Voy caminando con puro odio hasta el establecimiento de Eustacio, los guardias de Ace me siguen detrás. Encuentro al jefe matón en la zona del cuadrilátero, a un costado de este y cuando me ve sonríe.
—Me alegraste el día.
Le pego un puñetazo y se cae al suelo.
—Nadie, pero nadie ¡Se meté con mi abuelo! ¡¿Entendiste?! —le grito furioso.
Él se levanta despacio, se acomoda el traje, pasa su dedo por la sangre que le dejé en el labio y vuelve a sonreír.
—Entiendo tu enojo...
—¿Qué vas a entender? —lo interrumpo —Tú no comprendes, cruzaste la línea —Saco el contrato de mi bolsillo —. Me aguanté varias cosas por este trabajo denigrante, pero se acabó —Corto el papel en pedazos y lo tiro con fuerza al suelo.
—Respira, estás estresado.
—¡¿Cómo no iba a estarlo?! ¡¡Tengo una deuda enorme otra vez!! ¡¡Peor aún, con el geriátrico!! Jamás, nunca estuvieron tan mal las cuentas con ese lugar. Eso es imperdonable ¡Vete a la mierda Eustacio! —Doy la vuelta para irme, lo más furioso que me puedo encontrar.
—Te ayudaré.
Giro mi vista a mirarlo.
—No, gracias. Ya me has ayudado bastante —exclamo con sarcasmo.
—Piénsalo bien, puedo arreglar todo eso que destruí. Te saque cosas importantes para ti, pero puedo devolvertelas, tan simple como eso —Camina alrededor de mí y luego se pone detrás, apoyando sus manos en mis hombros —. Podemos llevarnos bien, con un pequeño intercambio —Apoya sus dedos en el botón de mi pantalón.
—No necesito otro acosador pervertido, gracias —Lo empujo y me alejo —con el que tengo, ya me sobra demasiado.
—¿Quién es ese tipo? —Frunce el ceño —No me has dicho su nombre.
—Ni necesitas saberlo.
—¿A él sí le dice que sí?
Me río.
—Sueñas, yo no le vendo mi cuerpo a nadie, menos a ti. Tengo dignidad, por si no lo sabías.
—¿Qué tiene de indigno ese trabajo? ¿Dónde quedó tu sacrificio por tu abuelo?
—Tienes razón, me voy a acostar con el otro, adiós —Doy la vuelta otra vez y ahora sí, para alejarme definitivamente.
De repente un hombre se pone delante de mí, pero uno de mis guardaespaldas se pone en medio.
—Discúlpeme, pero está en el camino del joven Tarik —le dice Fabián a uno de los matones del lugar.
—Hablemos —dice Eustacio y me giro a mirarlo —tus nuevos amigos la pueden pasar mal.
Observo a los hombres del lugar y son varios, los molería a golpes a uno por uno, pero conociendo a su jefe, seguro me manda a varios juntos, ya que es obvio que no es una persona justa.
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Más allá de los ojos #4
ParanormalLa mirada de una persona dice muchas cosas, pero la de un adivino te muestra más allá. Saga Restauración #4 *Por Viviana Valeria V.