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Canción en multimedia: LATATA -(G)-IDLE 🎵🎶



La noche de ese mismo y fatídico día, Taehyung recordó esa canción latina que Hoseok cantaba de vez en cuando.

Se movió despacio, suave.

Muy suave.

Su madre masticaba tranquilamente mientras veía con una mueca de confusión cómo Taehyung se sentaba en la mesa en cámara lenta. Cada movimiento parecía medido de forma milimétrica y su cara de póker no era rival para ningún jugador de Las Vegas. Extraño, pero algo que haría su hijo.

—¿Qué te pasa? —preguntó Han Woo cuando, después de un siglo, Taehyung colocó su trasero en la silla.

—Deberíamos comprar sillas amobladas —sugirió el peligris en un hilo de voz. Se removió un poco, pero incluso la lisa pasta de su silla hizo que su trasero doliera.

—Antihigiénico; criadero de ácaros y acumulación de polvo —rebatió su madre mientras negaba—. Además, ¿te crees en derecho de exigir algo después de la llamada del director?

La cena debería ser el momento en el que la familia se reúne, socializa, habla sobre sus problemas y preocupaciones y se hace más cercana, pero para su madre era el momento perfecto para un reproche. Bueno, Taehyung no iba precisamente a decirle a su madre que su trasero dolía porque, escuchen bien, había tenido sexo con un hombre. Madre mía, su colita ya no era virgen. Pensarlo era una locura. ¿Decirlo en voz alta? Ni jodiendo.

—Yo no lo golpeé —rezongó molesto con el director Tsung por exagerar los hechos—. De hecho, yo soy la víctima aquí. ¡Ese tipo me empujó! Imagina si me hubiese pasado algo. ¿Qué tal si me hubiera roto la cadera, una mano, una pierna? Mi carrera estaría arruinada, mamá. Este chico viene y me empuja, ¿y el de la detención soy yo? ¡Imagina... —exclamó consternado— si me hubiese golpeado la cara! Mi carrera como modelo también estaría arruinada, y nunca podría ser millonario, ni viajar a Canadá para decirle a Rachel McAdams que tengo un póster suyo en mi habitación. ¡Nunca tendría su autógrafo! ¿Quieres eso para mí, mamá?

—Solo quiero que te comportes —dijo Han Woo—. Si estudiaras como te ordeno, esto no hubiese pasado. Espero que tomes detención como una lección y no como un castigo.

Enfurruñado, Taehyung solo hizo mohines hacia su comida, aunque no la tocó hasta que su madre se levantó de la mesa. En serio, esa mujer era experta en arruinar su ánimo, pero hacía pollo con salsa teriyaki como si fuera un don de los dioses. Tomó de ese delicioso pollo en su boca y suspiró de deleite mientras Han Woo dejaba sus platos en la cocina, en silencio. No habían hablado de lo ocurrido el sábado y parecía que el tema, por decisión unánime, quedaría enterrado como si no hubiera pasado.

—Taehyung, sabes cuánto odio que dejes tu ropa en la sala —le reprochó su madre—. Recoge tu abrig... ¿Cuándo te compré este horrible abrigo?

¿Abrigo? ¿Qué abrigo?

El peligris, con las mejillas llenas, giró con fastidio en su sitio y encontró un hoodie negro en las manos de su mamá. El pollo en su boca se saltó el conducto regular y casi dio a parar a sus pulmones por la sorpresa. Oh, ese abrigo. El hoodie de Jungkook. ¡Lo había dejado el sábado! Taehyung tosió y golpeó su pecho para desatascar el pollo. Bueno, ni siquiera podía culpar a ese idiota; él a duras penas recordaba su nombre cuando dejó el apartamento del peligris, justo antes de que Han Woo llegara.

Como pudo y con su trasero gritando en agonía por el brusco movimiento, saltó fuera de la silla y prácticamente le arrebató la prenda a su madre de las manos.

¡Capitanes! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora