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Canción en multimedia: Enf of the day - One Direction ❤️


Cuando Jungkook abrió la puerta esa tarde, no estaba seguro de lo que estaba viendo.

Daejin, trepada sobre una silla, trataba con toda su corta altura de pegar algunas tirantas de serpentina en el techo. Ella se congeló al escuchar la puerta y Jungkook parpadeó hacia las decoraciones de papel crepé, ciertamente mal pegadas, que decoraban los techos de la primera planta. Junto al comedor había un colgante de letras donde se leía "feliz cumpleaños".

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Daejin después de un largo silencio.

—¿Esta es mi casa? —Jungkook bufó, y su hermana bajó los hombros con desilusión.

—¿No deberías estar con tus amigos festejando tu cumpleaños?

—No estaba de ánimo —respondió el pelinegro con simpleza, recorriendo la sala con una mirada de sospecha a todos los adornos—. ¿Estabas haciendo esto por mí?

—¿Por quién más? No eres muy inteligente, ¿cierto? —Ella frunció su nariz—. Felicitaciones, acabas de arruinar la sorpresa. Sorpresa.

Daejin seguía con su uniforme colegial, como si hubiera corrido contra el tiempo para tener todo listo antes de que él llegara. Todo estaba desastroso, con una combinación de colores horrible —porque ciertamente Daejin no había heredado el talento de su madre— y lucía bastante mediocre, incluso para una niña de su edad, pero aun así, Jungkook no pudo evitar sonreír enternecido, casi con cariño, porque podía ver el gigantesco esfuerzo que ella había puesto en el proceso.

—Gracias. ¿Lo hiciste todo tu sola? —preguntó dejando su maleta en el sofá con descuido. Jungkook sabía que Daejin estaba tratando desesperadamente de hacer que las cosas volvieran a la normalidad; porque pese a todo, ella no estaba preparada para ver a su familia desintegrarse, ni para aceptarlo, y lo peor era que Jungkook se sentía responsable de eso.

—No —La menor mintió con descaro—. Mis papás ya venían. Ellos... pues, ellos... están... comprando un pastel.

Jungkook alzó una ceja.

—¿Entonces el pastel que está en la mesa es solo mi imaginación?

Daejin frunció el ceño. —Sí.

—Baja de ahí —ordenó Jungkook con una sonrisa, acercándose para tomarla por su cintura y dejarla el suelo sana y salva—. Escucha, Daejin...

—Está bien. Ellos solo están trabajando y posiblemente no volverán hasta tarde. Yo te compré el pastel... con tus ahorros. Pero es para ti —añadió rápidamente—. Y vas a darme, ¿verdad?

—Huh. Feliz cumpleaños a mí —El mayor rodó los ojos con ironía, pero de todas maneras rodeó los hombros de la pelinegra y la instó a caminar hacia a mesa. Bueno, ¿qué más daba? Era su cumpleaños y acababa de ganar una medalla de plata por una triste diferencia de tiempos y necesitaba olvidar aquello, o al menos no darle muchas vueltas. Ya había pasado. ¿Qué más podía hacer? —Uh, ¿por qué hay como cuarenta velas en el pastel?

—Porque ya estás viejo y es hora de que comiences a hacerte la idea.

—Gracias.

—De nada.

De todas formas, en medio del triste silencio de la casa, encendieron todas las velas y Jungkook sopló hasta tres veces para apagarlas todas. No pidió un deseo, pero le hizo creer a Daejin que sí. En realidad no tenía nada que pedir. Demasiado desanimado para intentarlo, demasiado cansado para pensar en algo. ¿Qué iba a pedir, de todas formas? ¿Sus padres mostrando el mismo interés por su cumpleaños como con el de Daejin, que fue tan solo unas semanas atrás? No le interesaba. No quería ver a su madre forzando sonrisas hacia él, ni a su padre tratando de descifrar lo que ocurría pero ignorando obstinadamente que ocurriese algo.

¡Capitanes! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora