CAPÍTULO 28

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POV NARRADOR

Vegeta se quedó paralizado al escuchar aquellas palabras salir de la boca de Bulma. Simplemente parecía como si el mundo se le viniera encima. A los minutos sintió el cuerpo cálido de la chica estamparse en su pecho, este simplemente se quedó estático sin responder a la muestra de cariño que le demostraba Bulma.
De un momento a otro, el sayajin parpadeo rapidamemte recobrando sus sentidos y de un momento a otro separar a la humana de su pecho.

—No—mencionó sin más, mientras era observado por unos ojos azulados confundidos.

—¿Que...? ¿Cómo que no?

—No pienso tener a esa cosa. Así que tienes que deshacerte de ello cuanto antes—recargo su cuerpo en una de las paredes como de costumbre.

—¡¿En que diablos estas pensando?! ¡Es tu hijo por dios!

—Ese engendro no puede nacer. Soy el príncipe de los sayajines, mis primogénitos deben ser de una raza pura, no de una asquerosa como la de los humanos—dijo tranquilamente como si nada pasase.

—P-Pero yo pensé que tu y yo...

—Ja! Espera...¿dices que pensaste que acaso tu y yo estáriamos juntos para toda la vida? —preguntó irónico el sayajin—siento arruinar tus sueños, mujer. Pero para lo único que te necesito, es para que arregles la cámara de gravedad y que atiendas mis necesidades. Solo eso. Así que olvidate de esa cosa que llevas ahí dentro y mejor sigue haciéndome más robots para mi entrenamiento.

Bulma no podía creer lo que escuchaba, era increíble que después de todo lo que le hizo reaccionará de esa manera tan desobligada y tan cruel.
Pero realmente esa parte no era la de mayor importancia, sino en la cual su corazón se estaba quebrando en miles de pedazos. Pues realmente podía asegurar que estaba enamorada de él, pero al parecer no era un amor recíproco.

—Eres un idiota...un gran idiota—oculto su mirada con su flequillo, mientras abrazaba su vientre. Realmente si el no quería ser parte del fruto de tantas noches de pasión, no le rogaría que se quedara a su lado.
Ella sola podría mantener a su criatura, aun así sea sin ninguna figura paterna a su lado.

—Largate de mi casa...—mencionó por debajo la chica peli-azul.

—¿Disculpa, que acabas de...?

—¡Que te largues de mi casa imbecil!—gritó esta vez mirándolo a los ojos.
El sayajin iba a reclamarle, pero en cuanto observó los ojos azules que tanto le fascinaban, llenarse de lágrimas. Cerró su boca y únicamente lo que hizo fue salir de la habitación y salir por una de las ventanas para emprder vuelo hacia donde lo llevara el viento.
Mientras tanto, dentro de aquella habitación yacía en lágrimas y sollozos la pequeña peli-azul, cayendo a nueva cuenta de que el amor al que tanta fe le tenía. Relamente no existía y era un frío y duro espejismo de la realidad.

~~~~~~3 meses después ~~~~~~

Ya casi tres meses habían pasado después de aquella noche. Vegeta en ningún momento volvió a ver a Bulma después de que lo corriera.
A excepciones de veces que este llegaba a media madrugada simplemente para ver dormir a la mujer que confundía su mente y también su corazón, aunque el saya no lo admitiera.
Una fría mañana de otoño, Bulma que seguía recostada en su cama y estaba harta de llorar y lamentarse. Decidió olvidar de una vez por todas aquello que le acongojaba. Se levantó de donde estaba y fue directamente a la ducha para darse un baño largo y muy bien merecido. Dejó que el agua caliente hiciera su trabajo sobre sus hombros tensionados, y que se relajara conforme las gotas caían en forma de lluvia sobre su piel.
Después de aquella ducha tan relajante salió con una bata de baño rodeando su aún moldeado cuerpo. Pues a pesar de llevar casi los tres meses, su pequeña pancita no había crecido mucho. Así que aún podía lucir aquella figura tan esbelta que esta cargaba.
Decidio aprovecharse de esto y se puso unos pantalones de licra negros con algunos estampados rojos y un bluson holgado color crema que hacía juego con los zapatos que acababa de ponerse.
Rocío su perfume favorito unas cuantas veces por su cuerpo y peino su pelo dejándolo suelto. Ahora estaba muy largo, casi llegando por la cadera, no le molestaba. Pero era un nuevo récord.
Salió de la habitación hacia el laboratorio.
Una de las cosas buenas de que Vegeta se haya marchado es que ella ya no tenía que hacer más robots o arreglar la dichosa cámara de gravedad que literalmente era cada día.
Ahora podría concentrarse mejor en asuntos de la empresa o de nuevas ideas para la misma.

—Oh hija, estas aquí. ¡Que milagro!—mencionó su padre alegremente. Pues la mujer había caído en depresión después del incidente con Vegeta.

—Si, yo...creo que es lo mejor. Venir aquí y hacer lo que más me apasiona—sonrió a duras penas.

—¡Claro que si! Debes de seguir tal y como lo has hecho. Por ti, y por mi nieto—el señor tomó de la mano de su hija para transmitirle la seguridad que tanto le faltaba.

Era obvio que sus padres se habrían enterado del embarazo.
En cuanto la peli-azul les comentó de aquello. No paraban de brincar y gritar eufóricos de la emoción. Pues por primera vez serían abuelos y eso era suficiente para hacerlos más que dichosos.
Claramente sabrían de quién era el hijo, pero lo que no se esperaban era que el sayajin había sido corrido por Bulma sin dar explicaciones del porqué de su repentina partida.

—Lo sé padre. Y no te preocupes. Tal como tu lo has dicho, seguiré por mi...y por mi bebé—acarició el pequeño bulto que se encontraba en su vientre.

Con o sin Vegeta, ella avanzaría.
Tal como lo había hecho toda su vida.
Después de todo.
Nadie se muere de amor, ¿o si?

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Alo!
Bueno, ¿qué tal?
Después de casi cien años, he vuelto.
                       I'M BACK                           
Espero realmente que hayan disfrutado del capítulo y más que nada que se hayan quedado con ganas de más.
Nos vemos a la próxima y prometo que será dentro de poco uwu.
Bye!
Y descansen linduras...

Trougth LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora