38. Intento de hogar

659 104 29
                                    

Tarik

Ronco como un animal hasta que me despierto y abro los ojos estirando mis brazos, dejando de estar recostado en mi colchón del suelo. Rasco mi cabeza y miro la hora, es tarde pero como no trabajo, ya no me preocupo.

Bueno, decir que no trabajo sería falso, ya que tengo una pelea en unos días y me pagan por ella, pero tampoco puedo considerarla como tal.

Me levanto y camino en dirección al baño, oigo la ducha, así que me detengo de entrar ¡¿Cuál de todos mis idiotas ocupa el baño?! Me estoy meando. La puerta se abre y me olvido de mis ganas, Jav sonríe al salir de allí, pero eso no es lo que me desconcentra.

—¿Desde cuando tienes tan buenos pectorales? —opino observándolo ya que solo sale con su pantalón puesto de allí.

—¿Qué? —Se mira el torso desnudo y empapado porque no tenemos buenas toallas aquí para secar el agua fría que sale de nuestra pequeña ducha —¿Usted cree jefe? Yo me veo normal —Se ríe —. Quizás hice un poco más de ejercicio.

—Sí, lo veo.

—¡¡Cuidado Jav, el jefe te está mirando con sus ojos homosexuales!! —le grita Lon para burlarse.

—No digas estupideces —le contesta —aquí somos todos amigos.

—Eso mismo dijo Seyn y luego termino en su cama —balbucea un poco cantando y se gira para alejarse.

Jav lo mira con enojo, pero yo lo detengo.

—Tú solo déjalo que diga lo que quiera y sigue entrenando, vas muy bien —expreso de manera disimulada, espiando un poco su trasero.

Oh ¡¿Y ese cuerpazo de dónde salió?! Crecen tan rápido que no lo vi ni venir. Controla esas babas, hombre.

—Jefe, ¿Sucede algo? —Agarra sus cosas para volver a su colchoneta.

—No, para nada, iré al baño ahora —Sonrío y lo esquivo.

Oh para la testosterona, macho. Deberían estar prohibidas las buenas vistas a estas alturas. Ya no soy un adolescente con las hormonas revolucionadas. Sí, en definitiva a veces me comporto como bobo.

—¡Jefe, creo que vino su acosador número dos! —grita Francisco desde la puerta del galpón, cuando salgo del baño.

Eustacio, alías insoportable ¿Ahora qué quiere? Se supone que lo veré en el lugar de la pelea en unos días ¿Hace falta que venga aquí y ahora?

—¿Qué sucede? —digo cuando mi casi mánager entra y me cruzo de brazos.

—Cuanta hostilidad —Se ríe —solo vengo a saludar —Mira el lugar detenidamente —interesante —opina.

Con sinceridad, no me gusta que vea nuestro intento de hogar, más cuando este tipo de gente puede deshacerse de este, de forma muy fácil.

Más allá de los ojos #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora