CAPÍTULO 29

576 57 5
                                    

POV VEGETA

Había decidido irme a un lugar retirado de la casa de Bulma por todo lo que estaba pasando.
Desde que me dijo que estaba embarazada nada ha vuelto a ser lo mismo. Yo me marche de su hogar tal y como ella me lo pidió.
Al decir verdad iba cada noche simplemente para verla dormir.
No entendía porque seguía detrás de ella, pero algo así como una sensación extraña o un pensamiento, me decía que tenía que supervisar a la humana.
Yo no puedo tener a esa criatura que crece dentro de ella. Es una aberración para mi como príncipe de los sayajines, al haber dejado esperando un bebe a una mujer humana. Pero una parte de mi, aunque no lo quiera si quiera pensar.
Me dice que tengo que estar con ella.
Y con el bebé.

-¡Maldición!

Lance un puñetazo hacia una roca enorme. Esta no tardó en derrumbarse y que una pequeña bruma de polvo se hiciera presente.

-No puedo hacerle eso a mi linaje por culpa de una humana.

Era verdad.

Tengo que olvidarme de ella, de todo.
De qué siquiera la conocí.
De qué está esperando un hijo mío.
Tengo que hacerlo.
Cueste lo que me cueste.

POV NARRADOR

Vegeta dejo de ir cada noche a la habitación de Bulma.
Los días pasaron y de repente ya habían pasado otros dos meses más.
Bulma, a pesar de no estar del todo bien, el hecho de que tendría a un bebé era más que suficiente para que la hiciera dichosa y feliz.
Al principio quería simplemente desaparecer, pero en el momento en el que empezó a sentir las pequeñas moviditas de su bebé, los latidos de su pequeño corazón y su muy diminuta figura dentro del aparato que le permitía verlo, se dio cuenta de que incluso antes de que naciera aquella criatura. Ya lo amaba más que a su propia vida.
Y haría todo lo posible por que naciera y tuviera la vida más feliz que puede tener un niño.

-Yo te voy a cuidar, mi amor. No importa que. Siempre te protegere-acarició su ya abultada barriga. Pues ya en cinco meses el volumen de su estómago había crecido.
Los periódicos se habían llenado de fotos de Bulma especulando que jamás la habían visto con ningún chico además de Yamcha. El jugador de béisbol más reconocido de todo Japón.
Habían demasiadas críticas, pero también muchísimos halagos de que la nueva Bulma Briefs se veía radiante con su nuevo embarazo.
Esta cambió su pensamiento y aún con su embarazo iba a trabajar hasta la compañía C.C
Y a pesar de tener ya su pancita grande, aún seguía viéndose hermosa e incluso mucho más.

-Disculpe señorita-entró una de las secretarias a la oficina de Bulma.

-¿Si?-la chica sonrió.

-Me mandaron a decirle que hay un joven en la sala que quiere pasar.

-¿Uh? ¿Un joven? Pero yo no espero a...

-¡Bulma!

-¿Yamcha?-la chica se levantó de su lugar.

La secretaria entendió la situación y simplemente se retiró de ahí dejando a los dos solos.

-¡Estas embarazada!-casi gritó.

-Oh, gracias por decírmelo. No estaba enterada-dijo irónica.

-Pero Bulma, por favor. No es hora de ser sarcásticos.

-Ni de ser estúpidos tampoco-volvió a sentarse y a volver a acomodar sus papeles.

—¡Oye!—dijo el chico algo molesto por el comentario de la peli-azul. Esta solo sonrió y volteó la mirada hacia el.

—Y dime, ¿a que se debe tu honorable visita?

Si que era cierto que entre ellos desde hace tiempo habían aclarado las cosas. Y tanto como Yamcha y Bulma habían aprendido de sus errores y habían dejado atrás el pasado.
Volviendo a ser los amigos que al principio eran.

—Simplemente vine a ver si los rumores eran ciertos. Y vaya que si lo son—rasco su nuca y se sentó en uno de los bordes del escritorio.

—Ni me lo menciones. Los periódicos y todo tipo de programa en la televisión anda hablando de mi. Como si fuera extraño que una mujer como yo se embarace.

—No es eso Bulma. Eso no es lo extraño o lo que llama la atención.

—¿Entonces?—lo miro interrogante.

—Es por el hecho de que pues...nadie sabe de quien es el bebe. Y pues eso deja mucho de que hablar para todo tipo de medios.

En ese momento la burbuja de Bulma estalló después de vario tiempo.
Esta sólo suspiró y bajo la mirada hacia su computador. Como si las palabras que había dicho su ex pareja nunca hubiesen existido.
El chico por su parte no era nada tonto, pues sabía perfectamente bien que aquella criatura de la cual estaba embarazada Bulma. Era nada más y nada menos que el primogénito del príncipe de los sayajines.

—Lamento mencionarlo, pero sabes que esa es la verdadera razón.

—Si, ya se—comenzó a teclear.

—Y...¿No has sabido nada de él?—preguntó algo curioso el chico. Bulma simplemente lo miro interrogante y volvió la mirada hacia su computador.

—No, y ni quiero saber. El es pasado. Y si no quiso formar parte de esto, es su jodido problema. No el mio.

Yamcha simplemente asintió con su cabeza y después de charlas de algunas otras cosas más. Se retiro de la oficina de Bulma dejándola por enésima vez, algo muy pensativa.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Después de haber llegado del trabajo no dudó ni un segundo y fue directamente a su recamara para poder descansar y darse un buen baño dentro de su bañera.

—Dios, me duelen los pies—dijo una vez que se sentó en su cama y quito los estorbosos tacones.
Sus pies se habían hinchado por culpa del embarazo, y ahora estos ya casi no cabían dentro de sus finos zapatos.

—Genial bebé. Tendré que usar zapato ortopédico—dijo con sarcasmo y se levantó para ir hacia la tina de baño. Giró el grifo de agua tibia y echó en el agua que empezaba a acumularse unas cuantas gotas de esencia de rosas y jabón para que hiciera algo de espuma.
Comenzó a quitarse su ropa hasta quedarse semidesnuda. Se observó durante un tiempo en el espejo que había enfrente y observó su vientre ya un poco crecido.
No era tan grande, pero definitivamente su abdomen plano se había ido. También pudo notar las pequeñas estrías que se habían hecho en su piel por la abrupta subida de peso. La verdad eso no le importaba en lo absoluto ya que desde que había ido a la segunda plática maternal con su ginecólogo, había dejado más que en claro que después de haber tenido a su bebé. Haría ejercicio para poder ser aquella mujer sexy y elegante que solía ser.
Quito sus bragas y por último quitó su sostén.
Sus pechos ahora habían llegado al tamaño de maduración completa.
Eran algo más grandes y eso a la peli- azul le encantaba.
Por fin se metió dentro de la ducha y poco rato después de sumergirse por completo, una oleada de aire entró inesperadamente por su ventana haciéndola perder aquella relajación que apenas obtenía.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¡Muy buenos días!
Bueno, les dije que ya no me iba a ir y aquí estoy.
Capítulo recién salido del horno.
Espero les haya gustado mucho, no olviden comentar. De verdad que amo ver sus comentarios.
Hasta la próxima, nos vemos♥️

Trougth LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora