21. El reloj del tiempo

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Varias manos me sostienen, teniéndome de una manera fuerte, para que no me mueva del lugar, mientras hay varias Nyx a mi alrededor.

—Dinos adivino —Una de ellas me agarra el rostro y acerca el suyo al mío.

Sus ojos grises se convierten por completo en negros, tanto que hasta la oscuridad sale de sus párpados.

—No puedo ver el futuro de algo que... —Me detengo —no sé cómo describirlo, son como fantasmas, pero no lo son. Son varias y a la vez no.

Siento la oscuridad en mis mejillas cuando los dedos de la que me sostiene la cara, me presionan.

—No es necesario que intentes ver, porque ya has visto, y planeas como detenernos —Oigo sus risas en un eco —. Dinos o te cortaremos los ojos.

—Lo único que he visto es mi muerte, de hecho he visto como el postrecito me asesina, ni idea por qué, ni cómo, pero eso es bueno para ustedes supongo —Sonrío.

—¿Ese es tu tiempo adivino? Dinos tu verdadera misión.

—No puedo decirla, porque si muero no podré hacerla —respondo y me mantengo serio.

El reloj del tiempo corre, porque no consigo cambiar el destino y mi poder me deteriora. Soy cada vez más fuerte, veo más allá de los ojos y no puedo detenerlo. Mi cuerpo no está preparado para frenar todo lo que se viene, más si ni una vez he conseguido cambiar esas pruebas que me han llegado.

Crash, mis padres, Rein.

—Ni una vez logré detener el reloj del tiempo ¿Por qué deberían preocuparse? Muy pronto, ya no seré un estorbo para ustedes.

—Nosotros también creemos en el destino —Me suelta la cara y retrocede —y sabemos que puedes despertar a Rein y también que si lo haces morirás y si no de igual forma también —Ladea la cabeza —¿Haces tiempo adivino? Emmet puede matarte si tardas mucho.

—Tic tic —dice la Nyx que está en el suelo —¿Cómo morirás? ¿Lo hará Rein? ¿Emmet? ¿O tu cuerpo no resistirá la presión de no haber cumplido su misión?

Sonrío.

—Se ve que entienden mucho de esto, es placentero saber que hay alguien que me comprende.

La rubia rueda en el suelo y se ríe, luego se detiene para mirarme, levantando su cara, con sus ojos llenos de oscuridad.

—¿Qué esperabas? Somos magia negra, entendemos de esto. Dinos Ace, ¿estás dispuesto hacer un trato con algo que podría ser tu perdición?

Más allá de los ojos #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora