Más allá de los ojos #4

48. Destino: La muerte

Ace

Tengo los ojos cerrados, pero siento la ráfaga de viento en ellos igual. Los abro y ya no estoy recostado en mi cama, sino parado en un pasillo.

Es el edificio Razieli.

Las paredes están manchadas de sangre, así que sonrío.

—Es una visión macabra.

Creo que es repetida.

¿Será que se acerca el momento?

Visualizo a Nyx caminar con su bata azul, en su forma de mujer le queda pequeña, puedo observar sus largas y sexys piernas, de tan corta que le queda. Su mano sostiene un vidrio y está manchada de sangre. Me mira con la mirada pérdida, pero me doy cuenta que es Rein, ya no está paralizado y se acerca hasta mí. Al verme puedo sentir su odio, notar la ira que siente.

Y entonces llega la primera puñalada, expulso el aire como si la tuviera de verdad.

—¿Lo sientes? —susurra en mi oído y por sus mejillas veo como derrama sus lágrimas —Quiero que lo sientas igual o peor que yo.

Recibo la siguiente puñalada con el vidrio y ya no puedo mantenerme en pie.

—Espera... —digo cuando se está yendo y empiezo a perder el conocimiento.

—Muérete, Ace.

El corazón se me detiene.

Es entonces cuando abro los ojos, respiro agitado y me levanto de manera abrupta, sentándome en mi cama, recapacitando de que era solo la visión, aunque pronto podría no serlo.

—¿Qué sucede? —Se despierta Crash y miro su mano.

Observo detenidamente su tatuaje de araña. Si separo a Rein de las voces, obvio que querrá matarme. No sirve mucho el trato con ellas si lo hago, y si no lo ayudo...

Recuerdo la visión de Emmet en la que me corta la garganta. Al final todo el mundo me quiere matar, no tengo salida. Hasta el destino me desea muerto.