Más allá de los ojos #4

49. El dinero que debes

Tarik

Abro la puerta en forma alegre y le sonrío al abuelo. Cuando me devuelve el gesto camino hasta él y me siento en el sillón que tiene al lado de su cama.

—¿Cómo está mi nieto preferido?

—Que yo sepa no tienes ningún otro nieto —Me río.

Joel no cuenta, porque nunca ha estado para el abuelo. 

—Ah es cierto. Bueno, ¿y cómo te encuentras? ¿Ya tienes novia?

—¿Qué novia abuelo? Soy gay, ya te lo dije.

—Ah es verdad —Se queda pensativo agarrándose de la barbilla —¿Cómo está tu novio?

—¿Cuál novio? —Vuelvo a reír.

—El que vino ayer.

—¿Quién vino ayer? —Ladeo la cabeza confundido.

Nadie me informó de esto.

—No sé, parecía un matón. De esos que te gustan a ti, pero no era el rubio.

¿Un matón? ¿Eustacio?

—¿Y... ¿Y qué te dijo?

—Nada, solo pasó a saludar y habló con el director, no sé de qué por qué no lo recuerdo. Lo siento mucho —dice triste lo último —siempre me olvido las cosas.

—No tienes que disculparte abuelo —Le agarro la mano estando sonriente —. Has sido de mucha ayuda, gracias.

Sonríe.

—Por eso eres mi nieto favorito.

—El único —lo corrijo.

—Cierto, el único.

Lo abrazo y luego salgo de la habitación para buscar al director del geriátrico, así averiguar qué es lo que pretende Eustacio.

—Hablamos del dinero que debes —explica el hombre al que le pregunto.

—¿Disculpa? Yo pagué —le aclaro —. No debo nada.

—Sí, los intereses.

—¡Pero los pagué! —Me altero.

—Cálmese.

Frunzo el ceño.

—Estoy calmado, ya solucionamos el tema, hablé con usted de esto, no sé de qué intereses me está hablando.

—Hubo un error, se lo íbamos a notificar, tan simple como eso.

—No, eso es mentira, si fuera así ya me lo hubiera avisado antes, con tiempo. No sé qué clase de trato tiene con Eustacio, pero recapacite y piense un poco en su moral. Mi abuelo es un anciano enfermo, no puede haber errores en cosas como esas, porque ustedes no pueden dejarlo tirado porque yo no llegue a pagar, algo que ni siquiera sabía que existía.