el pervertido del grupo —¿Y cuando van a dejar de torturarme? —Hace puchero.
—Supongo que cuando dejes de mirar piernas sin querer violartelas —se burla Jav.
—Mira quién habla —Rueda los ojos.
—Yo no soy un depravado.
—¡¡Pero...!!
—Ya dejen de discutir —los interrumpo —. Ustedes vuelvan al galpón, yo tengo que encargarme del asunto —Miro el cheque.
—¡¡Suerte, jefe!! —gritan todos para saludarme mientras me alejo de allí corriendo.
Al llegar al banco, consigo el dinero, luego voy por otro camino y toco el timbre del geriátrico, una mujer amablemente me abre la puerta, así que voy a dónde está el director, así que le pago los meses que me faltan.
—Entendemos la situación de tu abuelo, pero no podemos seguir sosteniendo la paga de intereses, esperamos que la próxima vez no tardes tanto.
Levanto el puño y sonrío.
—Él es un hombre fuerte, me crió con todas sus fuerzas, merece lo mejor, así que pondré todo mi esfuerzo para ayudarlo, no se preocupe.
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Más allá de los ojos #4
МистикаLa mirada de una persona dice muchas cosas, pero la de un adivino te muestra más allá. Saga Restauración #4 *Por Viviana Valeria V.