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—¿A Jeon Jungkook como Jeon Jungkook, o no tan Jeon Jungkook?

—¿Hay otro en la escuela?

—¡¿Cómo puedes confundir mi contacto con el suyo?! —exclamó Taehyung.

—Bueno, yo... Es decir, te agendé como Capitán... y como él aceptó actuar hace poco, intercambiamos números, así que lo agendé como Capitán porque..., bueno, supongo que los confundí, pero...

Taehyung la miró a los ojos con una expresión mortificada en el rostro. Aquello tenía que ser un chiste o una mala jugada de la vida, que justo algo tan vergonzoso como esa foto cayera en manos de Jungkook.

—¿La enviaste anoche? —Jisoo asintió—. ¿Y no respondió?

Ella sacudió la cabeza y Taehyung suspiró. Tal vez por primera vez los dioses estaban de su lado y Jungkook no notó que se trataba de él. Oh, quizá, en estos momentos se estaban imprimiendo mil copias de esa horrible foto.

—Piensa en cómo podemos borrar esa foto. Mientras yo me vea tan ridículo como el tipo de Toy Story, Jeon no puede tenerla.

—Eunha —dijo Jisoo, chasqueando los dedos—. Seguimos en clase. Jungkook no debería utilizar su celular. Podemos decirle a Eunha que consiga el teléfono de Jungkook y lo desbloquee antes, o...

—O podemos tirar su celular al agua.

Ambos Kim se miraron considerando seriamente la idea, pero luego la descartaron.

—Está bien. Ve a buscar a Eunha —prosiguió Taehyung—. Si eso no funciona, yo iré a los vestuarios y veré si el teléfono de Jungkook está allí.

Fue así como Taehyung terminó en la piscina. Una vez allí dentro se movió como una serpiente hasta el casillero de Jungkook, en donde comenzó toda esa locura. Hacía semanas había dejado el sostén de Jung Dawon en la maleta del chico y se le escapó una risita de solo recordarlo... Luego hizo una mueca al recordar también la cachetada que la hermana de Hoseok le había dado. Pero valió la pena.

Bueno, ahora tenía que hacer algo más sencillo y eso era buscar su celular. No podía ser tan difícil, ¿verdad?

Abrió la maleta negra con rapidez y empezó a esculcar dentro de ella. Encontró lápices, papeles, exámenes, libros, cuadernos, basura, un hobbit, una nueva entrada a Narnia y la cura contra un virus mortal, pero el celular no estaba.

Con un quejido de fastidio probó en los bolsillos más pequeños, donde halló una que otra carta de alguna admiradora que quedó olvidada en ese basurero. Bah, por favor, Jeon ni siquiera es tan atractivo...

¡Un momento! Todas las maletas tenían un bolsillo secreto o algo así. Con una sonrisa esperanzada en la cara, Taehyung palpó la parte inferior de la maleta y soltó una exclamación de alegría cuando dio con una cremallera. Cuando lo abrió, sin embargo, encontró otra cosa. Condones.

—Pillo. Luciendo tan inocente y eres todo un cerdo, Jeon.

Comenzó a desesperarse cuando sus resultados fueron infructuosos. Es que ya podía verlo, podía hacerse una idea de todo. Su foto impresa y fotocopiada pegada en cada pasillo de la escuela, siendo el hazmerreír de todos; su vida social estaría arruinada, perdería a todos sus amigos, se condenaría a la inanición en su habitación, su madre se hartaría de él y lo botaría de la casa, terminaría en una calle sucia y desolada, moriría y lo abrirían para sacarle sus órganos y luego lo dejarían tirado en un adén.

¡Capitanes! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora