31 - {II}

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Canción en multimedia: I'm in love but... - Snow & Bradley Davis 🎵🎶





Entonces...

¿Entonces qué?

Taehyung sintió una ola de desesperación, como si su yo interno le diera una brusca cachetada. Entonces nada. Jungkook no podía estar hablando en serio. Estar alejado de él no se sentía bien en absoluto, confirmado, y si lo que decía el chico era cierto, si de verdad estaba dispuesto a empujar el miedo a un lado y recorrer ese extraño camino del amor con él, entonces Taehyung lo necesitaba cerca, porque demonios, le haría falta mucha ayuda.

Esas cosas nunca le llamaron la atención; pero con Jungkook... Mierda.

—Jungkook. —El peligris apretó los puños, sintiéndose congelado bajo la brusca mirada de Kyung-shim sobre su persona. Una mirada ponzoñosa que lo hacía sentir bajo un enorme reflector, expuesto.

—¿Sí? —Jungkook le miró devuelta, un poco ido—. Lo siento. Siento que voy a vomitar otra vez.

—Nosotros... —Taehyung trató de acercarse a él, pero Kyung-shim se lo impidió cerrando su mano sobre el antebrazo del peligris.

—Taehyung —dijo ella—. En serio deberías irte.

Sabes cuando no eres bienvenido. A pesar de la sonrisa cortés de la mujer, Taehyung sintió un claro rechazo hacia su persona. Él relamió sus labios, sintiéndose impotente, pero solo le dedicó una mirada a Jungkook antes de encaminarse hacia las escaleras, la clase de mirada que promete mil cosas y a la vez nada.

—Te veo en la escuela. Mejórate.



[♥]



—Chicos, no entiendo qué mierda pasó.

Dokyem resopló, francamente decepcionado de que el primer paso de su inTAErvención fracasara. Jungkook estaba allí, con ellos, pero él no lucía feliz o algo así. Se veía más triste, si es que eso tenía sentido para alguno allí.

—Yo tampoco —murmuró Mingyu, y Yugyeom los codeó a ambos.

—No pierdan la esperanza. Tal vez solo está aguantando un episodio de diarrea explosiva después de la intoxicación y por eso su cara de extrema preocupación —declaró en voz baja, y los tres chicos voltearon a ver a su amigo pelinegro. El capitán del equipo de natación los miraba de regreso, molesto.

—¿Por qué están hablando como si no pudiera escucharlos?

—Uy, lo siento. En las películas funciona —dijo Mingyu. El entrenador Kim hizo sonar su silbato para llamar la atención de sus dispersos muchachos y entregó a todos la circular para la segunda y última salida del año. La repartiría en el curso cuando estuvieran en clase de Educación Física, también. Jungkook miró la insípida hoja con algo de nostalgia. Aquel había sido un buen campamento. En los rústicos y desaliñados baños del lugar, Taehyung lo... besó. Sí. No al revés. Y Jungkook nunca había sentido algo así. Ni siquiera fue romántico, o lindo; fue más bien como un huracán que hizo estragos en su estómago y puso a latir su corazón a mil. Y luego el chico se había ido, sin hacerse cargo del tembloroso desastre que provocó.

—Adicional a esto —agregó el profesor Seokjin después de dar las especificaciones básicas para la salida—, quiero decirles con inmensa alegría que un representante del ministerio de deportes visitará la escuela para convocar estudiantes al programa de alto rendimiento del gobierno —Les informó, y los murmullos no se hicieron esperar, así como caras de sorpresa y miradas cómplices—. Quien pase las pruebas y cumpla con todos los requisitos, podría representar al país en competiciones de talla mundial. Quién sabe, de aquí a unos años podría verlos en los Juegos Olímpicos...

¡Capitanes! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora