39. Beneficios retorcidos

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Llego a mi club, que al ser de día aún está cerrado, pero tengo allí esperando a una de las brujitas.

—Linda Gazenia —le digo a Eris que está sentada en uno de los bancos de la barra de mi bar —me pone tan feliz que hayas aceptado mi invitación, aunque nos ha costado encontrarte —incluyendo a Xia en la búsqueda —y yo pensando que siendo socia de Blake, serías más fácil de hallar.

La mirada sombría de la chica de cabello blanco se gira hacia a mí.

—Ni él tiene mi contacto, pero ahora ya dime ¿Qué quieres?

—Hasta las niñas lindas tienen hostilidad, el mundo se está yendo al infierno —opino.

—No me halagues y ve al punto.

—Cuanta agresión —Camino hasta ella y me siento a su lado —¿No me crees? Eres muy bonita —Luego miro a Xia, la cual está preparando los tragos para esta noche —¿O no? Chica rebelde —pido su opinión.

La pelirroja se gira y me contesta sonriente.

—Es suculenta —Se muerde el labio inferior.

Eris se levanta de su silla.

—No sé qué clase de trío se están imaginando, pero el jugo se me acabó y no tengo tiempo que estar perdiendo con sus miradas lascivas.

—Vale, me disculpo —Río —es una dama, y las damas se respetan.

—Yo soy una fiera y merezco respeto —Juguetea Xia con las palabras mientras se pasa la mano por su cabellera corta —. Ahora si me disculpan, me tomaré un descansito.

La pelirroja estira los brazos, se saca el pequeño delantal que tiene, el cual no le cubre casi nada la verdad, nunca tiene puesta mucha ropa, y acto seguido se retira a la otra sala. Cuando veo que se ha ido, giro mi vista hacia Eris y le sonrío.

—Quedamos solitos.

—Tú y yo, y todos tus guardias —me aclara provocando que me ría otra vez, así que se cruza de brazos y vuelve a preguntar —¿Qué quieres?

—Blake evitó contarme de la Reina Madre —Hago puchero —así que deseo que me lo digas tú.

Baja los brazos despacio.

—No, no quieres y de todas formas, lo que te diga yo, será casi lo mismo que te dijo ese vampiro, que está loca.

—Estoy por localizarla y cuando lo haga necesito estar preparado.

—Con esa mujer no se puede estar preparado, sus ideas cambian tan rápido que no podrás descubrir lo que piensa y siempre tiene un nuevo plan.

Levanto un dedo.

—¿Ves? —Sonrío —Algo me has dicho, y hasta parece que la conoces bastante bien, más que el propio Blake.

—¿No te lo dijo? Es la mujer que empeoró su enfermedad, poniéndole un hechizo, y por mi parte, es la persona que me señaló cómo rechazada apenas nací. Te lo digo con sinceridad, ella no va a ayudarte, va a darte algo a cambio, para arruinar tu situación, solo para sus propios beneficios retorcidos.

Cielos, uno busca soluciones y le vienen con cosas completamente contrarias. Al terminar el trabajo de mi club, regreso a mi casa, pero no veo a Crash, así que alzo mi rastreador. Sonrío cuando el aparatito dice "baño" y oigo la ducha en dirección hacia allí. Bueno, el día tampoco es que finalizó mal. Me pregunto cómo habrá terminado Tarik el suyo, sin embargo no lo pienso tanto, nuestra última conversación no ha sido muy grata.

Más allá de los ojos #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora