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Canción en multimedia: Wonderwall - Oasis 🎵 🎶




—Eunha, quiero... felicitarlos. Han hecho un trabajo excepcional.

La chica juntó sus palmas en un aplauso silencioso, pero emocionado. Ese miércoles era un muy buen día. El profesor Namjoon veía con asentimientos su trabajo, repitiendo el movimiento después de ver cada una foto una y otra vez. Era un alivio para ella, dadas las circunstancias. De alguna manera, había logrado trabajar junto a Kim Taehyung, de alguna otra manera más misteriosa, no había sido tan malo.

—Debo admitir —El profesor Kim arregló sus lentes mientras plegaba cada foto en su lugar—, dudé mucho de los resultados cuando miré con detenimiento las parejas formadas, pero los trabajos hasta el momento me devuelven la esperanza. Esto es maravilloso —Le devolvió la pequeña cajita a Eunha, quien había sido la encargada de la parte de las manualidades—. Les daré la mejor nota hasta el momento. Por favor dale a conocer a Taehyung esta información.

—Yo no... —Bueno, no mantenía especial contacto con él—, yo... está bien. Gracias, maestro.

—No me agradezcas —El hombre estaba fascinado y Eunha nuevamente le tendió su cajita de fotos, la cual, una vez que le quitabas la tapa, desplegaba cuatro fotografías de lo que Taehyung y ella habían nombrado "la-primera-etapa-de-una-relación". Si levantabas cada fotografía hacia la derecha encontrarías la siguiente, y luego otra vez, la siguiente, hasta que la figura completa formada por las imágenes (que parecía una mesa Capstan) terminaba exhibiendo a una chica desecha y con el corazón roto. Le gustaba la arquitectura del proyecto y le gustaban mucho las fotografías—. Estas imágenes, Dios —Él iba a tener un orgasmo visual frente a todos los profesores de la sala—. Dices que Taehyung fue el encargado de tomarlas, ¿no? —Eunha asintió—. Él debe estar muy mal ahora. Por favor, dile de mi parte que considero que sería admitido en la carrera de fotografía en cuanto muestre estas imágenes. Creo que está hecho para grandes cosas. Tal vez... tal vez el baloncesto no es una de ellas.

—Sí, se lo diré —prometió Eunha, no muy convencida. Había escuchado de Jisoo y Jimin que Taehyung no quería recibir visitas en su domicilio. ¿Por qué querría aceptarla a ella? Además, desde que tenía memoria, Taehyung era el capitán del equipo de baloncesto. Seguro que no la estaba pasando bien.

—¿Puedo quedarme con esto? —Namjoon preguntó, y casi le hizo pucheros a su estudiante, quien tuvo que negarse firmemente.

—Quiero que Taehyung lo vea primero, profesor Kim.

—Oh. Está bien. Gracias, Eunha.

La chica dejó la sala y suspiró una vez que estuvo afuera. Todo había salido bien y eso la ponía muy feliz. Esperaba que la noticia fuese de igual peso para Taehyung, porque con lo que había pasado... Bueno, ella no tenía palabras para describir lo que sentía.

Pensó en enviarle un mensaje, pero estaba segura de que así no funcionaría. Tampoco quería decirle las buenas nuevas por chat. Estaba considerando seriamente lo que haría cuando en el pasillo vio a Jungkook, en un acelerado trote que mágicamente terminó en el momento en el que Eunha llamó su nombre.

—¿Sí? —El chico no se detuvo a saludar; podía ver que estaba un poco afanado, y así se lo hizo saber a Eunha—. ¿Es muy urgente? Necesito llegar a la piscina. Tengo pruebas y quiero llegar...

—Es sobre Taehyung. Quiero visitarlo y mostrarle el trabajo. ¿Podrías enviar su dirección luego?

—Oh. Eh... sí, claro —murmuró el pelinegro, como con... celos. Pero él ahora no tenía cabeza para eso. Simplemente se despidió con un asentimiento y trotó lo que le quedaba de camino hacia la piscina, donde sus compañeros le reprocharon la tardanza con miradas de regaño y siseos. Dios, perdón. No era su culpa que a su estómago se le diera por hacer ruidos raros por los nervios.

¡Capitanes! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora