Más allá de los ojos #4

35. Amor no correspondido

Tarik

Me siento como un saco de papas o algo así, me llevan de acá para allá. Y veo la injusticia en el ambiente, primero a Blake lo amenaza no sé con qué, a Crash le pone un rastreador, para luego escoltarlo a su casa y a mí me hace acompañarlo, porque sino me mete una demanda.

—¿Qué clase de ser demoníaco eres? —Lo miro entrecerrando los ojos mientras caminamos hacia la limosina, luego de dejar a su novio fantasma en su hogar —¿Dónde está tu conciencia? Monstruo —lo agredo de manera verbal.

—Solo cuido mis intereses —Alza las manos —no lo veo tan malo, no he lastimado a nadie —Da un giro con su dedo y abre la puerta del coche —¿Terminamos nuestra cita?

—Sí, Ace —Ruedo los ojos —como sea, no importa.

Subimos al vehículo dónde puedo ver al chófer de la limosina que conduce, hasta que se cierra, de manera automática, como un compartimento dejándome a solas con el adivino, mientras el coche sigue en marcha.

—Pequeño saltamontes, no te enfades conmigo.

Giro la vista y miro hacia los vidrios polarizados.

—Hay veces que no te soporto —acoto.

—No, pero...

—Cuando te conocí, me diste una tarjeta —lo interrumpo diciendo y continuo observando cómo el vehículo va pasando cada cuadra —cuando la leí por primera vez, me reí mucho al ver que decía "clarividente" en ella, pero te llamé igual por teléfono —Giro mi vista a mirarlo serio —me habías dicho que lo hiciera cuando necesitará algo, recuerdo estar desesperado y me brindaste tu ayuda, en un principio te creí, pero después me di cuenta que eras falso, manipulador y egoísta.

Sonríe.

—Toda la razón. Pero acaso ¿Tú no lo eres también? Seamos sinceros, tampoco eres un santo.

—Nunca dije lo contrario.

Su sonrisa se borra.

—¿A dónde quieres llegar?

—A que no vas a conseguir nada de mí, siento lastimar tu ego de conquistador, pero no todo el mundo va tirarse a tus pies y menos yo, yo no soy una de tus conquistas y no pretendo serlo nunca.

—Rompes mi pequeño corazón egoísta —Apoya la mano en su pecho —. Aunque creo que ya lo sabía —Ahora él es el que mira hacia la ventana.

Giro mi vista a mi ventanilla.

—Bienvenido a la realidad, pero es así, el amor no correspondido apesta.