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Canción de multimedia:  do-re-mi - Blackbear ❤️



No abrió los ojos de inmediato, pero sabía que estaba muerto.

O al menos, lo estaría cuando llegara a casa. Seguro que su mamá no estaría feliz.

Algo duro presionaba contra su coxis y, peor aún, se sentía asfixiado por el peso sobre su pecho. Jungkook medio abrió uno de sus ojos, pero todo lo que vio fue el brazo canela del otro capitán.

Bueno, mierda, si él era la cucharita pequeña, entonces se hacía una idea de qué era lo que estaba allí atrás.

Suerte que aún seguía con su ropa interior. De alguna manera. Pero, honestamente, esa era la última de sus preocupaciones en el momento. Tanto como sus sensibles ojos le permitieron, con su limitado rango de movimiento por el asfixiante abrazo del peligris, Jungkook miró alrededor para ubicarse en tiempo y espacio porque él definitivamente sentía que su cerebro había sido triturado. Algo así como recién salido de una fiesta de «¿Qué pasó ayer?»

Observó al chico a su lado y los colores se le subieron a la cabeza de solo recordar la noche. Ellos habían... bueno, dicho cosas.

Ay, por su madre. Ojalá Taehyung no recordara nada.

O mejor sí.

Como pudo, rodó fuera de la cama de Taehyung y tuvo el impuso de vaciar su estómago allí mismo, solo por el brusco movimiento. Su cabeza daba vueltas y amenazaba con estallar, en especial por la potente luz del sol que entraba por la ventana, con las cortinas abiertas de par en par. Era un día muy bonito como para ser cierto. Solo faltaba un bebé y un tigre.

—¿Taehyung? —Zarandeó al chico, pero apenas y recibió un leve gruñido. Lo intentó. Él de verdad lo intentó, pero el peligris estaba más o menos muerto. Como si no fuera suficiente, Taehyung enrolló las sábanas contra su cuerpo y listo, él ahora tenía otra cosa para abrazar.

—Ah, me cambias por un par de sábanas...

Pero, nuevamente, Jungkook sabía que esa era la menor de sus preocupaciones en esos momentos. La verdadera pregunta era: «¿dónde está el rayo McQueen?»

Dios mío, tal vez él debería dejar de juntarse con Yugyeom.

Pero en serio, ¿cómo demonios iba a salir de allí?

¿Había aunque fuese una mísera probabilidad de que Han Woo, alías la reina de corazones, no estuviera en casa? Jungkook podría perfectamente imaginarla irrumpiendo en la habitación gritando: «¡córtenle la cabeza!». O mejor dicho, ¿había alguna posibilidad de que la mujer no estuviera molesta?

¡Capitanes! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora