26 - {II}

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Canción en multimedia: Mikrokosmos - BTS ❤️



Taehyung saboreó la chupeta entre sus labios y escondió las manos en sus bolsillos, preguntándose por qué se sentía tan nervioso. Era una infantil sensación de expectación, como si esperara en la fila de una montaña rusa y estuviera desesperado por subir.

Mientras veía a las personas caminar por los pasillos, a los niños junto a sus padres y a las parejas tomadas de la mano, no pudo evitar suspirar con dramatismo y preguntarse por qué Jungkook era tan impuntual.

Luego tuvo que regañarse a sí mismo, porque eso no era del todo cierto.

En realidad, él había llegado temprano. Muy temprano. Simplemente estaba demasiado ansioso y decidió que llegar con una hora de anticipación sería bueno. Era una cosa que solo las personas puntuales podrían entender y es que no podía evitarlo. Estaba esa persistente sensación de miedo, ahora que su celular estaba plagado de fotos que alguien sensato nunca hubiera considerado siquiera enviar, pero también estaba esa emocionante euforia detrás de algo indebido, detrás de una travesura. Dios, su atracción estaba en el límite. Jungkook le gustaba mucho, demasiado. Demasiado mucho como para admitirlo en voz alta y no morir de vergüenza.

Después de una eterna espera, lo vio cuando miró por enésima vez hacia la entrada del centro comercial. Vaya, la playa sí que le había sentado bien. Su tez pálida ahora estaba cubierta por un sutil bronceado y su imagen desaliñada, desde su cabello hasta su ropa, eran la personificación perfecta del verano. Taehyung no era ese tipo de persona; más bien, cualquier rayo de sol lo ponía rojo como un tomate y eso no era divertido, mucho menos sexy.

Cuando estaban a unos pasos de distancia, la incomodidad fue obvia. ¿Cómo se suponía que debían saludarse estando en la mitad de un centro comercial? ¿Una palmada en la espalda? Demasiado ñoño. ¿Un abrazo? No eran precisamente mejores amigos. ¿Tal vez un beso, eh? Ambos solo se miraron, sonriendo, y luego ellos estaban riéndose de su propia estupidez. Tan vergonzoso.

—Tardaste tanto —se quejó Taehyung mientras se enderezaba, creando un sonido chasqueante cuando sacó la chupeta de su boca.

—¿Uh? Pensé que habíamos acordado vernos a las tres.

—No. Acordamos vernos a las dos. Tarado —Claro que no; pero nunca iba a admitir que había llegado antes—. Vamos, muero de hambre. Quiero pizza.

—Pizza suena bien para mí.

Taehyung volvió a meter la chupeta a su boca y ambos comenzaron a andar, codo a codo, pero sin llegar a tocarse realmente. La idea de encontrarse con alguien de su escuela le resultó embarazoso; sin embargo, las probabilidades eran bajas, en especial comenzando el verano. Pero bueno, su vida estaba llena de tristes coincidencias, por no decir que la suerte nunca estaba de su lado.

—¿Cómo estuvo Busan?

—Genial. Tuvimos que regresar mucho antes por un compromiso de papá, pero fue bueno, en realidad —suspiró, sonriendo, y Taehyung no pudo evitar sonreír otra vez.

—¿Buceo, windsurf, motos acuáticas, esquí acuático, kitesurf tal vez?

—¿Uh? No, nada de eso —Jungkook sacudió la cabeza—. Solo viajamos para visitar a mi abuela, y tal vez vamos a la playa una o dos veces.

—Oh. —Bueno, en realidad Taehyung no era muy apegado a sus abuelos. Nada más allá de una tarjeta de navidad o año nuevo, de todas formas.

—¿Y Suwon? ¿Cómo estuvo Suwon? —Aunque era una pregunta casual, casi por cortesía, el peligris se sintió un poco cálido. Su madre ni siquiera se interesó por su estadía en Suwon. Odiaba admitirlo, pero le gustaba la atención que recibía por parte del idiota con complejo de pez.

¡Capitanes! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora